
Lughnasadh y algo más
–DRACO LUCIUS MALFOY, BAJA EN ESTE INSTANTE–
Draco solo carcajeó mientras le indicaba a Eldnátt que girara a la izquierda, volaron sobre las copas de los árboles directamente a una colina cuando estaban lo suficientemente cerca como para que Pansy volviera a gritar que iban a morir estrellados, Eldnátt comenzó a subir a ras de la pendiente del monte para que al pasar la cima encontrarán el paisaje más hermoso que tenían cerca, uno que Draco conocía bastante bien porque había sido uno de los paseo que tuvo hace un año con la diferencia que siempre habían estado ahí de noche, jamás de día.
Era… hermoso.
La laguna se mostraba de un color turquesa que en la superficie reflejaba la luz solar de una manera nunca antes vista, estaba rodeada mayoritariamente por árboles, sin embargo había un pequeño sector el cual solo estaba cubierto por césped y podía ver pequeñas sombras que de seguro eran criaturas comiendo de las hierbas del prado.
Sintió suavemente como el agarre de su amiga se aflojó –Woow…– fue lo único que escucho de la bruja.
Sonrió con satisfacción, esa era exactamente la expresión para esto “woow” porque no había palabras para describir la hermosa obra de la naturaleza que tenían enfrente, simplemente era único. Siguieron volando un poco más sin decir ninguna palabra, era un silencio cómodo mientras la brisa de verano, de reojo podía ver como Pansy ya no se encontraba tensa, incluso parecía maravillada con la vista y disfrutando de esta.
–Mira– Pansy levantó un brazo para indicar un sector del prado que estaba rodeado en medialuna con árboles –¿Puedes bajar a ese lugar?--
La miró extrañada pero redirigió a Eldnátt hasta el sector indicado donde aterrizaron y se bajaron de la montura. La bruja comenzó a mirar los alrededores, bajó al suelo para tomar un poco de tierra que deslizó en sus manos, rozó la altura de las hiervas y caminó hacia los árboles.
¿Qué bicho le había picado? tal vez el volar le sobre oxigenó el cerebro y …
– No me mires así –la bruja, que ahora estaba al frente, lo miraba con ojos asesinos– no estoy loca. –
Draco la miró durante un segundo – ¿Como…? Eres legeremente, ¿no es así? sino, no me explico como siempre sabes lo que estoy pensando –
La bruja simplemente rodó los ojos antes el comentario de su amigo –Draco, nos conocemos desde siempre, incluso cuando usas tu máscara de indiferencia se lo que estás pensando–
Tarareo en comprensión, después de todo tenía un punto.
La bruja hizo un movimiento exasperado con la mano para luego caminar al centro de la hierba en donde se encontraban –Este lugar es perfecto para Lughnasadh, por eso te pedí que bajaras. Estuve leyendo libros que documentaban cómo hacían el festejo e incluyen diversas descripciones de los lugares – la bruja giró sobre sí misma.
Bien, eso lo sorprendió un poco. Si bien todos habían estado leyendo y aprendiendo, sentía que los menos comprometidos eran Pansy y Blaise, que si bien les gustaba mucho todo el entrenamiento de combate y arco, pensaba que cuando investigaban sobre su familia, no tomaban tanta atención, por esta razón solo pudo sonreír a su amiga.
–Sabes, tu familia documentaba muy bien sus tradiciones, me sorprende que en algún momento haya querido deshacerse de ellas y reemplazarlas por otras, es como de lo que nos quejamos de…de los…– Pansy se silenció.
–¿De los traidores de sangre? – completó lo que la pelinegra no puedo decir, ella solo asintió con la cabeza.
Bueno, Draco ya había tenido esa conversaciones consigo mismo hace un tiempo y había hecho las pases al respecto, entendía lo que estaba pasando Pansy en ese momento. Cayeron es un pequeño silencio mientras el viento corría entre ellos, podía ver en el rostro de la bruja cómo se gestaron algunas discusiones internas al respecto.
Suspiró y se acercó para tomar la mano de su amiga.
–Creo… que las cosas no son blanco y negro Pansy, aunque nos hayan criado así. Creo que la realidad en todos aspectos es más gris ¿No te parece? – Draco presionó un poco más su mano.
