Derry Boys

Harry Potter - J. K. Rowling Derry Girls (TV)
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Gen
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Derry Boys
Summary
Severus Snape esta muriendo desangrado en la casa de los gritos apunto de morir a manos de un hombre lobo, en medio de su agonia lo único en lo que puede pensar es en los fragmentos de una vida que no es suya pero que podría llegar a serlo, una vida en la que murió por guerra en la que no gano nada y lo perdió todo.Una vez que se despierta en la enfermería decide que ya no soporta un minuto mas en esta escuela y en el mundo mágico... Nunca debió intentar pertenecer a un mundo que lo odia por el simple hecho de existir. Su mayor error fue pensar que algún día podría encajar en en el mundo de la magia.Y todos saben que cuando Severus se propone algo lo cumple, así que cuando habla con su padre alcohólico y abusivo acerca de salir de esa escuela de fenómenos y abandonar el mundo magico para mudarse con él a su lugar de origen, Irlanda del Norte, y vivir como un muggle por el resto de sus días su padre hace las cosas bastante sencillas.Pero abandonar la guerra mágica no significa abandonar toda guerra y mientras Severus sobrevive a los turbulentos años 70s en Derry sin darse cuenta pronto se hace un Derry Boys más. Las consecuencias serán enormes en el mundo mágico y muggle.
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Severus y la complicada situacion de seguir con vida

Un destello de luz se filtró por las cortinas y en un instante de calma Severus abrió los ojos obsidianos para observar las sábanas blancas y el piso resplandeciente de la enfermería que solo una horas atrás estaba teñido con su sangre. La enfermera no se encontraba por ningún lado, Severus no lo sabía, pero estaba en una reunión extraordinaria con el director y los merodeadores, cuidando las heridas de Remus y dando su testimonio de la situación en la que llegó el Sytherin a altas horas de la noche.

Los ojos de Severus contenían un vacío inexplicable, en él se encontraban las visiones de una vida horrible. Muerte, cuerpo de los que alguna vez fueron sus amigos, todos acompañados de dolor y sufrimiento. La marca tenebrosa vívidamente quemada en su piel, su sombra surcando por los cielos de Inglaterra mientras sembraba el caos, que él y el resto de seguidores ayudaron a causar. Recuerdo el sonido atronador de la palabra “Sangre sucia” retumbar en cada rincón de esas pesadillas.

El rostro herido de personas que nunca había visto, y sin embargo sabía de algún modo que las conocía, solo que no todavía. Recuerda haber visto los ojos penetrantes de Albus Dumbledore estudiando cada acción y palabra que salía de su boca. Un sonido silbante, no, una voz similar a la lengua de las serpientes le hablaba con frialdad…. Recuerda haber escuchado esa voz dando órdenes que no podía negarse a obedecer.

Una guerra, dónde magos y brujas se enfrentarían entre sí, una guerra donde él no tendría nada que ganar y todo que perder.

Estaba seguro de que eso no era realmente un sueño. Era demasiado vivo, demasiado real como para ser una fantasía. Tal vez era una profecía, un sueño profético. O tal vez fue magia, el tipo de magia que te muestra los horrores del mundo aunque seas un muchacho de apenas quince años.

Pero la magia oscura aunque terrible, no era capaz de manejar el futuro a su antojo. Severus jamás escuchó a sus compañeros hablar acerca de ello, ni siquiera a Lucius que sentía una pasión desproporcionada por todo lo relacionado a magia oscura.

El temblor en su mano izquierda no ayudó a calmar sus pensamientos. Sentía un escozor y una picazón irremediables en donde solía estar la marca tenebrosa que vio en sus sueños, una prueba irrefutable de que lo que vio fue demasiado vivido para tomárselo a la ligera como una simple pesadilla. Estaba seguro de haber visto ese patrón grabado en alguna parte, sin embargo era incapaz de recordar dónde exactamente lo vio por última vez. Era algo importante está seguro de eso… pero no puede recordar qué significa exactamente.

Cerró los ojos cansados, sus párpados no resistirán mucho más, pero no quería dormir, volver a ese horrible mundo de pesadillas que solo causaba dolor, sus ojos se cerraron de todos modos, porque como siempre una petición desesperada de Severus Snape nunca es cumplida, incluso cuando se trata de cosas que deberían estar en su poder. En cuanto cerró los ojos un dolor sordo y persistente se extendió desde la punta de sus pies hasta cada rincón de su cuerpo.

Vio a un hombre, no, no era un hombre realmente, estaba camino a ser más bien un monstruo con su aspecto esquelético y esos ojos rojos absolutamente inhumanos, vio a ese rostro sonreír y señalar con su huesudo dedo, vio a una serpiente desgarrar su garganta mientras enterraba sus colmillos, la sangre salía a borbotones y la sensación de un veneno letal esparciéndose por sus venas lo quemaba por dentro. Vio unos ojos verdes desenfocados, idénticos a los de Lily y recordó todo una vez más, como si de un castigo divino se tratará.

Dumbledore, Voldemort, la guerra y la orden del fénix… Harry Potter y Lily, su Lily, que había dejado de serlo hace mucho tiempo, una Lily que se desvanecía en sus manos en esta vida y en la otra.

