Diecinueve XIX

Harry Potter - J. K. Rowling
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Diecinueve XIX
Summary
Despues de ser exiliado del mundo magico, despues de la segunda Guerra Magica. Draco Malfoy vive felimente en el mundo muggle, viviendo como todo un muggle. No sabia nada del mundo magico, y mucho menos saber de la vida de Harry Potter, no gracias, Draco asumio que su obsecion por Potter le daba dolores de cabeza, pero que sucede cuando su amado Scorp conoce a Albus Severus Potter, con un mini Potter en su vida, conlleva volver a ver a Potter adulto, quizas no sea todo malo, cuando se recuentra con Harry Potter, y Draco se da cuenta, que al final, es Potter que necesita ser salvado con urgencia
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Capitulo 3

Descargo de Responsabilidad: Los personajes de Harry Potter, pertenecen de forma exclusiva a su autora. J.K.Rowling yo únicamente poseo la historia…

El viento soplaba suavemente a través de las ventanas del Ministerio de Magia, donde Hermione Granger-Weasley se encontraba sentada en su amplio despacho. Era tarde, pero no importaba. Las horas extras se habían convertido en su rutina desde hace años, primero porque lo exigía su carrera y ahora porque prefería el silencio de su trabajo al frio de una casa que ya no se sentía como un hogar.

El escritorio de Hermione estaba cubierto de pergaminos, cartas y proyectos legislativos. Cada uno representaba una batalla que había peleado como una de las brujas más brillantes y decididas de su generación. Y pronto, en cuestión de meses, esas batallas darían sus frutos cuando se convierta en la primera Ministrade Magia nacida de muggles. Una hazaña historia que, para muchos era un motivo de celebración y admiración.

Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, Hermione no podía ignorar el peso del resentimiento que llevaba consigo. Había trabajado tan duro, había sacrificado tanto, pero nunca había sentido el apoyo de la persona que más debería haber estado a su lado: Ron

Hermione apoyo la frente en sus manos, cerrando los ojos por un momento mientras reflexionaba sobre los últimos años. Recordaba la emoción con la que había abordado su vida junto a Ron despues de la guerra, creyendo que el amor que compartían era suficiente para construir un futuro juntos. Pero la realidad había sido diferente.

Ron Weasley seguía siendo el mismo joven impulsivo y despreocupado que había conocido en Hogwarts. Aunque había momentos en los que su humor y calidez le recordaban al Ron que amaba, esos momentos eran cada vez más escasos. Ahora, todo lo que veía era a un hombre que parecía estar atrapado en el pasado, mientras ella seguía avanzando, con o sin él.

Cuando Hermione finalmente llego a casa esa noche, la casa estaba en silencio. Rose y Hugo ya estaban dormidos, y Ron estaba en la sala, frente al fuego, con un vaso de cerveza de mantequilla en la mano. No levanto la mirada cuando Hermione entro, y ella tampoco hizo ningún esfuerzo por romper el silencio.

Hermione decidido dejar su abrigo sobre el respaldo de una silla, su tono cansado y su largo día laboral no tenía nada que ver

Trabaje hasta tarde otra vez. Tenemos que aprobar las propuestas para la reforma del Estatuto de los Secretos

Siempre estás trabajando tarde-dice con tono totalmente indiferente Ron, sin siquiera mirar a los ojos a su esposa-Supongo que eso no cambiara cuando seas Ministra

Hermione se detuvo por un momento, sus palabras atrapadas en su garganta. Sabía que lo que Ron quería decir no era una felicitación por sus logros, sino una vez más, una queja disfrazada. Durante años había escuchado comentarios como ese, cada uno clavándose como un cuchillo en su pecho, cruzándose los brazos miro fijamente a su marido

¿de verdad eso es lo único que tienes que decir? ¿Ni siquiera puedes estar un poco orgulloso?

Finalmente, su marido se dio el lujo de mirarla a los ojos

Claro que estoy orgulloso, Hermione-dice con voz apagada Ron-pero parece que siempre estoy compitiendo por tu atención, y siempre pierdo contra tu trabajo

Hermione sentía que su paciencia estaba llegando a sus límites permitidos, años aguantado las quejas de Ron, que se le olvida, que, aun trabajando diariamente, ella siempre lo llamaba, siempre revisaba a sus hijos, preguntaba por ellos, eso sí que su marido no lo recuerda, No recuerda que se trasnochaba cuando él y Harry iban a misiones peligrosas, y nadie sabía de ellos. No recuerda que ella no Molly no Arthur lo atendía en todo cuando se enfermaba, no recuerda cuando por años Ron subía de rango dentro del cuerpo de los aurores, ella no solo lo felicitaba, iban siempre los dos a celebrar cada logro de él. Lo que acaba de decir Ron sí que la hirió profundamente