En respuesta, Pansy devolvió el apretón –Sí supongo…–
–Bien, vamos de vuelta a casa. Visarr estará feliz de saber que encontraste el lugar perfecto para la ceremonia–
Así fue como nuevamente montaron a Eldnátt solo que esta vez Pansy estaba mucho más dispuesta y no gritó en ningún momento del viaje. Parecía estar disfrutando el vuelo ya que las únicas veces que se tensó fue cuando hacían algún giro rápido, lo cual era completamente entendible puesto que no estaba acostumbrada a volar ni siquiera en escoba, aunque tenía la sensación que eso comenzaría a cambiar este año. Estaban volando sobre las copas de los árboles más altos, faltaba poco para llegar a la mansión cuanto vió tres pequeñas figuras que se alzaban sobre los árboles jugueteando, solo le faltó acercarse un poco para llegar a la realización de que eran Radu, Vlad y… ¿Try? era su princesa.
Abrió tanto los ojos que pensó que se le iba a salir. Tyr ya era grande y hacía pequeños vuelos, pero jamás había subido sobre la copa de los árboles, se acercó cuidadosamente al lugar donde jugaba la familia de hipogrifos. Para cuando la hipogrifo menor se dio cuenta voló a encontrarlos, Eldnátt por su parte la recibió alegre mientra Tyr volaba alrededor de ellos, Pansy reía ante el tierno escenario que estaba montando la hipogrifo que graznaba en aprobación a la bruja, a los minutos Vlad y Radu se les unieron para que finalmente los tres hipogrifos se alinearon volando. Draco no esperaba que algo así sucediera pero no podría estar más feliz, en ese preciso momento sentía que tenía todo lo que siempre quiso y nunca supo, surcando los cielos con criaturas que hasta hace poco más de un año no conocía ni respetaba, con su amiga acompañándolos y el resto de su familia y amigos esperándolos en…casa… si, en su hogar.
Ama Malfoy Manor, pero esperaba de corazón que algún día tuviese la misma esencia que Freisdreki Manor. Si, recientemente supo que ese era el nombre del hogar de Visarr, si lo pensaba era bastante obvio, sin embargo las personas en general también la conocían como “Malfoy Manor” en Rumanía, sin embargo como Visarr no tenia abierto el Floo para prácticamente nadie, no conocían realmente el nombre de la residencia.
Volaron hasta llegar nuevamente al jardín trasero de la mansión y aterrizar, para cuando se bajaron notaron que sus amigos ya habían regresado del pueblo y Charlie había terminado de practicar con Luna, todo estaba en la pérgola compartiendo refrescos.
–¿Ahora Pansy vuela? – Blaise pregunta burlonamente.
La bruja solo se acomodó las ropas para caminar directamente a la pérgola ignorando el comentario del moreno.
–Hemos encontrado el lugar perfecto para la celebración de Lughnasadh ¿Pudieron encontrar en el pueblo lo que faltaba? – Pansy miró a los tres magos más jóvenes en busca de respuesta, el único que asintió confirmando que tenían todo, fue Theo– Excelente, quedan solo cuatro días, debemos preparar las mezclas que requieren de más tiempo. Será el mejor Lughnasadh de la historia – Sonrió con suficiencia y entró a la mansión ignorando a todos los presentes.
Visarr, Charlie y Alphonse estaban descolocados, eran los que menos conocían a la chica y en el tiempo que llevaban probablemente nunca la había visto tan animada por algo, por otro lado estaban Theo y Blaise que miraron con interrogación a Draco quien en respuesta solamente se encogió de hombre, Luna fue la única en actuar como si nada raro estuviese ocurriendo.
–Oh, me encantan los Cornulețe, quiero llevarlos a casa para que mi padre también los pruebe– la chica rubia tomó uno de los dulces que aparentemente habían comprado los chicos en el pueblo.
¿Habrá sido algo de lo que le dijo a Pansy que la hizo actuar más emocionada?
Bien, no era algo precisamente malo, solo la dejaría ser. Se acercó sentándose al lado de Luna y comiendo de esos exquisitos dulces, definitivamente iba a tener que llevarse toneladas de esta a Inglaterra cuando tuviese que volver, eran realmente maravillosos. Entro en una conversación con Luna sobre los mejores dulces Rumanos, ignorando el aun desconcierto en el resto de los presentes.
