
El día del cambio
PARTE UNO
Ser un semidiós es una mierda, cualquier semidiós estaría de acuerdo, pero cuando tu vida común es igual de dramática y peligrosa que tu vida divina, alcanzar nuevos niveles de angustia. Regulus siempre supo que no era “normal” por la simple razón que nadie en su familia lo era, cabello rizado color azabache, piel pálida como el mármol y rasgos puntiagudos, acompañados de un gris platinado, podrían ser confundidos con antiguas estatuas, algunos dirían que tenían el cerrazón de una.
Cuando era un niño pequeño su prima mayor Bellatriz le contaba a él y a su hermano mayor como sus antepasados hicieron enojar a la diosa afrodita, quien celosa de su belleza pudiera rivalizar con la de ella, los maldijo para que nunca encontraran el amor, toda aquella cosa o ser que amaran la perderán, su felicidad sería efímera y su dolor los volvería locos poco a poco.
Nunca creyó del todo esa leyenda, después de todo Bella solía cambiar la historia, a veces era el dios Hermes o el dios del sol apolo, lo único constante era la locura Black, pero su opinión empezó a cambiar con la desaparición de su prima Andromada la hermana menor de Bella, quien era mayor que Regulus por cinco años, las dos junto a sus padres y hermana menor Narcisa la única en la familia que tenía el cabello rubio y ojos azules; salieron una tarde al parque Bellatriz llevó a Cissa al área de juegos, cuando se volvieron a unir a sus padres su hermana había desaparecido, su madre lloraba incontroladamente y su padre parecía fingir que nunca existió. Después de este suceso todo cambio la mayor de las hermanas Black perdió la cordura, comenzó a tratar mal al resto de su familia hasta que después de un intento de asesinato a su progenitor la ingresaron a un manicomio.
Tres años después su hermano Sirius desapareció, nadie supo nunca lo que le paso, un dia estaba y al otro la teoría dada por la policía fue que sirius se fue por voluntad propia que lo abandonó, pero él no podía creer eso porque su hermano de once años se marcharía y lo dejaría solo, Sirius lo amaba y él lo amaba a él.
los maldijo para que nunca encontraran el amor, toda aquella cosa o ser que amaran la perderán, su felicidad sería efímera y su dolor los volvería locos poco a poco.
Las palabras de su prima se quedaron grabadas en su cabeza, a medida que crecía se dio cuenta que si esa era la verdad sus padres no lo amaban, ellos solo buscaban un heredero, con la desaparición de uno el repuesto tomó el relevo, sin importar el tiempo se convirtió en tabú hablar de sirius o de Andrómeda, en palabras de su padre -” Ellos no fueron adecuados para pertenecer a nuestra familia, por eso los dioses les darán una función de acuerdo a su rango, hay que agradecer que no están aquí”
2007
Las cosas comenzaron a ir realmente mal para Regulus la última semana antes de las vacaciones de verano, sus sueños eran de las muchas cosas de las que no le gustaba hablar eran raros, anormales y sin sentido hace un año soñó con una tormenta que parecía que arrasaría el mundo en medio lo que parecía un caballo y aguila peleando, la lluvia se intensificó al igual que la pelea lo que todavía lo asustaba hasta el dia de hoy fue la risa estruendosa del fondo, cuando se despertó un huracán de categoría cuatro azotaba la península. desde entonces las cosas se pusieron más raras; su pesadilla comenzó en una calle desierta cerca de la costa en mitad de la noche, el viento y la lluvia azotaban en las ventanas de los edificios, más allá de ellos el mar aumentaba sus olas, lo último que recuerda era escuchar un golpeteo de pezuñas por el pavimento antes de que lo expulsaran del sueño, si expulsar no estaba seguro de cómo, pero lo sabía aquel sueño no le pertenecía a él.
Se despertó sobresaltado, tardó unos segundos en volver a sus sentidos lo primero que notó fue que no había tormenta, lo segundo fue la luz que entraba por la ventana y lo tercero y más importante fue la mirada preocupada de unos ojos azules.
-¿Te encuentras bien Reg?
- Si … perfecto
Su ceño se arrugó, en ocasiones como esta parecía mucho mayor de lo que era, su ojos mostraban una historia larga y trágica, pero en un segundo desapareció, se acaecido mas levantado la mano y colocándola en su frente, no pudo evitar estremecerse por el tacto.
