
capitulo 4
01/09/1997
Hogwarts
La cena termina y todos nos dirigimos a las salas comunes, durante la cena fue incómodo tener la vista de Lily y sus amigos Gryffindor sobre mí, como si yo hubiera cometido un crimen imperdonable.
Es algo de lo que hablaré con ella después.
Will me lleva de la mano parloteando sobre lo increíble que es el castillo, no contesto, pero tampoco parece importarle. Los chicos vienen detrás de nosotros prestando atención a todo lo que sale de la boca del rubio, a pesar de que hable mucho su voz no es molesta. El rubio mayor que guiaba a los de primero se detiene frente a una puerta adornada con serpientes en las esquinas de la puerta.
—La contraseña de la entrada es ''Salazar'' — entra mientras le seguimos el paso—. Les diré las reglas de esta casa, cualquier problema que haya entre nosotros se queda dentro de estas paredes, así se odien a muerte fuera de estas paredes todos son compañeros y se cuidarán entre sí, saliendo de las mazmorras deben de ir en grupos nunca solos por su seguridad; última y no menos importante, no se dice la contraseña a externos de la casa. Ahora las últimas indicaciones, es común que las habitaciones de otras casas sean compartidas, pero en Slytherin no es así. Al ser menos que otras casas y que las mazmorras son más grandes cada quien tendrá una habitación propia. Los queremos a las siete quince en la sala común, los llevaremos al gran comedor y finalmente los prefectos los llevaremos a sus clases.
Nos guiaron a las habitaciones que para nuestra sorpresa estaban escaleras abajo, las puertas de las habitaciones tienen una serpiente de piedra y esmeralda que pregunta tu nombre y una vez lo dices nadie más que no sea tú mismo podrá ingresar a tu habitación a menos de que tu lo dejes. Al parecer es debido a que hay muchos herederos y deben tener más seguridad que otras casas.
Tanto en la sala común como en la habitación abunda el verde y el gris, la cama con edredones vedes y la pared adornada con el escudo de nuestra casa, los ventanales sellados mostrando el maravilloso lago negro y muestra las fascinantes criaturas que abundan ahí. Cuando una sirena se percata de mí, su vista se distorsiona y arremete contra la ventana, causando una pequeña grieta en ella.
—Reparo — lanzó rápidamente el hechizo, pero ella vuelve a impactar contra la ventana.
Mas sirenas se unen creando demasiadas grietas, puede escuchar las voces de mis compañeros afuera de la habitación y los toques resuenan en mi puerta, pero si abro la ventana se estallará antes de poder volver a lanzar el hechizo. No sé qué más puedo hacer, el anillo que mamá me dejo comienza a brillar y se comienza a enredar en mi mano para terminar siendo una vara de sauce color negro.
La ventana se estrella por completo y sede ante la presión del agua que inunda con rapidez la habitación antes de que las sirenas puedan atacarme, la vid sale disparada y acaba con todas ellas haciéndolas polvo. Lanzo, un reparo a la habitación y desaparezco el agua, y al darme la vuelta, el prefecto rubio y varios compañeros están en la puerta.
—Muy bien ustedes se encargarán de calmar a los demás estudiantes y yo vere que carajos paso aquí. ¡Ah! y ninguna palabra de esto a nadie.
Una vez todos se dispersan da un largo suspiro para darse la vuelta y mirarme con ojos evaluadores, se acerca y me toma por los hombros para después agacharse a mi altura y comenzar a buscar heridas en mí y al ver que solo tengo un para de rasguños por culpa de los vidrios.
—¿Estás bien?
—Sí, lo estoy.
—Dormirás en mi habitación, mañana limpiaran la tuya los elfos, ¿Estás de acuerdo?
—Si señor.
—Necesito que me digas que sucedió aquí —me guía fuera de la habitación para ir a la suya.
Cuando entramos me deja sentado sobre la cama lanza un hechizo al ventanal y los vidrios se oscurecen, el sale de vuelta, aprovecho para observar su habitación a detalle; es más grande que la mía, además tiene un bonito sofá de color verde esmeralda con bordados dorados simulando serpientes, abunda el aroma a perfume caro y menta, continúo mirando todo con atención y me detengo en el gran librero que tiene junto a su ventanal. Toco los libros maravillándome con la textura de ellos al pasar mis dedos sobre los lomos, de cuero y terciopelo, todos ellos de colores oscuros, dando a la habitación un aire más elegante y etéreo.
