Por un error

Harry Potter - J. K. Rowling
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Por un error
Summary
Severus siempre supo que algo andaba mal con él.No era bonito, como los demás omegas, tampoco era delicado, mucho menos indefenso… vivir con en una zona horrible, donde menospreciaban a los omegas y la mayoría terminaba en un prostíbulo había activado todas sus defensas, al grado de ya no parecer un omega, tal vez más como beta y si tenía suerte incluso lo etiquetaban como un alfa.Eso fue hasta que tuvo la desgracia de conocer a ese tarado de alfa, James Potter.
Note
Está historia surgió debido a un tw de Cap.La verdad es que lo ví y dije "tengo que hacerlo y me tardaré lo que me tenga que tardar"También quería decir que no quiero extenderme mucho, tenía la idea de hacer nada más 5 capítulos, pero no se si me vaya a extender.
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Inesperado

Durante todo el día Severus estuvo tratando de esconderse del alfa, porque nada de lo que hacía podía evitar un desafortunado encuentro entre ambos. Lo primero que intento fue llegar más temprano a la hora del desayuno, pero de nada sirvió porque a la media hora el alfa se encontraba frente a él, saludándolo con ese carisma característico del hombre.

Lo siguiente que intento fue ignorarlo en los pasillos, así como irse por otros caminos, inclusos si estos le llevaban más tiempo del necesario para llegar a su destino, pero nuevamente su plan fracasaba porque el susodicho aparecía y le sonreía como si nada, algunas veces se atrevía a hablar con Severus, otras veces solo le daba esa pequeña y estúpida sonrisa de lado suya y pasaba a su lado como si nada. Si bien Severus se estaba frustrando con sus planes fallidos, no podía negar o ignorar el fuerte aleteo en su pecho cada que se encontraba con el alfa y alcanzaba a sentir el rico olor de sus feromonas, tampoco podía ignorar la sensación de picazón que aparecía en su glándula de olor, situada en su cuello, cada vez que el alfa se le quedaba viendo más tiempo del necesario.

*

James sentía que se volvería loco con todo este “jueguito” que tenía con el omega. Al principio el creyó que todo estaba bien, el omega ya no se alejaba al instante en el que lo veía y todo parecía marchar de maravilla, incluso había logrado ser el receptor de una de sus hermosas sonrisas.

Entonces, ¿qué carajo paso como para que ahora el omega se aleje en el instante en el que lo ve?, es enserio, ¿qué carajo paso?

Paso casi toda la mañana tratando de recordar que era lo que había hecho como para merecer nuevamente ese trato silencioso, pero nada venía a su mente, ya que, hasta donde podía recordar, lo único que había “cambiado” de sus encuentros fue el hecho de que él intento liberar discretamente sus feromonas para saber si el contrario las aceptaba. Se quedó pensando durante un buen rato hasta que su cerebro registro ese hecho, fue como si algo hiciera clic en su mente.

- ¿No le gustan mis feromonas? – fue el primer pensamiento del alfa, lo cual lo entristeció con rapidez, creyendo que esa era prueba suficiente como para saber que no tenía oportunidad de estar con el omega que había robado su corazón.

Con un suspiro, se levantó de la mesa y salió en silencio, sin hacer la dramática despedida que siempre le realizaba a Minerva y a Severus, lo que dejo a ambos bastante confundidos. Y Severus, quien quiérase o no se preocupaba por el alfa, decidió levantarse y salir detrás de este.

- ¡Potter! – medio grito Severus en un intento de detener al alfa, quien parecía caminar con mucha más prisa que de costumbre.

Y James, quien escucho la voz del pelinegro, no dudo en detenerse en seco, mientras se daba la vuelta con una expresión incrédula en su rostro al ver al contrario perseguirlo.

- ¿S-si? – James carraspeo un poco, pareciendo nervioso por el simple hecho de ser el objetivo de la mirada del omega frente a él. - ¿Sucede algo, Severus?

- ¿Estás bien? – fue lo primero que dijo el contrario al estar ya lo suficientemente cerca del alfa.

- ¿Disculpa? – la expresión del más alto podría haber hecho reír a Severus de no ser por la preocupación que corría por sus venas.

- Pregunte si estás bien. – Severus se cruzó de brazos, a la espera de una respuesta. – Y espero que respondas con la verdad.

James desvió su mirada, sintiéndose indigno de ser el receptor de la mirada de los bellos ojos del omega, lo que lo llevo a liberar su aroma, aquel que unos momentos antes era rico y profundo, como una extraña combinación entre el aroma a madera y lluvia, más específicamente ese delicioso aroma que siempre aparecía en el bosque después de una llovizna. Pero ahora, ese aroma era agrio, desagradable, lo que hacía que su omega interno llorara al sentir la tristeza de su alfa.

- Te juro que no es nada, - al alzar la mirada James pudo ver la triste mirada que tenía el omega en sus bellos ojos, lo que lo dejo congelado en su lugar.

- ¿Por qué me mientes? – Severus, sin ser del todo consciente, había hecho un puchero. – Y no te atrevas a contradecirme, tus feromonas te delatan.

James se quedó un momento en silencio, como si estuviera buscando las palabras necesarias para poder explicarle las cosas a Severus sin confesarle sus sentimientos. – Espera... ¿A qué te refieres con que mi aroma me delata?

Severus se encogió de hombros, sin querer delatar su gusto por el aroma del contrario. – Ya sabes... Siempre hueles de maravilla... – después de decir eso el rostro del mago más pequeño empezó a tornarse rojizo – Me refiero a que tu aroma es encantadoramente atrayente y ahora hueles fatal, a lo que me refiero es a que, normalmente hueles como el bosque después de una agradable llovizna y ahora hueles como a... ¿podrido?, no lo sé, solo sé que no te queda el olor. – el Slytherin termino sus divagaciones tapándose el rostro con ambas manos, ya que no quería ver la expresión del alfa, ya que estaba seguro de que sería una de arrogancia.