-¿Es por tus padres? ¿Te han hecho algo? por que si lo hicieron lo juro por dioses yo…
- No panda lo juro, es solo … sabes que estas fechas son difíciles para mi
-Tu hermano
Se hizo un silencio como siempre se hacía en torno al nombre de Sirius, hace tres años desapareció, para sus padres es como si nunca hubiera existido, para el resto de su familia como si hubiera muerto, pero el sabia que no era a si, el lo sentía ¿cierto?
- Estoy segura que donde quiera que este estaría orgulloso de ti Regulus
- Pero porque no puede estar orgulloso aqui no donde quiera que esté … lo extraño
- oh Reg, estoy segura que debe de haber una buena razón y el querria estar aquí para ti
Antes que lograra formar palabras coherentes el autobús se detuvo delante del museo, el día de hoy 28 niños hiperactivos estarían en un espacio reducido con objetos frágiles que podría salir mal ¿cierto?, bueno el historial no era bueno, en una ocasión la excuercion se cancelo debido a que un idiota jalo mal una palanca y las intalaciones del acuario se inundaron, en otra ocasión los tuvieron que evacuar debido a un supuesto ataque terrorista, resulto que alguien apunto un cañon a los autobusos y podia continuar por horas, no pudo controlar un gruñido, a su lado pandora serio mientras colocaba su palma en su hobro de manera reconfortante, los dos habian sido amigos durante los dos ultimos años ella sabe de su historial, su mala suerte.
El recorrido fue tan aburrido, su profesor Bienes tenía un don para aburrir hasta la muerte, lograba que los 28 demonios bueno 26 si los excluye a el y a pandora, se calmaran o durmiera de pie.
-por fin pensé que nunca terminara de hablar
-Vamos Reg no fue tan malo
-No enserio no me sorprendería que dura hijo de Morfeo si los dioses existieran
Al notar el silencio no pudo evitar girarse, delante de ellos se encontraba el señor Espinoza un hombre de mediana edad y una sonrisa inquietante.
- Oh señor Black junto lo estaba buscando si me pudiera acompañar… a solas señorita si pudiera…
- No, no voy a ir a ningún lado y menos Regulus.
- Pan está bien no tardo
Pero cuando intentó moverse la mano de Pandora no la dejo, su agarre se hizo más fuerte, que era muy probable que le dejara marca, era la primera vez que la veía si, nunca fue de las que desafiaron la autoridad al menos no directamente, si bien a ninguno de los dos le agradaba el señor Espinoza, nunca fue esto… aunque ahora que recuerda fue por pandora que casi no se cruzaban con él, siempre que se acercaba lo rodeamos o escapaban. Al principio pensaba que los dos veían lo raro que era, no estaba seguro de cómo lo hizo lograr engañar al director, maestro y a sus compañeros para que pareciera que siempre estuvo ahí, una vez en forma de humor le dijo a Pan. - No creo que el señor Espinoza sea humano, es demasiado pálido mucho más que yo, y una vez que haces contacto visual no eres capaz de evitar el contacto visual.
Aún recuerda el silencio que le siguió. - Ten cuidado Reg, si lo ves trata de tomar otro camino, por favor nunca te quedes a solas con el. Recuerda no a ver preguntado por el terror que reflejaban sus ojos.
- oh niña estupida, es muy tarde el chico debe de servir
- CALLATE no le hables asi
- Reg, vamos tenemos que irnos
Mientras los dos corrían por la avenida, una carcajada se escuchó, lo siguiente que sabe es que la pared por la que acaban de pasar estalla en pedazos, por el escaparate de una de las tiendas puede ver lo que solía hacer el señor Espinoza, era como si toda la piel se hubiera derretido dejando solo los huesos y una plasta desagradable, sus manos eran más grandes que su cuerpo, lo que eran antes sus piernas ahora había una cola como de serpiente pero con la textura de piel humana.
-Que mierda
-mierda no lo perdemos, vamos Reg toma la delantera
- Que pan…
- ahora
Sin esperar respuesta lo empujo a un callejón mientras saltaba a la batalla, desde su lugar logró ver como perdía su pierna protésica, como hizo una seña con ambas manos, fuera coincidencia o no el aire sopló un fuerte torbellino a lo lejos escucho las sirenas sonar los gritos, no esta seguro porque comenzó a correr, será la realidad golpeándolo, el ser Espinoza, el tornado que dejaba a su espalda o el hecho que su mejor amiga no necesitará una pierna protésica porque tenía como piernas patas de cabra, de cualquier forma corrio.
