
Sigo siendo tu madre
SIRIUS BLACK ASESINA A 12 MUGGLES
Y eso por supuesto sonó ridículo para Walburga, ella miraba el titular escrito por la sucia de Rita Skeeter y se reía entre dientes. Lucretia no parecía encontrar la gracia y eso le generaba aún más gracia.
—¿Está segura de que no fue Regulus? Dios, sé que mi corazón está muerto, pero eso es aún más probable. Quiero decir, se parecen—Revolvió su té y tomo un pequeño sorbo con una sonrisa—Los años de endogamia nos hacen similares.
Pero el rostro de Lucretia no perdio serieded. Walburga dejo su taza en la mesa y volvio a tomar el periódico con apuro.
—Ellos saben que no lo hizo, ¿Cierto? Esa desgracia andante preferiría besar a un dementor antes de decir la palabra sangre sucia, debes saberlo, prima—frunció el sueño y se mordió la lengua viendo el periódico— ellos deben saberlo.
—Pensé que esto te haría feliz, Sirius al fin nos ha hecho sentir orgullosos—walburga la ignoro y continúo leyendo. Se detuvo en un fragmento y al fin vio a su cuñada.
—Oh, querida, me sentiría orgullosa si supiera que él lo hizo, sin embargo, fue ese Pettigrew—volvio a su té y lanzo el periódico a la hoguera— Además, ¿De qué me sirve sentir orgullo de alguien en azkaban?
(...)
Tras pasar horas observando el tapiz familiar, pasando sus dedos por el nombre de Regulus y de vez en cuando por la zona quemada, Walburga se mantuvo sola en su cama, mirando al techo encantado, moridendose la lengua y concentrada en una sola estrella.
Y esta noche no era el corazón del León.
Esa noche también se inventó un frasco para contener animagos.
(...)
—Kreacher, toma mis guantes—El elfo los tomo y camino unos metros detrás de su ama. El caminar de Walburga era constante y firme, sin dudar por un segundo. —Exijo un juicio—Dijo ella cuando llego a la recepción del wizengamont. Detrás de ella una especie de secretario venia apurado murmurando excusas para sus superiores.
—Señora, Black, los suyos no son bien recibidos por aquí estos días.
—Oh, pero mi fortuna sí lo es, ¿O me equivoco? Exijo un juicio—Repitió Walburga.
—¿Para quién?—Dijo el jefe del wizengamont con hastió.
—Mi hijo.
—Tengo entendido que está muerto, señora.
—Mi otro hijo, Sirius.
—Señora, Black, no hay ninguna duda de que su hijo fue el perpetrador de ese vil acto.
—¡Lucius Malfoy obtuvo un juicio!
—Lucius Malfoy estaba bajo los viles efectos del imperius—Walburga se tomó el pecho con mero dramatismo y una expresión de perpetuo horror.
—Lucius Malfoy no es un hombre tan débil que el imperius no hubiese acabado ni con la muerte de su creador. Incluso mi sobrina tuvo un juicio y puedo decir que ella no es el ser más cuerdo de esta familia, eso es mucho decir, debe saber—Suspiro con cansancio y aburrimiento y siguió viendo al mago mayor—Mi sobrina obtuvo un juicio y mi hijo que lleva casi seis meses en Azkaban, no.
—No hay alguna duda de que él cometió ese acto y no hay nada que yo pueda...
—Retirare cada apoyo dado por los Black y sé que varios de estos sucios departamentos se mantienen a dichas donaciones—Ella mantuvo su mirada firme—Y en un cerrar de ojos, Lucius Malfoy, el esposo de mi amada sobrina hará lo mismo—El intercambio de miradas duro al menos 10 minutos antes de obtener una fecha para el juicio.
(...)
—Regulus, ¿Qué voy a hacer? — el retrato de Regulus estaba tratando de captar toda la información dicha por su madre, tenía desde 1980 sin recibir visitas de Walburga y estaba tratando de entender todo. —Necesito al menos otros 2 testificadores para Sirius y todos sus estúpidos amigos están muertos.
—Trata con James Potter y Lily Evans—Walburga refunfuño.
—También muertos, presta atención, fueron el inicio de esta historia.
—James y Lily están muertos—El retrato de Regulus dejo que eso se deslizara—Trata con Remus.
—¿Quien?
—El hombre lobo
—Ew, no, ¿Qué tal si me contagia de su asquerosidad? preferiría besar a un sangre sucia.
—Madre, necesitaremos una lista de los muertos de guerra.
...
Tras hacer que Kreacher moviese el cuadro a la sala de té, walburga estuvo toda la tarde recitando la lista de los muertos de guerra.
