
Primer acto: Podría pasar una eternidad con tus manos en mis bolsillos (i could’ve spent forever with your hands in my pockets)
Invierno
Remus
Estaba intentando con todas mis fuerzas mantenerme despierto mientras hacía el inventario que debí haber hecho hace un mes.
Mi jefe es un imbécil sin sentido de la coordinación y organización. Un holgazán sin escrúpulos y que me paga mal.
(El negocio es mio, soy mi propio jefe)
Cuando sono la campana de la puerta principal quise cometer un crimen de odio. Voy a renunciar. Estúpidos clientes que no saben leer el horario.
—Disculpe, ya cerramos—el hombre que entró parecía desorientado y llevaba un pasamontañas, lentes y una gorra.
Voy a renunciar.
—No quiero nada, solo déjame estar aquí—su voz se amortiguo por el pasamontañas pero era lo suficientemente clara para notar la casi suplica.
—Necesita ser cliente para estar aquí, señor—Seguí con la platica convencional e intentaba descifrar si me iban a asaltar o solo era alguien que tenia mucho frío.
El hombre tomó la primera cosa que vio y lo lanzó al mostrador para que lo cobrará. Lo mire con una ceja levantada durante tiempo que solo así se detuvo a ver la portada de la revista que me lanzó.
“Masajes y ejercicios para calmar el dolor pélvico durante el embarazo”
—Señor, no quiero asumir nada pero usted no luce como alguien que esté gestando—lo mire de arriba a abajo—Y tampoco como alguien con quien se estaría dispuesto a engendrar, luce como alguien por quien voy a llamar a la policía.
—¡No!—grito para después retroceder y aclararse la garganta—No hagas eso, por favor.
—Sí… eso en realidad no ayuda en tu caso, amigo—Dije el hecho obvio—al menos quítate todo eso de la cara.
Se quitó los lentes y me miró con algo parecido al terror. Dejó los lentes en el mostrador, se volteó y comenzó a cerrar las cortinas y cerró la puerta principal con seguro y estanco la perilla de la puerta con una silla.
Se paró frente a mí y se quitó todo lo que le cubría el rostro, después de cerrar las cortinas solo nos quedó la pequeña lámpara a lado de la caja registradora que acentuó el color casi gris de sus ojos. Me quedé embobado hasta que capte la forma en que cerró todo.
—Tienes 10 segundos para explicar tu mierda o llamaré a la policía—su mirada era la misma que la de un perro girando la cabeza.
—Tú no sabes quien soy…—y ahora lucía ofendido y maravillado al mismo tiempo—Soy Sirius Black.
—Ah, Sirius Black, ¿Por qué no lo dijiste antes? Haremos una fiesta en tu honor, llamare a los Invitados, todos comparten el mismo número, 911—rode los ojos—eso no explica una mierda, chico bonito y ya superaste los 10 segundos.
—No, en serio, búscame en Google, soy cantante, estaba huyendo de la multitud—Lo mire más exhaustivo tratando de encontrar algo de él que me sonara—Déjame quedarme aquí y te pago, ¿Cuanto quieres?—Negué con la cabeza y seguí tratando de descubrir quien era—No me quedo aquí o no quieres el dinero?
Algo hizo click.
—Eres el del comercial de shampoo—su cara se volvió una página en blanco.
—De todo lo que la gente me conoce…
—Te puedes quedar aquí—si ¿Sirius? Tuviese una cola estoy seguro que esta estaría moviéndose—pero, tienes que ayudarme a hacer el inventario—parpadeo un par de veces sin entender—Dios, obvio no sabes hacer un inventario, ¿Sabes qué? Esto puede durar un mes más ahí, mi jefe no se va a molestar, sígueme, chico bonito.
Me siguió hasta mi departamento arriba del local y cuando se sentó dubitativo en una de las sillas del comedor, tuve un mal presentimiento de que esto iba a volverse una constate.
—¿Té o café?
Primavera (finales)
Pude escuchar la puerta trasera abriéndose maldije a mis adentros, más le vale quedarse ahí porque no voy a cerrar por él.
Estaba atento en el escándalo que seguramente estaba haciendo en la cocina cuando el nombre <<Sirius Black>> fue dicho por uno de los clientes. Me ahogue con mi saliva y voltee hacia atrás instintivamente.
la gente me miró extrañada y preocupada.
—Te encuentras bien, Remus?—asentí.
