
Cuando decidio salir aquella noche a nadar al lago, realmente no lo habia
pensado mucho, solo vio a los grindilows disfrutando su vida acuática a
través de los ventanales en la sala común y se le ocurrió que queria ser
uno de ellos, sin esas preocupaciones que conlleva la vida, sin toda esa
presión asfixiandolo a su alrededor.
Asi que si, salio a nadar al lago negro, siendo antes muy cuidadoso para
que nadie lo descubriera en el proceso, o no veria el fin de ello; corrió una
vez fuera del castillo, disfrutando del aire helado que se estrellaba contra
su rostro, llego pues asi a la orilla del lago, era grande y negro, pero nunca
le dio miedo, su padre siempre le contó historias sobre lo hermoso que se
veia bajo agua, y pronto el lo descubrió por si mismo, un poco de
oscuridad no hacia daño a nadie, menos en esos momentos, no le hacia
mas que consuelo a el.
Se quito la ropa lentamente, con miedo de que el frio lo calara de golpe,
los poco vellos erizados de anticipación y la respiración agitada, quedo en
calzoncillos solo por el decoro, se agrego unos cuantos hechizos
calentadores y dejando asi sus ropas a la orilla se adentro al espejo oscuro
que lo reflejaba.
Se hundió, profundamente, lo sentía y en la manera en que sus oidos
timbraban, y los ojos le ardian, pero realmente no le prestaba mucha
atención en esos momentos, un pareja de grindilows habia echo nido tras
unas algas, y parecían recién haber parido, abrazados con bebés idénticos
a ellos en medio de sus brazos, parecían enamorados y se pregunto si
tales criaturas, tan por debajo de el, de su raza, conseguían sentimientos y
relaciones tan complejas, como las de cualquier mago o muggle, como las
de humano, imaginaba que no, le rezaba a Merlin que no, sería mas
sencillo, no tendrían embrollos sentimentales si fueran puros instintos
carnales, si, debía ser eso.
Subio poco después a la superficie y nado con calma para regresar a la
orilla, pues se habia alejado bastante habiendo estado en las
profundidades del lago, cuando se estaba acercando lentamente se dio
cuenta que había alguien mas recostado boca arriba viendo el cielo, cerca
de donde había dejado su ropa pero no lo suficiente para haberla notado
en la oscuridad, nadó sigilosamente pero sin miedo de ser visto, pues el
otro individuo también estaba fuera del toque de queda, no podria acusarlo
sin exponerse a si mismo, como pudo salio del agua sin hacer mucho ruido
y se vistio con calma,
Observando la estrellas, las constelaciones y la luna con una sonrisa
pintada en la cara, ¿Qué importaba que el baile de yulle fuera en una
semana y aun no tuviera pareja?, la verdad es que en aquel instante
detenido en el tiempo todo lo demás parecía pequeño, lejano, eh
insignificante.
Cuando giro a observar al otro chico acostado en la bahía contuvo el
aliento mas de lo necesario y lo dejo salir temblando, era pues, nada mas y
nada menos que Ron Weasley, quien al parecer se habia quedado
dormido viendo el paisaje que se extendía alrededor de ellos, su pecho
subía y baja lentamente y su cara, dejándolo sorprendido era de hecho
atractiva, en calma por supuesto, siempre la habia visto arrugada y
despreciativa, repelente, pero teniendo esta oportunidad de verla de cerca
era ligeramente placentera de observar.
No se habia fijado en cuan cerca estaba del otro rostro hasta que sus ojos
se abrieron de golpe y lo mandaron volando de un salto hacia atrás del
espanto que le dio, aquellos ojos azules eran tan claros y penetrantes que
parecían sin problemas luciérnagas fluorescentes en medio de la
oscuridad.
-¿que haces aqui Malfoy?- y… okey, no era que esperara un recibimiento
mas amistoso pero quizás si menos receloso.
-llegue primero comadreja- bueno, si, insultarnos siempre es parte del
proceso de socialización aqui entre nos, inevitable como la caida del trio
dorado habia sido, Harry, Hermione y Ron ya no eran amigos, pareciese
que Harry y Hermione eran novios, hasta la loca de Sketer publicó una foto
de ellos besando en el profeta, y Ron, bueno, simplemente se alejo de
ellos, no parecia peculiarmente enojado, como las anteriores veces que
siempre volvian a lo mismo, esta vez era mucho mas calmado para,
parecia mas meditado.
-¿estabas nadando?- preguntar cosas obvias parecia ser su pasión y no
pude evitar soltarme a reir por tremenda estupidez.
-No, de echo solo sali a secarme el cabello a la orilla del lago negro, por
supuesto que acabo de nadar- refunfuñe
-Oh?!, y… porque no traes zapatos?
Esa era aquella una muy buena pregunta para la cual ni siquiera yo tenía
respuesta, pero quien necesitaba zapatos cuando tenia a Ronald Weasley
mirandole de arriba a abajo sin parar.
-Yo….no lo sé- no se quien avanzó primero, si el, o yo, pero terminamos
besándonos, voraces, como si el aire nos lo diera el otro, las manos por
todos lados tocandolo todo, pero era lo correcto, lo natural en ese
momento y pense, si, si, esto es lo que eh querido siempre, sus brazos al
rededor de mi cintura y si rodilla empujando las mias, que mas importaba
si el instinto animal que llama a los grindilows fallaba con nosotros, no
ibamos a tener hijos, pero se seguía sintiendo como un llamado, una
necesidad que me calaba en los huesos, y por la forma en que seguía
aferrándose a mi, se sentía igual para el.
¿Que importaba el mundo afuera de este instante? No podía encontrar en
mi mismo el preocuparme, daba igual, éramos el y yo, y las estrellas, todos
parte de un retrato mas, en un castillo mas, en un mundo mas.