Cuatro días pasan rápidos, más con una bruja sobreestimulada con los preparativos de la celebración, la casa olía a distintas hierbas y esencias en las que habían trabajado durante esos días, ya que no solo se requieren para la ceremonia sino que también algunos estaban destinados a aromatizar sus vestimentas. Visarr había mandado a hacer ropas acorde a la ocasión basado en algunas antiguas vestimentas que aún permanecen en la familia y algunos relatos en los libros. Obviamente no eran exactamente iguales, habían surgido cambios para que se fueran más cómodas y acorde a los tiempos.
Aún así Draco se sentía un poco medieval en esas ropas que para los magos consistían en… ¿túnicas? si se les podía llamara así, a veces sentía que era más un abrigo muy largo, ya que llegaba a la rodilla y se afirmaban con un cinturón de cuero cafe a la cintura, noto que las ropas de cada uno eran de distintos colores, pero a su vez todos eran variaciones entre terracota y oro en tonalidades oscuras. Luna parecía una ninfa del bosque, llevaba un hermoso vestido largo color amarillo que a diferencia de los demás es un color muy claro, si bien el vestido tenia “mangas” estas se abrian desde el hombro dejando que la tela cayera llegando al suelo, también tenia una corona de flores que combinaban con los hilos de cuero que adornaban su cuello. Por otro lado, el vestido de Pansy no era nada como el de Luna, cuando mirabas a Luna sentías armonía, sabiduría y equilibrios. Mirar a Pansy era mirar poder y confianza, su vestido era de un naranjo oscuro con detalles cafe moro igual de ligero que el de la otra bruja presenta pero el de Pansy tenía una marcadas hombredad con un dragón bordado del cual caían las mangas, era toda la fuerza de la bruja representada en un vestido.
–Bien, ya es hora– Visarr sacudió pelusas de su rodilla para colgar sobre sus hombros un a piel peluda color gris –Mi querido sobrinito junto a Pansy nos indicarán el camino sobre Eldnátt y nosotros los seguiremos en escobas.
La tarde había caído, tal y como Visarr indicó, Draco montó a Eldnátt seguido por su amiga, quien se veía mucho más tranquila y guiaron el camino al lugar destinado para la ceremonia. Eldnátt se quedó en una roca cercana mientras que las brujas y magos caminaban por la hierba que les llegaba poco más abajo de la rodilla, el día que encontraron el sitio no se percató de que la hierba era de hecho un pequeño campo de trigo natural en el sector, claro Pansy tenía razón, era el lugar perfecto para la celebración.
La luz dorada del crepúsculo iluminaba el lugar, Luna y Pansy encabezaban el grupo, ya que Pansy se había autoasignado responsable de la celebración para luego asignar a Luna como su ayudante, a Visarr le encantó la idea. La atmósfera estaba cargada de una energía única, como si la magia misma respirara a través de cada hoja y brizna de hierba.
–Theo, Blaise– Pansy miró a sus amigos –necesito que monten un altar como el que les enseñe en ese lugar de allá– la bruja levantó el brazo indicando el centro del claro.
Las brujas dibujaron un círculo con hierbas secas (lavanda, romero y manzanilla) alrededor del altar, decorado con frutas recolectadas del bosque cercano: manzanas, moras, ciruelas, y racimos de uvas brillaban bajo el último rayo de sol. Alrededor, Visarr y Charlie colocaban velas encendidas hechas a mano con cera natural, mezcladas con esencias de pino y bergamota, llenando el aire con un aroma refrescante.
–Pss– Alphonse le golpeó con el codo –¿Nosotros qué hacemos?–
–¡Cállate!– susurro para que no los escucharan –deja que los otros trabajen.
¿Es idiota? Si Pansy no les decía nada, no se debería quejar.
La bruma dorada se alzó lentamente hacia el cielo, envolviendo el claro en un resplandor que parecía sacado de algún buen sueño. Draco observaba el efecto fascinado y extrañamente cómodo con su entorno la luz que los bañaba les daba la sensación de conectarlos a todos.
El año pasado su celebración fue maravillosa porque, vamos, había montado por primera vez a Eldnátt, pero la sensación de hoy con todos lo que lo rodeaban, no se quedaba atrás.
Pansy dio un paso al frente, elevando la voz con una autoridad natural que parecía amplificada por el entorno.
–Ahora que la conexión está hecha, es momento de celebrar nuestra unión y esta cosecha. Theo, Blaise, coloquen las ofrendas restantes en el altar. –Se giró hacia Luna, quien ya sostenía un cesto lleno de hierbas frescas y pétalos de flores–. Luna, tú y yo nos encargaremos de sellar el círculo.