—Solo me entró una mosca en la boca, a todo esto, ¿de que estaban hablando? —trate de disimular e Iba a matarlo porque pude escuchar su risa.
—Del nuevo álbum de Sirius Black—estúpido álbum, tenía las letras pegadas en la cabeza de tantas veces que las escuche. Sería imprudente decir que ayude con algunas?—¿Usted qué piensa de Sirius?
—Oh, él está bien, supongo.
—¿Solo bien? es muy bueno en su trabajo—y que es un imbécil que se está comiendo las chispas de chocolate ¡De nuevo! puedo escucharlo—me encanta su proceso creativo—excepto cuando mi piso está lleno de hojas de cuaderno hechas bola—Pienso que merece todo lo que ha logrado.—No tengo ninguna objeción a eso.
El día pasó normal y aunque me quejé, tener a alguien cocinando era muy útil, cuando terminó de cerrar todo, sirius entró arrastrándose hasta la parte de enfrente.
—Hola, ¿Qué tal tu día?—pregunté haciendo chequeo de caja.
—Voy a empezar a exigir paga, me explotas ahí adentro—se quejó desde el piso.
—Mi pago es no decirle a Rita Skitter dónde te escondes— me hizo una mueca y después sonrió.
—Ambos sabemos que no lo harías.
—Por desgracia eres un perro callejero con el que es fácil encariñarse.
—cuando nos conocimos me llamabas bonito, ¿Ya no soy bonito? Ahora puro “Sirius, no te comas las chispas de chocolate” “Sirius, deja de colarte por la ventana” “Sirius, actor de comerciales” pero nunca “Sirius, eres muy bonito, hay que casarnos y huir a cuba”
Puse su rostro con cuidado para no lastimarlo de verdad y empecé a subir al segundo piso. Sirius me siguió como de costumbre.
Puse dos cucharadas de azúcar un chorrito de leche en su té y lo dejé con cuidado en la barra de la cocina, sirius se subió y empezó a tomarlo.
—¿A qué sabía la mosca?—imbécil.
—A depresión y problemas con mamá.
—Auch, ¿Sabías que la gente se volvería loca si me dejaras decir que eres coautor?—La misma plática de siempre.
—Ayudarte con algunas canciones no es lo mismo que coescribir, además, estoy más que bien con mi vida tranquila donde el único inconveniente es un idiota de ojos grises—Empezó a mover los pies y a mirar su taza sin decir nada—Sirius, es broma no eres un inconveniente.
—¿Quieres probar la mosca?—Me quedé en blanco un segundo hasta que me miró a los ojos y me enseñó su taza—Se cayó una mosca en mi té.
Imbécil.
Verano (Inicios)
Mire el nuevo lote de revistas que me había llegado y Sirius estaba en la portada, esta gente logra que de hecho luzca como alguien decente.
Me moví a la página donde estaba toda la sesión de fotos que había tenido. Se miraba bien.
Quizá un poco mejor que bien.
Y podía decir lo mismo del modelo de a lado.
Se veían bien juntos.
Tire la revista de regreso a la pila de revistas y la empuje a una esquina.
Podría organizarlas mañana.
Cuando Sirius entró como de costumbre me sentía más molesto de lo normal con él.
—¿Con todos tus millones no te alcanza para una casa? —lance la taza en la encimera, logro atraparla y me miro extrañado.
—¿Mal día en el trabajo?—Pregunto dubitativo y algo en su voz sono tan estúpido.
—No, no te importa, estás muy ocupado en entrevistas y sesiones de fotos o cualquier mieda que hagas—Se bajo con cuidado de la encimera, se paro frente a mi y ahora tenía el ceño fruncido.
—Es mi trabajo, Remus—hice una mueca de disgusto en respuesta—Lamento que para ti no sea un trabajo si no me desvivo para ganar una miseria como haces tú.
—Al menos yo sé quien soy—Sus ojos perdieron cualquier gota de azul que hubiese antes.
—Vete a la mierda, Lupin, ¿Qué sabes de ser tú mismo? ¿Qué sabes de mi?—su voz subió una octava.
—¡Todo! Se todo de ti porque lo único que haces todo el puto tiempo es hablar de ti—su mejilla se hundió—Deja de morderte la mejilla, después no dejas de quejarte de que te duele.
—Ni siquiera se porque estas tan enojado…
Guarde silencio porque yo tampoco lo sabía.