Debió de correr más lejos de lo que pensó cuando por fin se detuvo se encontraba a un costado de la escuela preparatoria Meriwether, la escuela conocida como progresista, esa sería su siguiente escuela si lo expulsaran por tercera vez un lugar para niños “especiales”
¡Buuuuum!
¡BRAAAAAAAM!
La pared se vino abajo, los vidrios de las ventanas se rompen formando una lluvia de pequeñas cuchillas, algunos pedazos se incrustaron en sus brazos, mientras intentaba agazaparse detrás de un contenedor de basura, cerró los ojos tratando de ahientarse, sintio una rafaga de aire pasar a su lado, abrió los ojos espantado que por fin lo hubieran alcanzado.
De una ventana destrozada saltaron dos chicos de lo que parecían cerca de su edad, sobre ellos una figura se asomaba por un momento parecía una chica con uniforme de porrista pero en un parpadeo vio a un monstruo, los dos chicos salieron corriendo, antes que el monstruo lo viera salio corriendo detras de ello, su cerebro le decia que era mala idea, pero sus piernas ya estaban en marcha.
Lo que fueran esos dos chicos o el monstruo de la ventana debian de ser igual a pandora y al señor Espinoza, si ellos luchaban contra él significaba que eran igual que pandora y ella no le haría daño.
Se detuvieron en un callejón entre la calle Church. -Remus ¿que? Lestri…
- Lestrigones, esos monstruos del gimnasio, son una raza de gigantes caníbales.
- No hay una forma más simples de llamarlos
- Canadienses, ahora vamos tenemos que salir de aquí antes que venga la policía
Su mente se desconecto, por que que carajos, ¿gigantes? ¿caníbales?, esto era una locura incluso para los black, era como todas aquellas historias descabelladas que les contaba Bellatriz y Sirius antes de desaparecer… Era una broma, tenía que serlo, no había forma de que los dioses fueran reales.
- ¿Quién es Regulus?
Su mente regresó a la realidad cuando escucho su nombre, volvió asomarse al callejón ahora sin la adrenalina podía distinguir los rasgos de los dos chicos el más alto tenía el cabello castaño, ojos color avellana, un rostro pálido pero bronceado, en el punte de su nariz algunas pecas y lo más llamativo era sin duda las cicatrices blancas de haber sanado, vestía unos pantalones de mezclilla con una playera naranja, el otro chico era una cabeza mas bajo pero aun alto tenía la piel bronceada, el cabello negro desordenado y los ojos color avellana y unas gafas redondas, vestia unos pantalones de mezclilla con una playera color roja ceñida a du cuerpo ambos tenian un collar queno se podia ver bien debido a que se encontraban debajo de la ropa.
Tardó un momento en recordar porque los estaba viendo, delante de ellos entre una neblina y la luz del sol se encontraba el rostro preocupado de pandora,
- Regulus es el chico del que soy su protectora James
- Pero porque quieres que lo llevemos al campamento, ni siquiera sabemos dónde está
- Espera, pan ¿Que paso, si no estas con algo debió de pasar?
- Se que ahora debe ser difícil Remus con los monstruos que ya los persiguen, pero es un semidios primerizo ni siquiera sabe quien es, de lo que es capaz, por favor. James tiene razón algo pasó durante la excursión al museo fuimos emboscados, mientras huíamos, nos separamos, el logro uir mientras me quedaba a pelear.
-Entonces te abandono, vaya chico
-No fue así Remus yo lo obligue a irse, ese es mi trabajo
Esta bien, los dioses existen, los monstruos también que por cierto lo querían muertos, su mejor amiga es mitad animal, lo querían llevar a ese lugar llamado campamento que no tenía idea de donde esta, al parecer uno de sus progenitores no lo era, puede que su prima y hermano desaparecieran por estos monstruos… vaya y todavía no son tres, al menos no tendría que regresar a casa y si para eso tendría que irse con ese chico odioso lo haría, tal vez por fin tendría respuestas a toda la rareza que lo rodea.
-Pan sabes donde lo podemos encontrar
-Estoy aquí
La mirada de todos se dirige a él, por un monto el chico llamado Remus areto su agarre en la daga de su costado, Pandora parecía aliviada, James lo estaba mirando intensamente, su boca ligeramente abierta, de cerca sus ojos avellana tienen un arco circular verde en los bordes, y unos pestañas rizadas. Una tos le hizo girar la cabeza, Pandora había desaparecido.
- ¿Nos vamos? Sin esperar respuesta giró sobre sus talones y comenzó a caminar, James pronto lo alcanzó.
