"W40K" La Emperatriz de la Humanidad
ste universo alternativo del Warhammer 40K, el Emperador de la Humanidad nunca existió como figura masculina. En su lugar, el Imperio fue fundado por una Emperatriz que, además de poseer las características psíquicas y de inmortalidad que originalmente se atribuían al Emperador, tiene un enfoque más emocional, humano y maternal.
La Emperatriz
Nota: El nombre de nacimiento de la emperatriz es Lysandra Aetheris.
La Emperatriz de la Humanidad es tanto una Psíquica como un Perpetuo, lo que significa que posee una capacidad excepcional para manipular las energías del Warp y, a la vez, una regeneración y longevidad casi inmortal. Sin embargo, su inmortalidad está directamente vinculada al sacrificio que hizo por la humanidad y la creación del Imperio.
A diferencia del Emperador original, que supuestamente no experimentaba emociones negativas, la Emperatriz es muy humana en su capacidad para sentir. Es capaz de experimentar tanto emociones positivas como negativas, lo que la hace más cercana a sus hijos e incluso a sus súbditos. Se la describe como una persona tranquila y alegre, aunque se puede ver que en situaciones extremas, su amor por la humanidad puede llevarla a la desesperación o incluso la rabia. Es un ser profundo y complejo, con una fortaleza interna extraordinaria que combina el amor maternal con un poder absoluto.
El Deseo de una Familia
Una de las características más destacadas de la Emperatriz es su anhelo de formar una familia. Desde que era niña, deseaba tener una familia propia, y esto la impulsó a tomar la decisión de tener hijos de manera natural. Esta acción está llena de significado, ya que a lo largo de su vida, ha estado rodeada de soledad y aislamiento, lo que la hizo buscar amor y conexión con aquellos que considera su verdadera razón de ser: la humanidad.
Este deseo de formar una familia es un secreto que mantiene celosamente guardado, ya que teme que su vulnerabilidad sea vista como una debilidad. El hecho de que haya tenido hijos bajo circunstancias misteriosas y fuera de lo común, especialmente con el desconocido o desconocidos padres de estos hijos, es un tema muy sensible para ella, y cuando se le cuestiona sobre ello, se pone extremadamente a la defensiva.
La Protección de la Humanidad
La Emperatriz ama profundamente a todos sus hijos, a quienes considera parte de una gran familia, y esto incluye tanto a sus hijos biológicos como a toda la humanidad. Su amor es incondicional y su deseo de proteger a la humanidad no tiene límites. Es un ser cuyo objetivo es dar esperanza a su pueblo, protegiéndolos contra todas las amenazas, ya sea del Caos, los Tiránidos o cualquier otra forma de destrucción. Su relación con la humanidad es más cercana que la de su versión masculina, el Emperador, en el universo original.
Nota Importante: Aunque la Emperatriz tiene la capacidad de manipular el Warp y utiliza sus poderes psíquicos para la protección del Imperio, también está marcada por el miedo y odio hacia los Tiránidos, una raza alienígena que ha dejado una huella indeleble en su psique. Este temor por los Tiránidos es profundo y la motiva a tomar decisiones extremadamente agresivas para evitar su expansión. Además, no tolera mencionar el nombre del dios del Caos de los Excesos en su presencia, y cualquier indagatoria sobre los padres de sus hijos se convierte en un tema tabú, uno que despierta en ella una defensa feroz y emocional.
Conclusión:
En este universo alternativo, la Emperatriz de la Humanidad no solo es un ser inmortal, sino también una madre, un símbolo de esperanza y de amor familiar para la humanidad. Su capacidad para sentir y su fuerte deseo de proteger a su pueblo la hacen una figura profundamente diferente del Emperador tradicional. Aunque el Imperio sigue siendo una potencia dominante, esta versión de la historia lleva consigo una visión más humana de lo que podría haber sido el destino de la humanidad en un universo sin el hombre conocido como el Emperador
Además, tengo que admitir que me da un poco de risa la imagen mental de la Emperatriz. Normalmente, ella es una mujer súper limpia y pulcra, una figura de calma y control. Pero cuando entra en combate, sobre todo cuando pelea junto con sus hijos más temperamentales, la situación cambia completamente. La Emperatriz se convierte en algo mucho más salvaje. Puede transformarse en una fuerza imparable, tan feroz que incluso podría arrancar cabezas con sus dientes si está lo suficientemente enojada. Todo esto, claro, mientras mantiene esa postura tranquila que la define en su día a día. Es como si fuera una fiesta salvaje de furia controlada, un contraste increíble con su personalidad habitual. ¡Es una imagen mental que me hace reír mucho!
Este contraste entre su naturaleza tranquila y su brutalidad en combate solo hace que su figura sea aún más imponente y fascinante.