El joven rubio entra a la habitación acompañado de otra joven dama muy hermosa, ambos me sonríen al verme tocando los libros. La joven dama guía al baño y me ofrece mi pijama instándome a cambiarme, su baño es inmenso con muchos productos para el cabello.
Ahora entiendo porque lo tiene como de princesa.
Salgo y están esperándome mientras conversan entre ellos, me siento en el sillón quedando frente a ellos, me miran por un largo momento y la dama termina sentándose a mi lado y con una sonrisa muy bonita me pide silenciosamente que le explique qué sucedió.
—Soy Lucius Malfoy y ella es mi prometida Narcissa Black —arrugo mi nariz un poco al escuchar el apellido de la dama al recordar a cierto chico molesto.
—Severus Lian Prince, un placer.
—Un lindo nombre.
—Y es un Príncipe ؙ—alaga el joven Malfoy —. Pero ahora no es momento de so, cuéntanos Severus, ¿Qué sucedió en tu habitación?
—Es una historia confusa y tal vez no me crean.
—Lo haremos pequeño, solo di la verdad sin omitir nada, nosotros nos encargáremos del director no se meta.
Esto será difícil.
26/08/1997
Mansión Príncipe.
Estaba jugando en el bosque cerca de la mansión, cuando algo se lanzó hacia mí, me araño el brazo y con fuerza lo aviento a un lado. Corro de vuelta a la casa, mi tío creó una barrera impenetrable alrededor de ella para que estuviera a salvo. Justo antes de llegar me toma del talón y me jala a él, la bestia emplumada y con grandes colmillos rugue en mi cara y cuando está a punto de comerme sale disparado, al mirar atrás mi tío sostiene su barita en alto mientras se acerca a mí con rapidez llevándome adentro de la barrera. La bestia agonizaba y mi tío de manera fría lanzo un ''bombarda'' logrando que desapareciera en polvo dorado.
—¿Te hizo algo? —niego y el suspira aliviado —. Eso es bueno.
—¿Por qué me ataco?
—sabes que eres semidios, tu sangre es mucho más valiosa que la de un mago incluso siendo sangre pura, y por ello los monstruos los persiguen. Sev mi pequeño cuervo, tu vida a partir de ahora estará en constante peligro, y no siempre alguien podrá estar a tu lado para defenderte, por ello debes aprender todo lo posible para que sobrevivas. Escúchame, el mundo es cruel, salvaje y egoísta al más fino rayo de sol y su alegría lo destruyen. Se una fuerza que no logren derrumbar. Quiero que seas valiente y fuerte, pero sobre todo inteligente, te daré armas y dependerá de ti cuando usarlas.
Presente
—Se que es difícil de creer, pero es la verdad —miró a otro lado con temor de lo que lleguen a pensar de mi después de esto.
—Eres un semidios —el joven Malfoy aún intenta asimilarlo.
—No eres el primero, pero aun así son muy escasos y muy pocos llegan a sobrevivir siquiera terminar Hogwarts debido al peligro constante, es más común encontrar un muggle semidios que un mago.
—Incluso dentro del colegio es peligroso me asusta pensar en el peligro en que ahora te encuentras. Ordenare poner hechizos de bloqueo en tus ventanas para evitar que te vean y ataquen de nuevo, necesitaras toda la ayuda posible, pero evitemos que esto salga de aquí, si ese lord Voldemort se entera ni en el mundo mágico o muggle estarás a salvo —termina el rubio mayor.
—Lo sé, mi tío me enseño varios hechizos para protegerme.
—Te proporcionare algunos libros que leerás y practicaras, son hechizos sin varita algunos son magia oscura.
—Yo también traeré algunos de mi biblioteca privada —la dama coloca suavemente su mano sobre mi cabello acariciándolo suavemente.
—Recuerda que te estamos dando conocimiento de nuestras familias, esto no debe salir de aquí.
—Gracias, pero... ¿Por qué ayudarme?
—No lo sé, solo sentimos deseo de protegerte —el joven Lucius suspira y vuelve a mirarme —. Ahora si a dormir.
Me llevan a la cama y me arropan el se ira a dormir con su prometida. Hoy fue un largo día y realmente estoy cansado, mis heridas fueron curadas por la joven dama mientras hablábamos y olvide agradecer por eso.
Mami, hoy hice muchos amigos, ¿Estarás orgullosa de mí? ¿Me extrañas como yo lo hago? ¿Me ves desde donde estas?