- Hola, soy James y mi amigo es Remus.
- Regulus
-Entonces Reg, debes tener muchas preguntas, a si que puedes hacerme las que se te ocurran mientras llegamos, si no se la respuesta seguro que Remus la sabe.
Tenía muchas ganas de corregirlo es Regulus no Reg, pero dado que era el único cortez no debería enemistarse con él, pensó unos segundos, el dio tiempo para que organizara sus ideas.
- A dónde vamos
- Al campamento es un lugar segura para personas como nosotros
-¿Como nosotros?
- Semidioses hijos de un dios olímpico como Hermes, Apolo y Zeus- No pude evitar estremecerme como si una descarga atravesará las corrientes sanguíneas, si James lo noto no dijo nada.
- Pero son…
-¿Un mito?- asiento con la cabeza-
- Si no dejes que escuchen eso, de lo que he aprendido no les gusta que les digan mitos, están muy presentes, se mueven donde está el corazón de la cultura, primero gracia, después, roma estuvieron en Francia, Inglaterra y ahora Estados Unidos.
- Pero cómo es posible que no lo veamos, esta magia en nuestro día a día.
- Eso se debe a la niebla, que cubre la parte mágica, solo algunos humanos son capaces de ver a través de la niebla.
Las preguntas siguieron por unos quince minutos hasta que llegaron a la calle Thomas y Trimble, Remus se detuvo y rebusco en su mochila- Espero que aun tenga una,
-Qué estás buscando- ignorado- Oye…
-Remus, ningún taxista de Nueva York va aceptar esa moneda- gritó unas palabras que su cerebro tradujo como “Detente, carro de la condenación”, este chico si sabia como subir el animo.
-Tendría que suceder algo, porque dejame te digo que no ha pasado nada- gruñe hacia la dirección molesto, a punto de replicar fue interrumpido por un chirrido, del charco que antes lanzó la moneda apareció un taxi formado de humo.
Remus me miro con una sonrisa burlona y nos obligó a entrar, porque aparentemente lo más sensato era subirse a un vehículo con dudosa procedencia y con una seguridad nula.
- ¿Cuántos pasajeros?
- Tres al campamento meztizo- dijo Remus
Me corrijo no es nula la seguridad solo dudosa, como cinturones de seguridad había cadenas - adorable- murmuró por lo bajo pero al parecer James me escuchó porque se rió
- Un poco impredecibles por el momento ¿cierto?- ahora fue mi turno de reirme
El taxi aceleró doblando la esquina de West Broadway y la dama gris que sesenta en medio giro. - Mira por donde vas, dobla en la esquina
-Si me dieras el ojo, Tempestad, yo también podría verlo.
-Mira a donde vas, gira a la izquierda
- ¡Avispa!
¡Semáforo rojo! ¡Frena!
Pero en lugar de frenar Avispa aceleró dejando atrás a mi estómago. - Perdone… ¿pero usted ve algo?- Pregunto James a mi lado
-NO, - gritó Avispa
-NO - gritó Tempestad
-NO - gritó Ira
Los dos nos giramos a ver a Remus incrédulos - ¿Son ciegas?
- No del todo- contestó él - tienen uno
- Cada una - dijo james - por los dioses Remus
- Que era la manera mas rapida de llegar al campamento
- si llegas en una pieza es opcional - murmure por lo bajo, pero no tan bajo porque los dos se giraron a mirarle.
-¿ Entonces porque no lo tomaste de virginia?
-Porque solo trabajan en nueva york - replicó como si fuera obvio
- dha James es obvio- imita su voz
-Que problema tienes
-yo que problema tienes tu
Si las miradas mataran los dos estarían muertos, ninguno apartó la mirada del otro, ninguno cedería, a su lado intervino, no aguantando la pelea de las hermanas grises y la de él y Remus. - Por si alguien quiere saberlo vamos a morir.
- No te preocupes - dijo Remus apartando la mirada, pero tampoco parecía muy seguro- las hermanas grises saben lo que hacen son muy sabias.
-muy sabias, sabemos la ubicación que buscas - añadió Tempestad
-Que, que posición, yo no estoy buscando nada - dijo james, no estoy seguro de porqué pero siento que eso es mentira
-no la última vez fue malo- replicó Ira, entre empujones el ojo que tenían salió volando a los asientos traseros, cayó en las piernas de James y después rodó al suelo del taxi, por unos segundos reinó un silencia, entonces la histeria comenzó, gritos sobre gritos.