—Lárgate de mi casa—me miro a los ojos por dos segundos o dos horas hasta que salió de nuevo por la ventana.
Verano (finales)
El sol se estaba poniendo cuando recibí la noticia que nunca pensó que tendría que enfrentar. La primera vez que escuché el nombre de Sirius Black y la palabra "accidente" en la misma frase, el corazón me dio un vuelco. Me apresuré a revisar las noticias en mi teléfono, mis ojos se movían rápidamente entre los titulares. La noticia era horrible.
"ACCIDENTE FAMILIA BLACK"
El artículo detallaba el accidente en la M25, mencionando a Sirius Black en coma, con su familia fallecida en el incidente. La noticia no solo era triste, sino también increíblemente perturbadora. La desesperación se apoderó de mi mientras pensaba en cómo llegar hasta Sirius. No podía quedarse ahí.
—Está cerrado, la cuenta queda por la casa—en cuanto todos se habían ido leí hasta atiborrarme de información.
El pasado domingo la familia Black fue fotografiada junta después de 3 años, en la premier de la última película de Regulus Black.
Parecía una noche amena hasta que se reporto un accidente en la M25 entre las 20:00 y las 22:00 que resultó tener como víctimas a un conductor borracho que en cuanto se recupere tendrá cargos y la famosa familia.
Los señores Black estuvieron en estado crítico por unas horas hasta que ambos fallecieron la mañana del miércoles.
Regulus Black solo sufrió contusión y leves fracturas. Dijo que no daría declaraciones.
Mientras tanto, Sirius Black estuvo en coma un par de días y ahora está teniendo los cuidados pertinentes en la residencia Black.
Los representantes pidieron a los fans no acercarse a la residencia o se tomarán acciones legales y se usará la fuerza.”
Entre las 20:00 y las 22:00
A esa hora hubiese estado en mi casa.
Sus padres murieron.
No puedo pedir un taxi para allá.
Lily no está en la ciudad para prestar el carro.
Sirius dejó su moto atrás.
Ni siquiera había entendido bien la explicación de cómo funciona.
(...)
Cuando llegue termine estampado la moto contra la reja y tarde un momento en poder tomar conciencia.
Pude escuchar pasos moviéndose apurados a mi. La cabeza me estaba dando vueltas y el casco comenzaba a apretarme.
—¿Crees que este muerto?—Oh, sí, ese es James Potter.
—Es lo último que necesitábamos, otro escándalo—suena como Sirius si tuviese un acento educado.
—Malditos fans locos—dijo Peter Pettigrew.
—No es un fan loco, es el maldito Remus Lupin—Marlene, al fin alguien con cerebro.
—¿Qué? ¿Qué hace aquí? —Pregunto Peter mientras yo me levantaba y me quitaba el casco con cuidado.
—Es la pregunta del millón, ¿no? —Intente bromear pero mi boca sabía a hierro.
—¿Qué haces aquí?
—¿Cómo está Sirius?—Todos me miraron en silencio sin decir nada.
—Sin ganas de verte—Dijo Sirius elegante (asumo que es Regulus)—Lárgate antes de que atraigas a los medios.
—Black—dijo en tono un poco molesto Marlene.
—No es mentira, lo único que he escuchado este verano es como este señor, Remus Lupin fue un imbecil con mi hermano—Ah, ahí está la diferencia, Regulus es aún más idiota que Sirius.
—A lo que a mi respecta, tú ni siquiera hablas con tu hermano—escupí la sangre que empezó a acumularse en mi boca.
—A lo que a todos respecta, Sirius no quiere verte, largate—respondio frío.
—De hecho—murmuró James, señalando a su celular.
—Cállate, Potter—escupió, Regulus.
—¿Estoy en alta voz? —sentí que la gravedad me regresaba a la tierra en cuanto escuche la voz de Sirius—Tienes 10 segundos para explicar tu mierda o llamaré a la policía.
—Déjame pasar, imbecil bonito—Dije entre risas De alivio.
Sirius colgó pero James y Peter me ayudaron a levantarme y llegar hasta la casa.
La entrada estaba llena de canastas de regalo y flores marchitas.
—¿Cuándo celebraron sus funerales?—pregunté sin pensar.
—El martes—Dijo Regulus.
—Pero murieron el miércoles.
Sirius me había contado lo suficiente de sus padres para saber que el silencio de todos era una respuesta totalmente válida.
—El oficial se celebró el jueves.
No pregunté más al respecto.
