Actos de servicio

Harry Potter - J. K. Rowling
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Actos de servicio
Summary
Si al Draco Malfoy del pasado le hubieran dicho que un día estaría en la sala de espera de un hospital muggle y que estaría acompañando a la mejor amiga de Harry Potter, se estuviera riendo de lo lindo en la cara del pobre demente que le dijera eso.
Note
Este trabajo fue realizado para la comunidad Roses Et Epines Prjct de Facebook, con el prompt de Actos de servicio.

El olor a medicamentos y químicos era persistente, tantas personas yendo y viniendo por los pasillos, en salas de espera y con múltiples enfermedades que desconocía estaban por todas partes. Escuchó a alguien toser no muy lejos de donde estaba sentado; solo pudo arrugar levemente el entrecejo con claro gesto de asco, no por la gente, pero si por los gérmenes que claramente se podía ver sin necesidad de magia. Si al Draco Malfoy del pasado le hubieran dicho que un día estaría en la sala de espera de un hospital muggle y que estaría acompañando a la mejor amiga de Harry Potter, se estuviera riendo de lo lindo en la cara del pobre demente que le dijera eso.

Pero ahí estaba, sentado en uno de sus mejores trajes de diseñador que Granger le ayudó a conocer en el mundo muggle, uno que podia distinguir la elegancia y buen gusto en las telas que confeccionaba, su gabardina estwba colocada en el respaldo del sillón donde se encontraba sentado y a su lado, una alegre Hermione contándole sobre un artículo que leyó sobre la importancia de la leche materna. Con su cara brillante y alegre, con un sonrojo natural que florece como magia en las mujeres embarazadas, tan radiante y hermosa que cualquier maquillaje quedaba absurdo al efecto que las hormonas de una mujer adquiere en esa etapa. No era su mejor amiga, pero si alguien que s ehajia gansos su lealtad, cariño y confianza; y eso viniendo de una serpiente, eran ya muchos atributos de los cuales regalar a una sola persona.

Harry le pidió un favor antes de salir, bueno, en realidad llevaba pidiéndole diariamente ese favor desde hace una semana, cuando se enteró que tenía una misión importante en el ministerio, y en su departamento tanto él como la comadreja debían estar sí o sí, no había alguien más que acompañara a Hermione en esa visita con la obstetra, y por qué Draco ya tenía años viviendo en el mundo mugfle gracias a Harry. No quería, se negó tanto como pudo, y es que a diferencia de San Mungo y los hospitales del mundo mágico, donde él si fue criado y tenía conocimiento de lo que pasaba ahí; entrar a un hospital muggle era algo totalmente diferente. Vivir en el mundo muggle era una cosa, entrar a un hospital muggle era otra totalmente diferente. Pero claro, ¿que Gryffindor no pelea hasta la última de sus oportunidades sabiendo que será el vencedor? Harry usó todo su arsenal para convencerlo, regalos, comida casera, su maldita ropa muggle que lo hacía ver tan delicioso y esas noches en la habitación mientras caían rendidos de la entrega sexual que tenían, lo hicieron acceder. Comprado y usado pero ahí estaba, con el parloteo de su ahora amiga sobre mil cosas que él no usaría jamás pero aprendiendo cosas nuevas, nunca se deja de aprender.

—¿Hermione Weasley?— escucharon que una enfermera pronunciaba el nombre; y como el caballero que es, ayudó a la dama extendiendo su mano para ayudarla a ponerse de pie. Ambos dirigiéndose al consultorio de la doctora. Adentro la cita tardó lo que tuvo que tardar, entre chequeos, cuestionamientos y revisar índices de madre y bebé pasaron unos largos minutos en los qué Draco pensaba que todo eso, se lo cobraría a Harry con intereses. Peor aún cuando la enferma insinuó qué Draco era el padre de lo que Hermione llevaba en el vientre. Su venganza sería hermosa, de eso se iba a encargar, y sería tan lenta qué Harry no tendría que pedirle nada sobre eso, este trabajo era de la comadreja y era su obligación acompañar a su esposa, ningún trabajo está arriba de eso.

De regreso a casa para esperar al par de amigos fue relajante, una plática más a Mena sobre la nueva imposición al uso de magia oscura que estaba teniendo el magisterio. En cuánto el sonido de la chimenea anunció la llegada de ambos aurores y las protecciones de la casa avisaba la presencia de la magia, la platica de ambos fue interrumpida con una sutil sonrisa. Hermione tuvo que pedir permiso para llevar su embarazo, Ron estaba trabajando todo lo que podía para que en el último mes acompañara a Hermione y Harry, bueno, Harry solo los apoyaba en todo lo pudiera, llevándose entre las patas y decisiones anticipadas la participación de su pareja y esposo.

Despidieron a los esposos prometiendo que el fin de semana se verían en la madriguera, bendita comida d Molly que Draco no dejaba de comer cad que iba.

—¿Se divirtieron? — volteó a ver a su esposo cuando se encontraron solos, y oh Merlin, como amaba la sonrisa de Harry, con esa mirada tan brillante que sus ojos verdes los hacían ver más hermosos de lo que ya eran.

—Para tu información, ese lugar da más miedo que Azkaban— la risa que soltó Harry lo hizo sonreír. Amaba verlo feliz. —Pero no pienses que haré más actos de servicio como ese— afirmó mientras se aferraba a la gabardina color grana que aún portaba el auror, besándolo con ganas como un inicio para cobrar sus intereses.
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