Rasgue parte de la playera roja de james que ya estaba quemada para recoger el ojo, se escuchó un oye de su parte, - Que coordenadas,
- Buen chico devuelvemelo - error de novato el no era bueno era una pequeña perra
- otro intento, ¿qué coordenadas? o lo aviento por la ventana.
- No demasiado peligroso
- Regulus- comenzó Remus
- Reg dale el maldito ojo nos vamos a estrellar- al mirar por la ventana lo entendí al final de la colina, un pino alto, mucho más grande que los demás y de alguna manera magnética, se encontraba a unos metros, y sin el ojo se estrellaron.
Una persona normal lesdaria el ojo, que bueno que no existía un solo Black normal- Dije, que coordenadas o me las das y te devuelvo el ojo o no estrellamos y adios ojo.
- Espera- gritaron las hermanas- 30, 31, 75 y 12.
- y eso, no tiene sentido
- 30, 31, 75, 12 - aulló Ira- no podemos decirte más,
- Regulus- Remus me quito el ojo y se los regreso a las hermanas y justo a tiempo- La puerta se abrió y nos arrojó al suelo.
-Díganme que significa- pero Remus lo interrumpió
-No había tiempo James- parecía que iba a replicar pero entonces vio el fuego, cambistas corrían de un lado al otro estaban siendo atacados, los dos corrieron dejándolo todavía en el suelo.
Cuando intentó ponerse de pie no lo logró, sus piernas permanecían inmóviles en el suelo, los eventos del día comenzaron a pasarle factura, aun no estaba del todo seguro que esto fuera real y no una broma, mientras permanecía inmovil escuchaba lo que pasaba alrededor, por el rabillo del ojo miro al pino, había algo que lo hacía querer acercarse y llorar, pero no podía mover un músculo.
- ¡Patrulla de frontera, a mi! - grito un chico con voz bronca, Remus y James se dirigiero hacia un chico alto, que porcierto que les daban de comer para que todos fueran alto, con armadura, debajo de esta se podia distinguir una playera naranja, tenia la piel palida, y una cicatriz en diagonal en ojo izquierdo sus ojos de color verde, recordaban a la menta, su cabello rubio parecia brillar con los rayos del sol.
A su lado otro chico un poco más alto pero con el cabello castaño y sus ojos color oliva. - ¡Evan cuidado!- un toro de bronce, james se interpuso entre ellos, interceptando el golpe, Remus impidió que el otro chico atacará, el chico misterioso, Remus y James se encargaron del toro, pero no se dieron cuenta que uno más se acercaba al pino, pero antes que embistiera a Regulus ese chico de antes Evan lo salvó.
Destrozó al toro, después de todo comenzaba a creer su nueva realidad, delante del hermoso chico que salía victorioso, lo reafirmo, ello a su punto de quiebre, él no tenía tanta imaginación,
-tú porque te quedas ahí, ¿Estás herido?- su expresión de irritación paso a preocupada
-Estoy cansado, soy nuevo así que tampoco soy de mucha ayuda en estos momentos.
Si su madre lo viera en estos momentos, le daría un infarto, estaba, sucio por tierra, lodo, sudaba por todos lados y sobretodo no tenía modales, casi deseó que estuviera ahi, el chico no pudo intervenir debido al grito de una discusión.
-Lo han arruinado- les gritó el chico misterio- lo teníamos controlado
- Yo también me alegro de verte Barty - le dijo James
-arggg no vuelvan a…
-Tienen heridos - eso lo callo, los dos se fueron a ver los estados de los demás.
-Bueno, se siente el amor en el aire, esto sí que fue una bienvenida
-Cállate Regulus
-Cállame
Su discusión pudo continuar por horas si no fuera por Barty que regresó - Potter, si aun puedes caminar tenemos que llevar a los heridos a la casa grande e informar a Tántalo de lo ocurrido
-¿Tántalo?
-El director de actividades - respondió con impaciencia
-El director de actividades
-¿Director de Actividades? ¿Dónde está Argus? y Quirón? - pregunto Remus
-Fueron despedidos
- que pero los dos han estado por milenios ¿Que paso?
Soltó un suspiro frustrado - Los dos estuvieron fuera por mucho tiempo ¿Que ha pasado?- espetó señalando el pino.
Lo que antes era un majestuoso pino, solo queda un cascarón, vacío, hueco, que te dejaba saber que el campamento que antes era un lugar seguro para semidioses ya no lo era.
-y lleva al novato contigo
FIN DE LA PARTE UNO