Cuando llegué a la habitación de Sirius él parecía más aliviado que angustiado de verme.
—Te ves como la mierda—Me dijo desde la cama. Quise responder con algo sarcástico, pero lo único que pude hacer es ir a abrazarlo.
—Estás vivo—Murmure en su hombro.
—Por desgracia—Vi como jugueteaba con un relicario que nunca había visto antes. Lucía antiguo—Me alegro de verte, Remus.
—Mini tú no estaba muy de acuerdo con eso—su expresión de asco me hizo reír más de lo Que debería.
—Que Reggie no te escuche decir eso porque te mata.
—Sí no fuera porque te conozco demasiado bien no podría diferenciarlos—Sirius se estremeció por mis palabras— Y… sobre nuestra última conversación—Intente cerrar todos los temas que nos mantenían un poco tensos.
—Remus, ¿Cómo fue perder a Hope?—Y tuve que sostenerme de la mesita de noche porque ese fue un golpe más duro qué el que me dí con la motocicleta.
Un nudo se formó en mi garganta, respirando irregularmente.
—Cómo perder una parte de mi, una extensión de mi mismo—apretó con más fuerza el relicario.—Era de tu madre, ¿No?
—No entiendo como puedo extrañarla, ella fue horrible y no tengo ningún recuerdo bueno con ella—sus ojos estaban en un punto muerto de la habitación—Ella nunca me saco de la herencia, lo supe hace unos días, y mi cuarto sigue igual que cuando me fui—señaló las partes de la habitación que dejaban en claro que era suya—ella era mi madre, eso debió valer algo.
—Debes tener al menos un recuerdo bueno de ella, ¿No es así?—sus ojos en los míos se sintieron como estacas y después asintió.
—Ella me enseñó a bailar, ella me enseñó todo en realidad, nunca fui a una escuela real, pero el baile es lo que más recuerdo.
—Eso explica porque no sabes dividir—me lanzó una de las mil almohadas que había en su cama.
—Claro que sé, también hay otra cosa, puede que sea buena o mala—Escuche atento—ella dijo “eres mio” no de la forma que lo decía para obligarme a asistir a eventos aburridos o castings infinitos—esta vez abrió el relicario, esta vez lo miro como si no pudiese dejar de hacerlo—Es lo más cercano a un “te amo” que he tenido de ella.
No sabia que hacer hasta que vi un toca discos En la esquina, coloque un disco con cuidado y espere a que sonará una melodía para acercarme a Sirius.
—¿Bailas?
—Ni siquiera puedo mantenerme en pie correctamente—aun así se levanto apoyándose en mi.
—Pon tus manos en mis bolsillos, así no te caeras—Dije y eso mismo hizo.
—Te extrañe—murmuro.
—Yo igual.
Otoño (principios)
Sirius me había besado.
Y lo primero que hice fue huir a la casa de Lily.
Sirius ni siquiera me llamó y eso era preocupante.
—Digo, algún día tendría que pasar—Dijo ella mientras pasaba la página de su libro como si le acabara de contar del clima.
—Lily, no sé cómo te estás tomando esto tan a la ligera, ¡Voy a explotar!—Grité frente a ella y muy cínicamente cerró su libro hastiada.
—Remus Jonh Lupin, ¿Me recuerdas que paso cuando en secundaria te beso Luca?
—Entre en pánico.
—Y dos años después, Christopher?
—Entre en pánico.
—Y en la universidad, Grant.
—Entre en pánico.
—Es justo lo que está pasando ahora, solo que ahora tienes 25 y no 15, te me controlas y me pasas las llaves de mi auto, te llevaré a su casa y dejaras de ser un cúmulo de nervios. —sacó sus llaves de su bolsillo, las hizo girar en su índice y caminó hasta la puerta.
—Además?—Pregunte porque en este punto es donde ella pide algo, es una broma la mayoría del tiempo pero aun así es raro.
—Me vas a conseguir un autógrafo de Regulus Black y James Potter.
—Sí no me abandonas ahí te consigo un meet & greet gratis.
—Eres el mejor amigo del mundo, ahora levántate antes de que tu cerebro comience a quemarse.
(...)
Cuando llegamos y conseguí que nos dejaran pasar, corrí hasta la habitación de Sirius, con Lily pisándome los talones.
—Oh, volviste. —dijo con aburrimiento, deslizándose en su teléfono.
—Sirius.
—Digo, se que fue repentino pero un “no” hubiese dolido menos.