Blaise bufó mientras levantaba un racimo de uvas con cuidado exagerado. –Espero que esta "ofrenda" no atraiga a alguna criatura hambrienta.–
—Si lo haces, puedes ofrecerte tú también. Seguro que no te extrañaremos tanto —respondió Pansy sin perder la compostura, aunque una sonrisa traviesa se asomó en sus labios.
Ho ho, realmente le encantaba el carácter de esta mujer.
–¿Seguro que no debemos hacer nada?– Alphonse le había picado nuevamente el costado.
Draco estaba con los brazos cruzados y una ceja alzada –¿Quieres quedarte tranquilo idiota? solo disfruta–
Luna, por su parte, ya había comenzado a esparcir los pétalos en el borde del círculo, sus movimientos tan ligeros y fluidos que parecían una danza.
–Esto es algo más que un ritual –comentó Visarr en voz baja, situándose junto a Draco– Es un recordatorio de quiénes somos, de nuestras raíces.–
Draco asintió, aunque no respondió.
Cuando el círculo estuvo sellado, Pansy mantuvo una copa tallada de madera llena de hidromiel levitando frente a ella –A la magia que nos une, a la naturaleza que nos da vida y a los lazos que nos sostienen. – el interior de la copa brillo.
Luna lanzó hierbas y esencia en el recipiente.
–Til galdrs þess, er oss bindr; til þeirar náttúru, er oss líf gefr; ok til bandanna, er oss styðja. –Pansy elevó la copa quedando sobre la cabeza de todos– ¡Fyrir Lughnasadh!–
—¡Fyrir Lughnasadh! —repitieron todos al unísono, sus voces mezclándose con el susurro del viento y el crujir de las llamas de las velas.
En ese momento el pequeño brillo dentro del recipiente se extendió rodeando calurosamente a todos llevándolos de una sensación de éxtasis y felicidad, hasta disiparse en el cielo.
Charlie, que había permanecido mayormente callado hasta ese momento, se inclinó hacia Draco con una sonrisa. —¿Es normal que estas ceremonias sean tan dramáticas?–
No, la respuesta era no, y Charlie lo sabía después de todo su familia también era pura sangre probablemente tenían sus propias celebraciones pero claramente más sutiles.
Draco soltó una carcajada suave. –Es Pansy. La palabra "discreta" no está en su vocabulario, y el hecho de que mis ancestro al parecer tenían ceremonias aún más mágicas que el común, solo la motivó más–
La comida comenzó poco después. Sentados en un círculo sobre mantas dispuestas en el suelo, compartieron frutos, panes y queso. Luna, con su característico tono tranquilo, sugirió que cada uno compartiera un recuerdo o un deseo relacionado con el tiempo que llevaban en Rumania.
Por un lado Alphonse, Charlie y Visarr parecían emocionados al respecto, las serpientes…no tanto, aun así no podían negarse a la Luna.
–Agradezco… –comenzó Theo, siempre el más directo— por las oportunidades.
Fue todo lo que dijo.
–Agradezco a las personas que me soportan –añadió Blaise con una sonrisa irónica que no pudo ocultar del todo su sinceridad–, aunque dudo que tengan alternativa.
Charlie tomó la palabra con un entusiasmo que contrastaba con los tonos más solemnes. –Por los nuevos comienzos. Creo que todos necesitamos uno de vez en cuando, incluso cuando no lo sabemos.–
Draco se quedó en silencio por un momento, mirando las llamas que titilaban en el altar. Finalmente, habló, su voz más baja de lo habitual. —Por el cambio. Por salir del blanco y negro para darle posibilidad a una vida con más grises– miró de reojo a Pansy.
La velada continuó con risas, bromas y una ligera sensación de magia que parecía flotar en el aire. Las velas se consumieron lentamente, dejando al claro iluminado solo por la luz de la luna llena. Eldnátt, en la distancia, graznó suavemente, como si también estuviera participando en la celebración.
¿Y cómo no? cada poco le iba a dejar de comer, también la habían considerado a ella.
–Realmente quería recuperar la esencia de una familia antigua que pareció ser dejada de lado por su propia sangre – habló Pansy de la nada cambiando los temas de conversación – sentía que si no lo hacía sería… una traidora de sangre…– la última frase la dijo casi tan bajo que fue imperceptible.