¿Compitiendo dices, Ron? ¿De verdad lo crees? He trabajado tan duro para llegar a donde estoy, y nunca, ni una sola vez, me has mostrado que crees en mí. Ni siquiera viniste a las celebraciones cuando aprobé mi primera ley en el Winzegamot. ¿Sabes lo que sentí? Humillación, Ron. Porque todos a mi alrededor celebraban, menos tu

Ron de inmediato se levantó de la silla, con las manos en la cadera se enfrentó a su esposa

¿Y qué querías que hiciera, Hermione? ¡Siempre has silo la brillante, la que todos admiran! No soy como tú. Nunca lo he sido ¿Cómo esperas que me sienta orgulloso cuanto todo lo que haces me recuerda lo insignificante que soy?

Hermione dio un paso atrás, sorprendidas por la intensidad de las palabras de Ron. Pero de la sorpresa paso automáticamente al enojo, está cansada que Ron use cualquier excusa para que la única víctima siempre sea el

Eso no se trata de ti, Ron-dice tristemente Hermione-nunca se trató de ti. Pero lo has hecho sobre ti, cada hora, cada día, casa semana, cada mes, cada año. ¿Es tan difícil decir bien hecho, Hermione? Sin convertirlo en un ataque contra ti mismo

La discusión termino como muchas otras antes; en silencio. Ron se retiró a la habitación sin decir más, dejando a Hermione sola en la sala. Ella se dejó caer en el sillón, con la mirada perdida en las llamas. Una lagrima rodo por su mejilla antes de que pudiera detenerla.

No sabía cuánto tiempo podría seguir soportando este matrimonio. La idea de terminarlo era aterradora, no solo por el impacto que tendría en Rose y Hugo, sino porque significaría enfrentarse a la realidad de que el amor que alguna vez había sentido por Ron ya no existía. Pero más aterrador aún era quedarse atrapada en esta vida, en este ciclo interminable de resentimiento y desapego.

Hermione se levantó finalmente y subió las escaleras en silencio. En la habitación, Ron ya estaba dormido o fingía estarlo. Ella lo observo por un momento antes de acostarse en su lado de la cama, mirando al techo con los ojos abiertos.

Hermione sabía que en unos meses será Ministra de Magia, y aunque ese título llenaba a la comunidad mágica de esperanza, a ella la llenaba de un vacío. Quería más. Quería un compañero que compartiera sus triunfos, que la apoyara en sus fracasos y que la valorara por quien era.

Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero tambien sabía que merecía algo mejor que el frio silencio que había reemplazado al amor en su matrimonio. Y aunque no podía predecir el futuro, estaba decidido a enfrentarlo, con o sin Ron a su lado

Por otro lado, el hogar de los Potter, que alguna vez estuvo lleno de risas infantiles y calidez, ahora parecía un campo de batalla. Las discusiones entre Harry y Ginny se habían vuelto tan constantes  que los momentos de tranquilidad eran escasos. Cada palabra era una chispa que podía encender un fuego. James, Albus y Lily habían comenzado a notar la dinámica toxica entre sus padres, entendiendo, a pesar de sus cortas edades, que algo estaba mal, muy mal

Ginny había cambiado con los años. Su amor por sus hijos se había desvanecido detrás de un manto de críticas y desdén, especialmente hacia Albus. Mientras James, el mayor, era frecuentemente alabado y Lily, la menor, recibía atención como la princesa de la familia, Albus parecía cargar con el peso de las expectativas no cumplidas. Sus inseguridades crecían con cada comentario frio de su madre, con cada comparación injusta

En una noche como cualquier otra. Ginny estaba en la sala, lanzando comentarios sarcásticos mientras Harry intentaba mantener la paz. Lily y James se sentaron a un lado, abrazados en el sofá, observando en silencio. Albus estaba un poco más apartado, con los puños apretados sobre sus rodillas, intentando contener las lágrimas que amenazaba con salir. Esta no era la primera vez que lo señalaban, pero algo en él estaba al borde de romperse

Ginny señalando a Albus mientras que hablaba mejor dicho discutía con Harry, su tono lleno de exasperación

¿Y tú? ¿Qué vas hacer con él? Siempre está en su mundo, nunca es tan brillante como James ni tan encantador como Lily. Me hace preguntarme si en algún momento este niño nos sorprenderá

Albus alzo la vista, su rostro reflejando una mezcla de dolor y rabia. Harry noto la expresión de su hijo y, finalmente levanto la voz

¡Eso es suficiente, Ginny! ¿Qué estás haciendo? ¿te estas escuchando? Es nuestro hijo, y lo tratas como si fuera un extraño. ¿Qué diablos paso contigo?