—Sirius.
—Él entró en pánico, deja de quejarte—Dijo Lily detrás de mí.
—Evans, siempre es un placer verte, te extraño en la cafetería, deberías ir más seguido. Además no pareces del tipo que huye después de un beso.—Me quedé boquiabierto al ver como me ignoro.
—Siempre puedes besarme para comprobarlo.
—Ey, Calmada—Dije saliendo de mi confusión.
—I mean, no es feo, no tienes mal gusto—me guiño el ojo con una sonrisa.
—Aunque eres encantadora me temo que las mujeres no están en mi radar, preciosa—una sonrisa se formaba en el rostro de Sirius.
—Ahora como se supone que conseguiré un meet & greet con tus hermanos, ¿si me pongo un bigote falso crees que funcione?—Eso hizo que Sirius soltara una carcajada.
—Sí tanto quieres verlos deben esta en el jardín con Pete.
Cuando Lily se fue, el silencio se prolongó por lo que fueron años.
—Me gusto que me besaras.—confesé apenas audible.
—Eres un imbécil.—Se ríe.
—Te gusta este imbécil.
No esperé a que respondiera y lo tomé de la barbilla, estampando mis labios contra los suyos en cuanto tuve la oportunidad.
Más que un beso eso fue un golpe, pero fue lo suficientemente bueno como para sentir como mi estómago se hundía.
Segundo acto: Una tristeza profunda pero me diste brillo (deep blue, but you painted me golden)
Invierno (mediados)
Sirius estaba en la cocina ayudándome con las galletas de jengibre y volver a tenerlo ahí atrás era reconfortante de todas las maneras posibles, al punto que incluso los clientes frecuentes lo logran notar.
Estaba sirviendo pedidos cuando una de las adolescentes que suele venir aquí no se sentó en su mesa habitual y en su lugar comenzó a caminar alrededor de otros clientes haciendo preguntas distorsionadas por el ruido, mientras sostenía una pluma y libreta pequeña.
—Hola, Remus, lo de siempre, ¿Te puedo hacer unas preguntas? es para mi tarea de sociologia, estamos estudiando la relación parasocial de las personas con la fama—La curiosidad mato al gato, pero murió sabiendo. Así que asentí para que Myrtle comenzará sus preguntas y al mismo tiempo escuche a Sirius comenzar su pedido.
—Si pudieras ser reconocido mundialmente por algo, ¿Por qué sería?—Comenzó ella.
—Escritor.
—¿Alguna vez has deseado la fama?
—De niño, como todos.
—¿Preferirías ser una puerta o una ventana?
—Ventana.
—Mmm, luces más como una puerta—¿Qué carajo significa eso?
—Si pudieras estar con una celebridad, ¿Quien sería?
Contuve una sonrisa burlona cuando pude escuchar a sirius dejando caer algo atrás, haciendo un pequeño escándalo.
—No, lo sé, quizás Regulus Black, parece un tipo centrado—dejé de contenerme cuando
hubo un doble escándalo en la cocina.
—Lily esta un poco descoordinada hoy—Dije cuando miro mucho tiempo a la cocina.
—Tambien podria hacerle estes preguntas a Lily, mientras más mejor.
—No.
—Ya he entrado antes a la cocina, Remus.
—Dije que no, Myrtle.
Entre para tomar su pedido, evitando ver a Sirius, se lo entregue y la despedí tan pronto como pago.
(...)
—Con mi propio hermano, oh, cuánta traición—Se quejó sirius audiblemente, girando sobre la encimera para cuando fue la hora de cierre.
—Dios, callate Sirius, o le dire a Myrtle que vuelva—empuje su cara con la mano y comencé a subir al apartamento.
Sirius rodó los ojos, pero pude ver la sonrisa que luchaba por no mostrarse en sus labios y me miró con esos ojos grises que parecían capaces de descifrar cualquier cosa, menos dividir.
—Preferiría morir. Dime que soy tu black favorito.—Dijo dejándose caer en mi sofa mientras yo iba a la cocina a hacer té.
—Tendrías que ser mi Black favorito para decir eso.
—Auch, ¿Es por que soy gay? ¿Es por eso Remus?
—Sirius, ¿Qué carajo?—Murmuró entre risas—Sí sirius, es porque eres gay.
—Lo sabía.
—No es mi culpa que seas gay, Sirius.