Charlie miró a la bruja preocupado y conflictuado con el término usado, porque claro, su familia era ampliamente llamada así mientras que Visarr por su lado suspiró pesadamente.
–Enserio, que le hacen a los niños de hoy en día para arruinarlos tanto– el Malfoy mayor uso un tono burlón –Te lo agradezco querida pero te dire algo y esto es algo que quiero que todos aqui entienda, la sociedad mágica avanza es obvio que no podemos hacer las mismas cosas de hace mil años ¿Bien? de hecho esta misma ceremonia la adaptaste a nuestros tiempos, ya que no veo a ningún enemigo familia empalado por ahí– giró las mano indicando los alrededores.
Ugh, quién podría comer con olor a muerto, definitivamente antes eran más bárbaros.
–Pero eso no quiere decir que hay que olvidarlas ¿está bien? –el mago respiró profundamente – Al igual que hemos adaptado y aprendido tradiciones, las brujas y magos nacidos de muggles y que no conocen el mundo mágico pueden hacerlo si les enseñamos y eso… es mejor que insultarlos y aislarlos ¿no? podemos adaptar las cosas para no perder tradiciones mágicas y avanzar en transcurso–
Hubo un silencio. Claro que hubo silencio, todas las serpientes presentes habían sido criados completamente distinto pero también sabían que ya no eran completamente así y aparentemente las palabras de Visarr hicieron a todos darse cuenta que de hecho no querían ser así.
Este sería un año interesante.
Cuando finalmente se levantaron para regresar, la energía del lugar aún vibraba en el ambiente. Draco, al subir a Eldnátt, miró el claro una última vez, grabando la imagen en su mente. La magia, pensó, no solo estaba en los rituales o en los hechizos, sino en momentos como ese.
–Vamos no te pongas cursi y despeguemos rápido– dijo Pansy acomodando detrás.
–¿Cursi? –bufo por lo bajo– ¿Pansy Parkinson realmente tienes la cara para decirme eso después de esta celebración?
La bruja solo agitó la mano y despegaron.
Como todo lo bueno acaba sus amigos se debían marchar. Alphonse había partido el día anterior a Francia, este año volvía antes por el mundial de quidditch en el cual se volverían a ver, pero hoy era el momento de despedirse de sus serpientes y Luna.
Pansy se giró bruscamente para mirarlos a todos –Quiero aprender a jugar quidditch y practicar escoba, no me atrevo a estar en el equipo este año, pero quiero a los cuatro en el equipo de 5to año y no acepto un no como respuesta – se giró y caminó a su traslador con Luna.
–Bueno no queda de otra que asentir ¿no? es decir, ni siquiera dijo adiós– Blaise los miro de brazos cruzados.
Despidió a sus amigos quedándose solo con Visarr y Charlie, pero pensando en las palabras de Pansy.
Si, definitivamente sería un año interesante.
–Vamos pequeñin, aún te queda una semana conmigo. No estés triste– Visarr despeinó su cabello.
–¡A quien llamas pequeñin!--
–¿Entonces admites que estás triste porque tus amiguitos te dejaron? –
Si este anciano quiere morir, no le negará el deseo. Así fue como Visarr estuvo quejándose todo el camino de vuelta sobre lo fuerte de los hechizos punzantes que le hecho Draco mientras este miraba con suficiencia y Charlie reía.
La última semana en Rumania tenía un aire diferente. Había algo de melancolía en los pasillos de la mansión ahora que sus amigos habían partido, aunque Draco no lo admitiría. Cada mañana, tras desayunar, se dirigía a los establos de los hipogrifos. Tyr había crecido mucho durante el verano, y aunque aún no era lo suficientemente grande para largas distancias, su progreso era evidente. Draco disfrutaba del tiempo que pasaba con ella, en parte porque le daba un propósito en esas horas solitarias.
Eldnátt, por su parte, había vuelto a la reserva. No podía evitar extrañarla. Había algo en su presencia que lo hacía sentir poderoso y pequeño al mismo tiempo, como si su vínculo con ella lo conectara a algo mucho más grande que él mismo.
Por las tardes, las cosas tomaban un giro más interesante. Visarr había vuelto a trabajar por las mañana en la reserva, pero no sin asegurarse de que Draco tuviera suficiente en qué ocupar su tiempo con una interesante rutina de entrenamiento.