—Eso nos deja con los Longbottom, Pa...—empezó a recitar Regulus antes de ser interrumpido por Walburga.
—Oh, no, tu prima los torturo hasta la locura—Regulus se froto en entrecejo y continuo.
—Pandora, Mary Mcdonald, Remus Lupin, la profesora Mcgonagal y realmente no puedo pensar en nadie más, pero eso será suficiente—Walburga asintió y sacudió el frasco en su bolsillo.
—Ahora tenemos que encontrar algo para esta sucia rata.
(...)
31 de julio de 1982
SIRIUS BLACK OBTIENE UN JUICIO EN EL CUMPLEAÑOS DEL NIÑO QUE VIVIO
Sirius entro con cuidado y tambaleándose a la sala, lucia demacrado, pero casi lucia amenazador cuando logro divisar a su madre.
—¿Que carajo hace ella aquí, Remus?—Dijo con voz ronca.
—Vengo a ayudarte, pequeña mierda, párate recto y guarda silencio—Walburga se deleitó con la forma en que sirius obedeció. Era bueno saber que aun tenía ese poder.
—Solo quieres deleitarte con como regreso a ese horrible lugar, ¿No es así? —escupio sirius aun erguido.
—Si sigues hablando hare que eso sea lo que pase, ahora deja que tus sucios amigos den sus testimonios y después yo hablare—Sirius guardo silencio y Remus lo guio hasta la silla principal.
Walburga no despego los ojos de sirius en ningun momento, lo veía y se aferraba a absorber todo el asco y miseria que había en ellos.
—Señora, Black, puede proceder.
Walburga se sacudió el polvo invisible de su túnica y se levanta ignorando por fin la mirada de Sirius.
—Yo repudié a mi hijo y ese no es un secreto, nunca supe nada de mis hijos, no realmente, uno está muerto y el otro esta frente a mi deseando poder asesinarme o ponerme a mi en su lugar.
—Señora, no estamos aquí para escuchar sus problemas familiares—Dijo una bruja en el fondo. Walburga simplemente la ignoro.
—El punto es que yo sé una cosa. Sirius prefería cortarse la lengua antes de decir ''sangre sucia'', no hubo uso de veratiserum o legeremancia para él y estoy segura de que este asqueroso santurrón daría el permiso para dichos procesos en segundos, y sin embargo—Dijo ella una octava más alta—Ustedes decidieron dejarlo como culpable.
—Señora, no había alguien más a quien culpar, todo lo que quedo de Pettigrew fue su meñique, debería ser prueba suficiente.
Walburga sintió dolor físico de lo fuerte que rodo los ojos.
—Aquí tienen algo para de verdad reprender a Sirius, él y sus impuros amigos eran animagos y el señor pettigrew no era la excepción—Ella saco un frasco con una rata adentro y con un simple leviosa saco a la rata que parecía moribunda— ¿Le gustaría hacer los honores señor, Lupin?—El nombre sonó venenoso en la boca de Walburga.
—Revelio...
El grito ahogado en la sala fue proporcional a los escalofríos que recorrían la espalda de los Black.
Walburga aun manteniendo a Pettigrew levitando lo acerco a los magos y brujas del wizengamont.
—Esto merece más que un dedo.
Aun con los ojos desorbitados y después de tres largas horas el consejo levanto la mirada.
—Sirius Black, eres un mago libre.
Lo primero que hizo Sirius fue correr a abrazar a Remus, apretándolo tan fuerte como le fue posible. Después se acercó a su madre con un semblante aún más frio, viéndola tratando de encontrar las palabras.
—Encontrare quien te puso bajo el imperius, madre.
—No tengas ese descaro, Sirius, soy tu madre y me perteneces, nadie más tiene derecho a dañarte, solo yo—Walburga estiro su mano e ignoro la leve retirada de Sirius al poner su mano sobre la mejilla de su hijo—Tú y Regulus tienen los mismos ojos.
—Después de años de endogamia no creo que puedan ser muy diferentes, si estoy a oscuras no podría diferenciarte de la tía Lucretia—Walburga lo ignoro y siguió viéndolo a los ojos.
—Eres un hombre libre, Sirius, ni siquiera yo puedo poseerte ahora. Rompiste mi corazón cuando te fuiste, ¿Lo sabias? no he cambiado nada de las vulgaridades de tu cuarto en caso de que desees volver.
—Tú no tienes corazón, eres un monstruo, puedes mover esa habitación si lo deseas—Ella negó y retiro su mano del rostro de su hijo.
—Sirius.
—Madre.
Se vieron por última vez y ambos tomaron caminos contrarios.
Walburga por primera vez no tuvo la necesidad de ver al corazón del león o a la más brillante del cielo.