—No es mi culpa que seas un romántico encubierto, Remus. Si no, explícame por qué sigues haciéndome té cada noche.
Me congelé por un segundo.
—Quizá es porque me gusta el silencio que logras después de tomarlo —respondí, encogiéndome de hombros mientras regresaba a la cocina.
Escuché cómo se levantaba del sofá, sus pasos acercándose hasta que lo sentí apoyarse contra el marco de la puerta.
—Te gusta que esté aquí, ¿verdad? —Su tono era más suave de lo habitual, menos burlón.
Me giré para mirarlo, pero me encontré con una expresión que pocas veces mostraba: vulnerabilidad. Sirius siempre tenía una máscara, ya fuera arrogancia o despreocupación, pero en ese momento parecía un niño perdido.
—Sirius, si no me gustara, ya te habría tirado por la ventana hace meses —dije, tratando de aliviar la tensión con una broma.
Él sonrió, pero no se movió. Su mirada seguía fija en la mía, y en ese instante supe que estaba a punto de decir algo importante.
—Remus...
—¿Sí? —pregunté, intentando que mi voz no temblara.
—Nunca nadie me había dejado quedarme tanto tiempo.
Me reí, un poco nervioso, mientras apagaba la estufa.
—Eso es porque la mayoría de la gente tiene instinto de supervivencia. Yo no.
—No. Pero sí quiero quedarme, entonces apague ese estupido sentido de supervivencia yo mismo.
Y con eso, volvió al sofá, envolviéndose en su manta como si no acabara de soltar una bomba emocional. Me quedé en la cocina, mirándolo de reojo, con una sonrisa que no pude contener.
Quizás, solo quizás, no era el imbécil más grande que pisó la tierra.
Verano (inicios)
¿Estoy usando mi día de descanso solo y exclusivamente para ver a mi novio cantar las mismas canciones que canta en mi apartamento en las noches? Sí.
—Lo siento, cada canción es sobre ti, chico bonito—Comenzó Sirius como hacia cada vez en la gira, pero ahora en lugar de apuntar al cielo estaba apuntando a la multitud.
A mi específicamente.
Twitter y su lado conspiranoico está muy feliz mañana en la mañana.
Y yo estaba obteniendo muchísimo material de primera mano para burlarme de Sirius en la mañana.
Quizá llegar y repetirle que y cito ‘’se mi alfa y marcame en el monte’’ será algo que le quitara el sueño por días.
(...)
James Potter que estaba presente cuando al fin pude acercarme a Sirius y decirle lo que había escuchado, estaba tirando en el piso, llorando mientras se sostenía el estómago y se carcajeaba.
—Repitelo para que Lily y Regulus puedan escucharte!—Balbuceo James aun en el piso, sosteniendo su teléfono hacia arriba.
Arqueé la ceja y tomé el teléfono, viendo a un par de somnolientos Regulus y Lily acostados en la misma cama.
—Pensabas contarme, Liliana?
—¿Qué?—Ella se estaba limpiando la baba de la mejilla y prendiendo la lampara de la mesita de noche de su departamento.
—El meet & greet se puso muy personal, hermosa.—Bromee para intentar despertarla.
—Lupin, callate—Balbuceo Regulus en el cabello de Lily.
Lily seguía parpadeando de forma repetida y volviendo a caer dormida tantas veces que era entrañable.
—Hablamos, mañana bonita, descansa.
Colgue y le entregue el teléfono a James que ya no se estaba riendo.
—Ella es la persona que más amo en este mundo—Dije mientras me ponia de cuclillas para estar a su altura— Y te recuerdo que sé donde vives.
—Fuerte y claro.
Peter llegó y se quedó hablando con Sirius animadamente mientras James me explicaba los detalles y esperamos la camioneta que nos llevaría al hotel.
Extrañaba mi apartamento.
Tercer acto: Hay un mal presentimiento… pero estamos bailando ( I had a bad feeling… but we were dancing)
Estaba acostado en mi sofa, acariciando el cabello de Sirius cuando Lily comenzó a bombardearme con mensajes y links, mientras el teléfono de Sirius comenzó a recibir tantas llamadas que se apago.
Abrí el mensaje de Lily con un nudo en el estómago, temiendo lo peor.
‘’Alguien publicó fotos de ustedes de varios conciertos de la gira, like despues, ¿Quien estaba con ustedes?’’
fue lo primero que captó mi atención y un vago ‘’vengan lo mas rapido que puedan a mi casa, es la menos pública, no van a tardar en conseguir tu tienda’’
Me levante aguitado y tropecé con mis propios pies, arrastrando a sirius conmigo para llegar a la moto, él lucía casi como un cadáver.