Por las tardes, el mago mayor volvía, obviamente acompañado de Charlie y pasaban el tiempo entre documentos, libros antiguos y las interminables historias de los Freysdreki.
–Sabes, no tengo hermanos pero creo que definitivamente eres como un buen hermano– dijo un día a mitad de semana a Charlie que le acababa de ayudar con una traducción.
A este punto podía aceptar que tuvo un pequeño enamoramiento platónico por el pelirrojo, cosa que jamás admitiría en voz alta y mucho menos frente a sus amigos, pero actualmente lo podía ver como un gran amigo y de forma más fraternal como lo que sería un “hermano”.
A Charlie se le iluminaron los ojos y lo aplastó en un gran abrazo de oso –OOOOOW PEQUEÑO DRAGÓN SIEMPRE SERÁS MI HERMANITO TE QUIERO TANTO–
El pelirrojo lo alzó de su asiento y lo comenzó a girar.
Mierda. Mierda. Mierda. Iba a morir o a vomitar y ninguno era muy digno que digamos.
–Deja al chico Charlie, lo matarás– dijo Visarr mientras ladraba una carcajada.
–¡No puedo, estoy muy feliz! tengo un hermanito nuevo y ¡es rubio! no tenía uno de esos en mi colección ¿Sabes? –
–¡Ey no soy un muñeco coleccionable! –
Los magos mayores reían a destajo mientras trataba de zafarse de los musculosos brazos del pelirrojo. Maldita sea se reían de él pero en realidad no podía enojarse, terminó cediendo y riendo con los otros dos.
–Bien entonces desde hoy Charlie era un Freisdreki honorario– Visarr despeinó a Charlie, como a veces lo hacía con Draco.
Charlie se sonrojó un poco y Draco al fin entendió que era lo que sucedía, pero al mismo tiempo sintió un poco de lástima por su nuevo hermano.
El mismo día después de la cena, mientras revisaban un libro de hechizos familiares, algo capturó la atención de los tres. Era un pasaje breve, escrito en runas antiguas, que mencionaba una celebración particular en la que se conjuraba un dragón ceremonial.
–¿Qué dice exactamente? –preguntó Draco, inclinándose sobre la página, con los ojos entrecerrados.
Visarr pasó un dedo por las runas, pronunciándolas con cuidado. –Es un hechizo utilizado en las antiguas celebraciones familiares, para marcar triunfos o uniones importantes. Según esto, invoca un dragón hecho de luz, cuyo color refleja el del dragón vinculado al lanzador.–
Charlie silbó, impresionado. –Eso es… mucho más espectacular que cualquier cosa que haya visto en las bodas de mi familia.–
Draco sonrió ligeramente, sus ojos brillando de curiosidad. –¿Crees que podríamos intentarlo?–
Visarr lo miró con travesura y una gran sonrisa.
–Por supuesto. No sería un verdadero Malfoy si no aprovechamos cada oportunidad de impresionar ¿No?–
Charlie tomó rápidamente su brazo y lo llevó al jardín parecía tanto o más emocionado que el resto.
La noche era perfecta para probar el hechizo bajo el cielo despejado lleno de estrellas. Draco se soltó del agarre del pelirrojo y sacó su varita sosteniendo con firmeza, mientras Visarr y Charlie observaban desde una distancia prudente.
“Cobardes” pensó por un instante.
El libro indicaba que para ejecutar el hechizo debes alzar la varita y dibujar dos círculos mientras verbalizamos el hechizo.
–Bien, sobrinito, ya sabes qué hacer –dijo Visarr, con los brazos cruzados y una sonrisa expectante.
Draco respiró hondo, recordando las palabras exactas que había memorizado del libro. Levantó su varita y la agitó la varita como indicaba el libro.
–Ljósta af eldri!– pronunció con fuerza.
Al principio, nada sucedió, y Draco estuvo a punto de girarse para preguntar si había hecho algo mal. Pero entonces, una chispa turquesa emergió de la punta de su varita, creciendo rápidamente hasta transformarse en una figura imponente.
Un dragón hecho de luz, destellaba como el fuego, se elevó hacia el cielo. Su forma era majestuosa, sus alas se extendían como si abrazaran las estrellas, y su rugido resonó en el aire como un trueno. Draco observó, sin aliento, cómo la criatura ascendía, iluminando todo a su alrededor con un resplandor cálido, se dio cuenta que la silueta conjurada era la misma que aparecía en los escudos y libros familiares, era su emblema.