Muy lejos de lo que pensaba el más bajo, James no cabía en su propio cuerpo de la emoción que le provoca el saber que su aroma era del agrado del omega.

-  Solo estaba pensando en cosas tontas, ya sabes... – James sonrió con picardía y extendió una de sus manos para apartar las del omega de su propio rostro – ya no tienes que preocuparte, ya estoy bien. Aunque me hace muy feliz saber que te preocupas por mí.

- Cállate. – fue todo lo que salió de los labios del Slytherin mientras observaba el rostro contento del más alto, por lo que sin querer dejo salir algo de sus feromonas, lo cual provoco una gran dicha en el alfa.

Pues las feromonas de Severus parecían complementar las suyas, ya que el omega tenía el aroma de los libros junto con un rico aroma a café, por lo que al combinarlas con las suyas parecían formar un perfecto día lluvioso, donde solo buscabas estar bajo tus sabanas mientras lees un libro y tomas una buena taza de café.

- Hueles bien... – dijo impulsivamente el alfa, lo que rompió la burbuja en la que ambos sin querer se habían metido – Aunque... ¿un poco más dulce?

James sin querer empezó a olfatear el aire, lo que podría haberle dado la imagen perfecta para hacerle burla por parecer perro al olfatear el aire, pero desgraciadamente Severus no tenía la cabeza en eso. No, claro que no... En lo único que podía pensar Severus era en el hecho de que nuevamente su aroma se había salido de control.

- ¿Severus? – James hablo con voz baja, casi como si temiera asustar al menor con su presencia, lo cual no era del todo erróneo. Después de todo, Severus estaba temblando cual hoja de papel al viento y estaba tan pálido como una, que James temía que el omega se llegara a desmayar en ese instante, así que, con todo el cuidado del mundo, extendió una de sus manos y se acercó lentamente hasta donde estaba el omega. - ¿Estás bien?, ¿te sientes mareado o algo así?, ¿quieres que te ayude a llegar a tu habitación?

- ¿Qué? – Severus pareció salir de su trance luego de ver al alfa acercarse a él - ¿Qué... que dijiste?

- Pregunte si necesitabas algo, - James recorría el rostro del menor con su mirada, buscando en su expresión alguna anomalía que le dijera que sucedía – o si querías que te acompañara hasta tu habitación.

- No es... – el alfa no podía apartar la mirada del fino rostro del menor, demasiado preocupado como para poder hacer algo más – no es necesario, James, estoy bien.

James le dio una mirada que demostraba no creer en sus palabras y, mientras que al fin tomaba entre sus manos las manos del contrario, dejo salir su aroma en un intento de relajar al otro. – Esto es serio, Severus. No estás bien, estas pálido y también estas temblando... – James se quedó un momento en silencio al mismo tiempo que sus ojos recorrían el rostro del omega en busca de algún signo de incomodidad – Sé que no quieres mi ayuda, pero me preocupas.

Severus observo durante un rato más a James hasta que dejo salir un suspiro y le dio un suave apretón de manos. -  Estoy confiando en ti para llegar a salvo a mi habitación.

- Tranquilo, llegaras completo. – dijo James en un tono burlón mientras soltaba una de las manos del menor y le extendía su brazo, esperando a que Severus lo tomara para así empezar a caminar hasta su destino. – ¿Vas a querer que te ayude en algo más?

- Yo... – James dirigió su mirada a Severus, dejando que el omega se tomara su tiempo para poder decirle lo que sea que necesitara. - Me ausentare una semana por un improvisto, necesito que le informes de esto al director y que le pidas disculpas en mi nombre por no avisar con anticipación.

El alfa asintió y se quedó en silencio durante un rato, se notaba serio y Severus no pudo evitar que su mirada se detuviera un segundo de más en la expresión seria del contrario. – ¿Te sucedió algo?, ¿te sientes enfermo o algo así?

- No, estoy bien. – fue toda la respuesta que recibió James del otro, pero en ese momento el alfa no se sentía con el ánimo de bromear con el omega, así que lo único que recibió el omega fue un pequeño asentimiento.

Caminaron todo el recorrido hasta llegar a las mazmorras en un silencio incomodo, que dejo a ambos con un sabor amargo en la boca, pero aun así ninguno de los dos buscó volver a sacar una plática. Al llegar a puerta de la sala de Slytherin, James se detuvo y con un suspiro dirigió su mirada hacia el contrario. – Como te dije, sano y salvo. ¿Estarás bien?

Severus asintió con suavidad. – Claro que estaré bien, así que puedes irte. – El omega soltó el brazo del alfa y le dio un ligero empujoncito para que este empezara a irse.

Y James, quien lo observaba con una expresión de tristeza solo asintió, pero aun así no se fue en el instante, sino que se quedó para liberar discretamente sus feromonas y que así estas se impregnarán en el omega. Y, para poder ‘distraer’ a Severus de sus acciones, decidió preguntar. - ¿No quieres que te ayude en algo?

Y Severus, quien estaba a punto de contestar se quedó congelado al ser ‘expuesto’ a las exquisitas feromonas del alfa, lo que lo llevo a perder el control de sí mismo y a terminar lanzándose a los brazos de James mientras dejaba salir su propio aroma para poder atraer al alfa y, a su vez, tomaba su rostro entre sus manos y lo besaba con pasión.

… Bueno, solo se puede afirmar que Severus estaba realmente jodido.

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