- ¿Qué paso conmigo? -pregunta cínicamente Ginny cruzándose los brazos-tal vez deberías preguntarte que paso contigo, Harry. Siempre estas defendiendo a Albus, como si fuera un santo. Mientras tanto, yo soy la que tiene que lidiar con su actitud todo el tiempo.

Harry sin dudarlo dio un paso más cerca de ella

¿Lidiar? ¡Él tiene once años! Es solo un niño Ginny. ¿No ves lo que estás haciendo?

Mientras sus padres continuaban discutiendo, algo dentro de Albus finalmente se rompió. Dejo de intentar contener sus emociones. Se levanto de golpe, sorprendiendo a todos

Empezó a gritar, llorando finalmente

¡Basta! ¡Ya no quiero escucharlos! ¡Estoy harto de todo esto!

 James y Lily lo miraron con los ojos muy abiertos. Nunca habían visto a su hermano así. Pero Albus no había terminado. Su mirada se volvió hacia Ginny, quien lo miraba con una mezcla de sorpresa y frialdad

¡Ojalá no fuera tu hijo! ¡Nada de lo que hago es suficiente para ti! ¡Nunca me has querido, no como a James o a Lily! Siempre me críticas, siempre me haces sentir. como si no fuera nada. ¡Y estoy harto de intentar ser alguien que nunca voy a ser!

Harry dio un paso hacia él, extendiendo una mano para calmarlo

Albus, hijo, por favor. Cálmate. Estoy aquí.

Pero era demasiado tarde. La magia en Albus se desbordo como una tormenta. En un instante, desapareció ante los ojos de su familia, dejando solo un destello de luz y un vacío en la habitación.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Ginny, por primera vez en mucho tiempo, parecía atónita, sus ojos reflejando algo cercano al miedo. James y Lily comenzaron a llorar llamando a su hermano, mientras Harry se quedó inmóvil, tratando de procesar lo que acaba de suceder, finalmente hablo fríamente

Voy a encontrarlo

Ahí Ginny se recuperó finalmente, aunque se notaba que seguía a la defensiva

¿Qué.que acaba de pasar? ¿Dónde está Albus?

Harry la miro a matar, se atreve a preguntar así tan campante, cuando fue por ella que su hijo desapareció

Desapareció, Ginny-dice fríamente Harry-porque no pudo soportar más. Y, sinceramente, no lo culpo.

Sin decir otra palabra, Harry tomo su capa y salió de la casa, dejando a Ginny detrás. Sabía que Albus necesitaba espacio, pero tambien sabía que debía encontrarlo antes de que algo peor sucediera. Mientras caminaba por la oscuridad, su mente estaba llena de culpa. Había fallado en proteger a su hijo, pero no permitiría que eso continuara...

Por primera vez, Harry se dio cuenta de que el matrimonio con Ginny ya no era un hogar seguro para sus hijos. Algo tenía que cambiar, y lo haría, por Albus, por James, por Lily, Y, quizás, tambien por el mismo.

Era una noche tranquila en las montañas, donde la inmensa granja Esperanza Renovada descansaba en paz. El cielo estaba despejado, salpicado de estrellas que parecían danzar en el firmamento. Draco Malfoy estaba en el establo, dándole de comer a los potrillos que había rescatado meses atrás. La vida era simple, pero le traía una calma que nunca había conocido en sus años pasados, lejos de las intrigas del mundo mágico.

Mientras tanto, muy lejos de cualquier seguridad, Albus Severus Potter se encontraba de pie en un claro del bosque cercano. Su magia lo había llevado allí en medio de la noche, dejándolo temblando tanto por el frio como por el peso de sus emociones. Había desaparecido de su casa, de las constantes discusiones, de las palabras hirientes de su madre. Todo lo que quería era escapar. Y ahora estaba aquí perdido y sin saber que hacer

A lo lejos, las luces de una enorme propiedad llamaron su atención. Albus reunió un poco de valor que le quedaba y comenzó a caminar hacia la propiedad, tropezando un par de veces en su camino. Cuando finalmente llego al porche, toco la puerta, su corazón latiendo con fuerza. Estaba agotado, física y emocionalmente.

La puerta se abrió, y Draco apareció bajo el marco. Su expresión paso rápidamente de sorpresa a preocupación al ver a un niño que tenía enfrente: desaliñado, temblando y con el rostro marcado de lágrimas. La sorpresa en sí no solo por el estado de ese niño, es quién es ese niño en realidad, cuando Scorpius nació, se dio la noticia que Albus Severus Potter había nacido, que irónica puede ser la vida cuando se lo propone

Albus Potter-susurra calmadamente Draco- ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Estas bien?