Charlie soltó una carcajada de asombro. –¡Esto es increíble! ¿Así celebraban tus antepasados?–
–Bueno también lo usaban en los triunfo de batallas, tendría que ser imponente ¿no cree? – Comentó Visarr mirando con orgullo a su sobrino.
Draco no respondió, demasiado fascinado por el espectáculo en el cielo. El dragón giró en el aire antes de desaparecer en un estallido de luz que dejó el cielo tranquilo una vez más.
Visarr se acercó, dándole una palmada en la espalda. –¿Te lo he dicho, cierto? Estoy orgulloso de ti – el mayor se giró para mirarlo de frente con una mano en cada hombro – eres el más digno heredero que podría tener solo… asegurate de que brille más la próxima vez– terminó con una sonrisa.
Draco rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír. –Tal vez te deje intentarlo y puedas demostrarme cómo se hace.–
Charlie rió mientras se acercaba. –Estoy muy orgulloso de un hermanito como tu, siento que puedes hacer cualquier cosa –
–¿Ya no dejarás de llamarme así, cierto? –Draco miró mortificado al pelirrojo.
–¡Jamás hermanito! Lección número uno. Los hermanos mayores siempre dejan en vergüenza a los menores– sin sacar la sonrisa de su rostro despeinó al rubio.
Draco suspiró y miró hacia el cielo una vez más, sintiendo una mezcla de orgullo y alegría.
“Ha sido un gran verano”
Draco apenas había llegado al apartado de trasladores del Ministerio de Magia rumano cuando Visarr lo arrastró a un abrazo tan grande que, por un momento, creyó que el hombre iba a intentar asfixiarlo. ¿Es esto una tradición familiar o simplemente un problema generacional? pensó mientras trataba de liberarse.
–Vamos, pequeñín, Inglaterra no está tan lejos –bromeó Visarr, aunque su tono tenía un dejo de nostalgia–. Pero recuerda, si en algún momento necesitas volver, esta siempre será tu casa.–
Draco se acomodó la túnica, intentando ocultar el leve sonrojo que apareció ante el comentario. –Lo sé, tío. Solo no dejes que Charlie se apodere de mi habitación–
Visarr soltó una carcajada mientras le daba una palmada en el hombro. –Prometido. Aunque no puedo garantizar que no la redecore.–
Draco rodó los ojos, recogió sus pertenencias, antes activar el traslador miró atrás
–¿Te veré en el mundial? – pregunto tentativamente.
La expresión del mayor cayó –No lo creo, lo siento–
Tras un breve pero emotivo adiós, desapareció en un destello de luz al activar el traslador.
El Ministerio de Magia británico siempre tenía un aire solemne y opresivo, pero ese día fue particularmente bullicioso. Draco apenas había salido del área de recepción cuando vio una figura que no esperaba encontrar tan pronto: su madre, Narcissa Malfoy, esperándolo con la elegancia y frialdad que siempre llevaba como una segunda piel.
–Draco, querido –saludó, extendiendo una mano hacia él–. Espero que tu viaje haya sido cómodo.
–Madre… –respondió.
Pensó en inclinar ligeramente la cabeza. Era un saludo educado, aunque distante, acorde a la dinámica que “debieran tener”.
Bueno. Que se jodan todos los imbéciles mirones.
Draco corrió a abrazar fuertemente a su madre a quien no había visto desde que terminó la escuela.
–¿Está todo bien? –preguntó finalmente la bruja, con una mezcla de curiosidad y precaución.
–Todo está perfecto– respondió apretando el abrazo.
Su madre le devolvió el afecto mientras le acariciaba el cabello ¿Qué más podría pedir?. A pesar del feliz recibimiento su madre estuvo tensa en el camino hasta que ya estaban en la mansión pero no estaba su padre.
La bruja lo miró de reojo antes de hablar, su tono apenas por encima de un susurro. –Tu padre está… ocupado con asuntos relacionados al mundial. Nada de qué preocuparse…–
Draco no respondió, pero su mente se puso a trabajar de inmediato. ¿"Asuntos relacionados"? ¿Qué clase de asuntos necesitan esa mirada evasiva?
