"El Hechizo Oculto"

Harry Potter - J. K. Rowling
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"El Hechizo Oculto"
Summary
Harry Potter nunca imaginó que su vida secreta se vería marcada por una serie de verdades ocultas, criado por los Potter y conocido como el "niño que vivió", Harry siempre creyó que su vida era la de un héroe, destinado a luchar contra el mal. Sin embargo, detrás de su existencia pública se oculta una historia mucho más oscura.Después de la caída de Voldemort, Dumbledore, al descubrir la peligrosa verdad detrás de la ascendencia de Harry, decide borrar su memoria usando un hechizo prohibido. Su unico objetivo era usarlo como una herramienta para el mal. Así, Harry olvida su verdadera identidad, su relación y la existencia de sus tres hijos, quienes nacieron de una relación secreta con Lucius Malfoy, un amor que el mismo Harry ni siquiera recuerda.
Note
Esta es mi primera vez escribiendo. Disculpen si hay errores. Disfruten :)
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Hechizo Final

Al caminar por el Inframundo de la Magia, la oscuridad parecía tragarse cada paso, pero aún así, algo más los guiaba: un dolor común, compartido, que pulsaba como un latido en la misma sangre que corría por sus venas.

 

Severus y Tom avanzaban en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos, enfrentándose a las distorsionadas visiones del pasado que el Inframundo les había mostrado. El eco de sus miedos más profundos resonaba en el aire, pero ninguno de ellos había cedido aún. Sabían que el destino de su hija estaba en juego.

 

Gigantescas columnas de piedra que parecían crecer desde el suelo, laberintos interminables de sombras que se retorcían como si tuvieran vida propia. El camino era incierto, y cada paso podría ser el último.

 

La energía cambió de inmediato, como si la magia misma del Inframundo se agitara. Frente a ellos, apareció una figura envuelta en una niebla oscura: una mujer que no podía ver con claridad, pero cuya energía era poderosa y familiar.

 

La figura levantó la cabeza lentamente, revelando una cara conocida pero distorsionada: la proyección de Lily Evans. Su rostro estaba marcado por el sufrimiento y la desesperación.

 

“No sabéis lo que estáis buscando. No lo sabéis. El amor, el sacrificio, la muerte… todo se entrelaza aquí. Cada decisión, cada paso, os acerca más a la condena.”

 

Severus se tambalea al ver la imagen de la mujer, el dolor de perderla volviendo a golpearle con fuerza. La es visión como un espejo roto de lo que fue, pero también un recordatorio de la culpa que siempre tiene sentido. La figura le señala con una mano fantasmagórica, su voz se convierte en un grito. 

 

“No fue mi culpa… No pude hacer nada…” murmuró Severus, temblando con fuerza.

 

“¡sev, no! No dejes que te arrastre hacia el pasado. ¡Estamos aquí para salvar a nuestra hija!”

 

La figura irritante. "¿Realmente creéis que podéis traerla de vuelta? ¿Creeis que el precio que pagasteis no fue suficiente?"

 

"¡mira hacia adelante, amor! ¡Este no es el momento de perderse en el dolor!"

 

Finalmente, Severus se recompone, enfocándose en el propósito de su misión. Lily desaparece, dejando tras de sí una sensación de vacío, pero también un impulso renovado para continuar.

 

El último desafío, sin embargo, fue el más difícil.

 

Habían atravesado el Inframundo de la Magia hasta llegar a la última sala, un vacío casi absoluto, iluminado solo por una tenue luz roja que parecía emanar de la misma piedra. La presencia de algo… o alguien, podía sentirse en cada rincón, como si estuvieran siendo observados por un poder invisible.

 

Severus avanzó lentamente, con los ojos fijos en el oscuro horizonte de la sala. En la distancia, algo emergió lentamente de las sombras. Era una silueta alta, con una figura que se definía cada vez más a medida que se acercaba.

 

La figura caminaba de espaldas, su capa ondeando ligeramente en la nada. Con un gesto casi teatral, se giró lentamente, revelando su rostro; era Hadrian , pero sin el rostro que Severus y Tom conocían. 

 

Sus ojos, normalmente llenos de vida y determinación, estaban vacíos, resplandecientes con una luz enfermiza. Su piel, normalmente suave y cálida, se veía ahora pálida, casi cadavérica, y su sonrisa era cruel, torcida, como si disfrutara de su propio sufrimiento.

 

“¡Hadrian!, ¿qué haces aquí?” preguntó Severus preocupado.

 

Pero este no escuchaba. La figura frente a él era un reflejo de su hijo mayor, pero no en la forma que esperaba. Era él, diferente. Su versión era más oscura, más amarga, más rota. Sus ojos brillaban con una intensidad venenosa, como si llevara todo el peso de las sombras y las cicatrices emocionales que había guardado por años.

 

Severus sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Aunque sabía que era solo una proyección, el dolor que emanaba de esa figura era tan real como cualquier cosa que hubiera tenido sentido en su vida.

 

Con voz distorsionada, la voz se escuchó: "¿madre? ¿Padre? ¿No me reconocen? Soy yo, Hadrian... ¿O acaso ya me habéis olvidado?"

 

Severus dio un paso atrás, la incredulidad se reflejaba en su rostro.

 

“Esto no es real. Tú no eres nuestro hijo.” Le respondió Tom. "Eres solo una proyección de nuestros miedos. Eres una distorsión de lo que tememos que nuestro hijo pueda ser. Pero no tienes control sobre él. No tendrás control sobre nosotros.”