Albus no respondió de inmediato. Había algo en el tono del señor Malfoy, el sabia de los Malfoy por su familia, y ellos no hablaban precisamente bien de dicha familia. Pero de nuevo el tono del señor Malfoy una mezcla de curiosidad y sinceridad lo desarmo. Finalmente, sacudió la cabeza, incapaz de encontrar las palabras

Draco lo observo por un momento más antes de apartarse para dejarlo pasar, con suavidad le hablo al pequeño

Vamos. Esta frio afuera. Entremos y hablemos

Albus dudo un momento, pero al final cruzo el umbral, sintiendo el calor del hogar y un leve alivio en su pecho.

Draco preparo una taza de chocolate caliente para Albus, quien la sostuvo con ambas manos mientras se sentaba en la mesa de la cocina. Aunque el niño no hablaba mucho, sus ojos lo decían todo; estaba roto, cansado de luchar por algo que nunca llegaría. Draco, acostumbrado a leer entre líneas, decidido no presionarlo.

Draco volvió a suspirar, despues de unos momentos de silencio, sabía lo que tenía que hacer

Ven conmigo. Quiero mostrarte algo

Albus lo miro con curiosidad, pero asintio y lo siguió afuera. La noche estaba fría, pero el cielo estaba iluminado por una luna brillante que bañaba la granja con su luz plateada. Draco lo llevo a uno de los tantos establos que tenía, llegando a donde estaban los potrillos que hace semanas había rescatados, los mencionados estaban descansando sobre sus camas de paja

Draco le sonrió levemente a Albus

Los rescate hace unas semanas. Estaban abandonados, heridos. Tomo tiempo ganarme su confianza, pero ahora estan seguros aquí

Uno de los potrillos, un pequeño de pelaje mmaron claro, se acercó tímidamente a Albus, olisqueando sus manos, Albus miro al animal con asombro y, por primera vez en mucho tiempo, una sonrisa se dibujó en su rostro

- ¿Cómo lo hizo? -pregunta con curiosidad Albus- ¿Cómo logro que confiaran en usted?

Draco se apoyó en la puerta del establo

Con paciencia y cuidado. A veces, todo lo que alguien necesita es saber que no está solo. Que hay alguien que los ve, que los escucha

Albus sintió un nudo en la garganta. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero esta vez no eran de dolor, sino de algo más.

A lo lejos, Scorpius apareció en pijama, frotándose los ojos. Había oído ruidos y había bajado a investigar

Se emociono cuando vio a otro niño

Papa...’ ¿Quién es el?

Draco sonrió viendo a los dos niños mirándose con enorme curiosidad

Scorpius, este es Albus Potter. Se quedará esta noche con nosotros, y quizás mañana, porque no sé cómo debo comunicarme con tu padre-Albur frunció el ceño-entiendo que no te sientas con ganas de regresar, pero si conozco a tu padre, Potter debe estar sumamente preocupado Albus, y yo lamentablemente no puedo volver al mundo mágico mi exilio es de por vida

Albus se sorprendió, su padre murmuraba a su familia, que no sabía que sucedió con los Malfoy, y resulta que fueron exiliados, presentía que esto era algo que su papa no vio venir

Antes de que Albus dijera algo, Scorpius le sonrió ampliamente

¿De verdad? ¿Quieres que te muestre todo? ¡Tenemos potrillos y un lago donde podemos nadar en verano!

Albus parpadeo, sorprendido por la energía de Scorpius. Pero algo en su entusiasmo era contagioso, y por primera vez en mucho tiempo, sintió que podía relajarse

Esa noche, Albus se quedó en un cuarto junto a Scorpius, quien no dejo de hablar sobre la granja y todos los secretos que compartía con su padre. Albus, aunque agotado, no pudo evitar sentirse cálido por dentro. Por primera vez en su vida, sintió que estaba en un lugar donde no necesitaba ser nada más que el mismo.

En su propia habitación, Draco observaba las estrellas desde la ventana. Sabía que la llegada de Albus no había sido una casualidad. Había algo especial en este niño, algo que le recordaba asimismo en su juventud. Y aunque sabía que el momento de reencontrarse con Harry Potter era inminente, decidido que, por ahora, le daría a Albus lo que tanto parecía necesitar: un lugar seguro. Murmuro para sí mismo

A veces, el refugio que buscamos no está en las personas que esperábamos

Esa noche, el hogar de Draco Malfoy se convirtió en algo más que un hogar. Se convirtió en un refugio para un niño perdido, y una oportunidad para que Draco y Scorpius marquen la diferencia en la vida de alguien que los necesita desesperadamente

Continuara…

 

 

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