Los días siguientes pasaron con rapidez. Draco se instaló en Malfoy Manor, pero pronto notó cosas que antes habrían pasado desapercibidas. Su padre, un hombre serio y de mirada fría, estaba más agitado de lo habitual al punto que parecía ¿alegre? no es que sea malo que esté feliz, pero era extraño, sus últimos recuerdos de hombre genuinamente alegre eran de hace años. Constantemente tenía reuniones en su despacho, y Draco podía escuchar fragmentos de conversaciones mientras pasaba cerca donde escuchaba palabras como "Sucios" o "mundial" que podrían ser cualquier cosa pero le daba mala espina.
Una tarde, mientras inspeccionaba los terrenos de la mansión, Draco encontró a su padre junto a un grupo de elfos domésticos que cargaban baúles misteriosos. Al acercarse, notó que algunos tenían grabados oscuros y runas que parecían antiguas.
–¿Qué es todo esto? –preguntó, intentando sonar casual.
Lucius apenas le dedicó una mirada antes de responder con frialdad. –Asuntos importantes, Draco. No necesitas preocuparte por ellos.–
Se armó de valor, necesitaba saber qué sucedía, la situación ya lo estaba perturbando en demasía.
–Pero–
–Pero nada dije que no necesitas preocuparte– siseo su padre.
Draco frunció el ceño –¿Por qué necesito preocuparme exactamente? ¿Alguna vez vas a explicarme algo, o crees que voy a seguir siendo un espectador eterno? –
Apenas terminó de hablar abrió tanto los ojos que pensó que se le saldrían.
“Santa mierda, estoy muerto” fue lo único que pensó. Jamás en la vida le había respondido así a su padre, no sabía que se había apoderado de él, pero ya no había vuelta atrás.
Lucius lo miró por completo esta vez, con una mezcla de sorpresa y desdén. –Cuidado con tu tono, muchacho. Hay cosas que son demasiado complejas para que las entiendas en este momento.–
Draco apretó los puños. Quiso gritarle que ya no era un niño, que había aprendido cosas en el último año que cambiarían su perspectiva para siempre. Pero se contuvo, optando por otro enfoque.
–¿Y esto tiene algo que ver con el mundial de quidditch o nacidos muggles?– preguntó, señalando uno de los baúles.
Lucius soltó una risa seca. – ¿“Nacidos muggles”?. Sangres sucias, Draco. No son más que una maldita plaga al mismo nivel que esas sucias criaturas que hay en Hogwarts-
¿Criaturas?
-¿Te refieres a los hipogrifos? Esto…¿tiene que ver con ellos?- pregunto tentativamente.
—¿Esto?- bufo con malicia el patriarca— No. Pero aun si lo fuera, ¿Por qué te importaría? No son más que herramientas, recursos para ser explotados por quienes realmente entienden su propósito—
Las palabras lo golpearon como un balde de agua fría. ¿Herramientas? ¿Recursos? ¿Era esto lo que pensaba de dragones como Eldnátt? ¿De Tyr? ¿De todo lo que había aprendido con Visarr y Charlie? Draco sintió cómo algo dentro de él comenzaba a resquebrajarse, una idea que desde el año pasado se estuvo gestando pero que hasta ahora se negaba a aceptar, su padre no era el hombre que él había idealizado.
–Estás equivocado –dijo finalmente, con un tono más firme del que esperaba–. Las criaturas mágicas no son herramientas, padre. Son mucho más que eso. Y no creo que alguien como tú pueda entenderlo…— término mientras más inseguro de lo que comenzó, había perdido el valor inicial.
Lucius lo miró, atónito por un momento, antes de recuperar su compostura. –Ten cuidado, Draco. Esa actitud te hará débil. No puedo permitirme un heredero débil… o traidor de sangre—
Draco sostuvo su mirada, sintiendo cómo la admiración que alguna vez había tenido por el hombre que tenía enfrente se desmoronaba. Por primera vez, no sintió la necesidad de defenderse ni de buscar su aprobación. Simplemente se dio la vuelta y se alejó.
¿Débil? ¿Por no insultar a otros magos y brujas? ¿ Por Respetar a las criaturas mágicas? Si eso era debilidad, entonces prefería ser débil.
Mientras caminaba de regreso a su cuarto, una sensación de claridad lo envolvió. Era un Malfoy, sí, pero ya no sería el tipo de Malfoy que Lucius esperaba.
El mundo no es blanco y negro, padre. Tú sigues atrapado en una ilusión. Y por primera vez en mucho tiempo, Draco sintió que estaba tomando su propio camino.