 

"¿Creían que podrían salvarme? ¿Que podrían recuperar lo que ya está perdido? No puedo ser salvado, no después de lo que hicieron. No después de lo que me hicieron ser." 

 

Severus levantó su mano y con la varita levantada. aseguró: “Esto no eres tú. No eres mi hijo. Lo que sea que estás convirtiéndote, lo destruiré.”

 

La proyección de Hadrian rió de nuevo, esta vez de una forma que hizo que la piel de Tom se erizara. No era la risa de su hijo.

 

"¿De verdad lo crees? ¿Que todo esto es por culpa de Dumbledore? No. Ustedes, lo hicieron todo. Cada sacrificio, cada trato con la oscuridad, me ha traído aquí. ¡Soy lo que ustedes querían! Un hijo de la oscuridad. El poder que siempre buscaron, lo he alcanzado."

 

Severus con los ojos llenos de lágrimas, le gritó: "No es cierto… No… ¡NO ES CIERTO! ¡Te fallé, pero nunca quise que esto pasara! ¡No podía predecir lo que haría Dumbledore! ¡No sabía que el precio sería tan alto!"

 

En un movimiento fluido, Severus lanzó un hechizo, seguido por Tom, quien conjuró una poderosa ola de magia oscura para contrarrestar la manifestación. La figura de Hadrian Oscuro se deshizo parcialmente, pero rápidamente se reconstruyó, más fuerte y más enfadada.

 

 

" Lo que teméis? " grito, su rostro deformándose en una mueca. " Sí, temen la muerte, sois unos monstruos. Pero soy lo que ustedes hicieron, y ahora... ahora soy más poderoso que todos ustedes."

 

Tom, respiró profundamente, sus ojos fijos en la figura. "No tienes poder sobre nosotros, Hadrian. Nos pueden hacer daño, pero no nos destruirán. Ni siquiera el Inframundo puede quitarnos lo que somos."

 

Con un movimiento rápido, Tom levantó su varita, conjurando un poderoso hechizo de protección que iluminó el aire a su alrededor. La energía oscura de Hadrian chocó contra el hechizo, creando una explosión de luz y sombra que hizo temblar la sala.

 

"¡Te amamos, Adriano!" Gritaron ambos al unísono, una última vez, con la esperanza de que sus palabras pudieran alcanzar algo dentro de la distorsión que había tomado la figura de su hijo.

 

El Inframundo tembló una vez más, la batalla entre la luz y la oscuridad alcanzando su punto culminante.

 

 

Habían liberado una parte de su propio miedo y desesperación, y el amor que sentían por su hija ahora brillaba más fuerte que nunca. El Inframundo había jugado con sus mentes, pero aún mantenían esa chispa de esperanza.

 

Al frente de ellos, en la distancia, apareció una luz, esta vez más suave, más tranquila. Una luz dorada, comenzando a emanar una forma y figura, envolviendo la sala con una sensación cálida, como si el sol estuviera rompiendo la oscuridad. 

 

La figura avanzaba lentamente, su rostro visible ahora con la claridad que antes había sido esquiva. Era su hija, o más bien, una proyección de ella. Su presencia, a pesar de estar en el Inframundo, transmitía una calma que se contrastaba con la desesperación que los había acompañado antes.

 

Con un gesto, la figura de su hija levantó una mano, y una corriente de energía comenzó a fluir hacia ellos, como una conexión directa entre su alma y la de ellos. La luz dorada se intensificó, rodeándolos con una calidez reconfortante. A medida que la energía se deslizaba hacia ellos, comenzó a sentir la presencia de su hija más fuerte que nunca.

 

En ese instante, comprendió que el Inframundo había estado probándolos, mostrándoles las sombras de su pasado, de sus temores y culpas, para ver si realmente estaban listos para enfrentarlas y seguir adelante. Pero la verdad era que nunca se habían rendido. Habían luchado por su hijo, por su familia, y ahora, la fuerza de su amor y su voluntad les permitiría recuperar lo que habían perdido.

 

La energía del Inframundo comenzó a distorsionarse a su alrededor, como si la misma naturaleza del lugar resistiera su presencia. Pero Severus y Tom, unidos por la fuerza de su amor y sus sacrificios, resistieron cada golpe, cada sombra que intentaba separarlos de su hija.

 

Finalmente, una luz cegadora envolvió la sala, una explosión de magia que recorrió el aire como una ola. Y en medio de la luz, apareció su hija. De pie, frente a ellos, con el rostro familiar y lleno de vida.

 

La chica no dijo nada en un principio, pero sus ojos brillaban con gratitud, entendiendo la magnitud de lo que había sucedido. Severus y Tom corrieron hacia ella, cayendo de rodillas en el suelo. La abrazaron, sus corazones latiendo con fuerza mientras la sensación de alivio los invadía.

 

"No... no importa el precio de esto", susurró Tom, "Lo hemos logrado".

 

Severus, con lágrimas y un llanto desenfrenado acarició la cabeza de su hija. "Nunca volveremos a perderte. Te lo prometemos."

 

Y, con un destello final de luz, el Inframundo de la Magia se desvaneció, dejando atrás un silencio profundo, pero lleno de esperanza. Habían superado sus propios miedos y, al final, lo que más había importado era el vínculo inquebrantable entre ellos, que ni el Inframundo ni la oscuridad podrían romper.

Recuperaron a su hija, pero más importante aún, habían logrado salvarse a sí mismos.

 

 

 

 

Fin.

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