(...)
Estacionamos la moto casi un kilómetro lejos de la casa de Lily, corriendo en medio de la noche, tratando de no volverme loco cuando sirius lanzó mi celular y el de él argumentando algo sobre rastreo.
Lily estaba en la puerta comiéndose las uñas cuando llegamos.
—¿Quién fue?—Preguntó Sirius a James.
—No lo sé, Sirius, de verdad, no lo sé.
—Es alguien cercano, está revelando incluso cuando comenzaron a salir—Dijo Regulus.
—Confío en todos los que estaban ahí pero no conozco de nada a Lily…
Sirius dejó caer eso como un balde de agua fría.
Regulus fue el primero en gritar, incluso antes que yo reaccionara.
James siguió pero Lily podía gritar más fuerte que cualquiera de nosotros.
Siguieron arrojando culpas a los manager y a las pocas personas de servicio en el lugar.
Me aleje de todo y me senté en el piso, con la cabeza entre las manos
Dios esto es una tortura.
…
Santa mierda.
—No será ninguna de las opciones que den, ¿No lo ven?(this is the bad place) Peter es el único factor común en cada puta situación.—Digo como si estuviese en medio de una epifanía.
—No.—Dicen James y Sirius casi al mismo tiempo.
—Peter… él no podría, no hay cantidad de dinero que haga que él nos venda—Sirius se sentó muy lentamente.—Tiene que haber alguien más, Remus.
—Exacto, Peter no les haría esto.
—Son unos idiotas.
Me fui del cuarto sin decir nada más.
(...)
Lily estaba acurrucada conmigo, la habitación estaba oscura y el silencio era demasiado ruidoso como para seguir escuchándolo.
—¿Estás dormida?—susurre en su cabello.
—No—Respondí después de unos minutos .
No dijimos nada y eso lo dijo todo, más que cualquier palabra que conocieramos.
(...)
—Peter no fue—Fue lo primero que dijo Sirius por la mañana.
—Lo que te permita dormir por la noche—Conteste sin emocion.
—No dormí anoche, pero sé que no lo hizo.
—¿Como estas tan seguro?—Pregunte en su lugar.
—Porque yo no le haría eso.
—¿Y dónde está él, Sirius?
No respondió por lo que fueron años antes de escuchar una exclamación desde la sala. Regulus estaba sentado frente a su laptop con el rostro horrorizado.
—Acaban de destruir toda tu cafetería, Remus, lo siento.
—Quizá podemos hacer algo—Sugirió James—la atención se desviará si anuncio mi reacción con Regulus y esperamos un año para incluir a Lily a la ecuación, a la gente le molesta que seas alguien normal y creen que tienen oportunidad.
—No vas a exponer tu vida solo para salvarnos, ya veremos que hacer y…
—Maldita rata—balbuceo Regulus—El profeta ya tiene una entrevista con alguien ‘’anónimo’’
Sirius le arrebató la computadora y leyó el artículo con tanta rapidez que me hizo recordar que sabe leer.
—Oh.
—¿Peter?
—Peter.
Otoño (principios)
—¡Ya no quiero esconderme!—Grite molesto, lanzando un florero.
—Nadie te obliga a estar aquí, Remus.—Dijo como si yo fuese aburrido.
—Claro, tú puedes decir eso, pero por la culpa de que no tienes criterio para la amistad, el trabajo de mi vida está vandalizado!
—Ya me he disculpado más de 100 veces.
—Ya me canse que no seas capaz de dar una declaración publica sobre nuestra relación porque e importan más las ventas de tu puto album de lo que alguna vez te voy a importar yo—Escupí con saña—No quieres salvarnos, quieres conseguir tanto dinero porque eso es lo que tú mami te enseño, ¿No? Es una lástima que esté muerta, si estuviera viva no podría diferenciarte de ella.—Levanto la mirada de su teléfono, rodo los ojos, se acercó lentamente y me rodeó con los brazos.
—Tienes 10 segundos para explicar tu mierda—Susurro me susurro en el oido, lo que me provocó un escalofrío.
—Estoy frustrado y enojado y necesito que todo el mundo deje de entrometerse en nuestras vidas.
—Entonces finjamos que no existen, ¿Bailas?
—Siempre.