Ese recuerdo permaneció en su mente más tiempo de lo que deseaba, el recuerdo de ese maldito día junto al lago nergro, la humillación pública, la risa de los merodeadores, la gente de su lado, y lo peor de todo, la expresión de Lily, llena de dolor y asco… antes de eso una pequeña sonrisa y el resto solamente fue caos. “Sangre sucia” La palabra fue como un látigo e incluso en esa visión de su juventud sintió una repulsión instantánea y náuseas en cuanto esas horribles palabras salieron de su boca. ¿Por qué había dicho eso? ¿Cómo pudo ser tan débil, tan insensato? Lo había perdido todo ese día, y por mucho que se aferrara a excusas —el odio a los merodeadores, la impotencia, la humillación pública, la presión de sus compañeros de casa— nada lo justificaba.

Pronto otra emoción lejana al arrepentimiento y debajo del dolor comenzó a burbujear en su interior, el miedo. Si había visto todo eso ¿Que significaba? ¿Era algún tipo de castigo por los errores que estaba destinado a hacer? ¿Se vería obligado a repetir los mismos errores una y otra vez? ¿O…era una oportunidad para no cometerlos? No había una respuesta clara, pero una cosa era segura: tenía recuerdos que nadie más poseía. Sabía lo que sucedería si seguía el mismo camino. Sabía que su ciega lealtad a quienes llamaba amigos ( por conveniencia) lo llevaría directo a la sombra de Voldemort, directo al dolor la miseria y la muerte. Sabía que su orgullo y su obsesión por el poder le costarían la vida de la única persona que realmente importaba y con ello condenaría el resto de su existencia ya condenada.

Severus no era optimista. No creía en la redención, sobre todo para sí mismo. Podría tener una segunda oportunidad, pero... ¿sería capaz de aprovecharla? ¿Sería siquiera capaz de cambiar?. Las decisiones vendrían después, pero en ese momento, se permitió sentir. Sintió cada emoción que nunca fue capaz de expresar en estos años, cada una de las que lo habían llevado hasta donde estaba… solo en una enfermería sin nadie a su lado después de una noche agonizante en la que apenas conservó su vida.

Sintió el odio acumularse en lo más profundo de su pecho, odio con los merodeadores, con Dumbledore y esta escuela, odio por sus padres, ambos ajenos a su vida excepto cuando recurrían a la violencia, a esta escuela, a este mundo mágico y a su miserable vida en el muggle, y por último se permitió sentir odio consigo mismo, este último fue el más difícil de identificar.

Sintió odio por la vida, por lo que había hecho y como se había dejado pisotear a lo largo de los años, sintió odio por seguir vivo, porque una parte de él, la más desesperada ya no soportaba otro segundo de vida, le dolía respirar, se sentía cansado y se odiaba por ser tan inútil, que era incapaz de acabar con su vida de una buena vida. Sintió dolor, pena, rabia, y a pesar de todo nada llenaba el vacío que parecía estar atorado en su pecho desde la noche anterior.

La puerta se abrió con mucha más delicadeza de la que había visto en todos sus pasos por la enfermería a lo largo de los años. Madame Pomfrey entró a pasos cansados, pero silenciosos, su rostro estaba cansado y parecía envejecer un par de años desde la semana pasada cuando la vio por última vez. El estrés le estaba pasando factura. Sus ojos se agrandaron con sorpresa cuando lo vio con los ojos ligeramente abiertos y la cabeza mirando en su dirección.

—¡Severus querido estás despierto!— la sonrisa afable de la enferma no hacía nada para disminuir el claro nerviosismo que tenía

Severus no respondió, cerró los ojos cansado, no tenía ganas de escuchar las preguntas de la bruja acerca de cómo se sentía, no quería que revisara esas asquerosas cicatrices que le cubren el cuerpo y permanecerán allí, arrugadas y similares a una quemadura con formas irregulares que le recuerden lo sucedido anoche por el resto de su vida. No quería estar en esta escuela y ver como a todo el mundo se le olvidaba lo que pasó anoche para volver a una rutina en la que a nadie le importaba si estaba en el piso lastimado más tiempo de lo que estaba en clases.

—Severus, por favor abre los ojos si puedes hacerlo, necesito hacerte un chequeo y verificar que todo esté bien— pidió pacientemente la bruja

Severus lo hizo, con la intención de que lo dejaran en paz después de esto, ya tenía suficiente como para pudrirse con sus pensamientos, no necesitaba compañía mientras lo hiciera. La enferma lanzó un par de hechizos para revisarlo, sacó su camisa cuidadosamente para revisar sus heridas, estaban todavía rojas y no parecía que ese tono fuese a disminuir con el tiempo. Pomfrey lo miró con más lástima de la que le habían tenido en toda su vida y le dijo en voz baja, casi temerosa de su reacción, o bien por la falta de ella.

Le explico las consecuencias de esta noche, afortunadamente, si, afortunadamente, porque esas fueron las palabras que todos parecían usar al referirse al incidente en el que casi pierde la vida, porque ya sabes, ¡No moriste Severus, eso es ser afortunado no te quejes!. Afortunadamente no lo mordieron y por lo tanto no sería un hombre lobo, pero las garras de Lupin arañaron y se clavaron en gran parte de su cuerpo desde el tronco hacia arriba, tenía una pequeña parte de la cicatriz visible en su garganta y el resto se ocultaba a través de las capas de la ropa. Su cuerpo está desgarrado con heridas malditas producto de la naturaleza de Lupin.

Pomfrey explicó que sus heridas no se curaran, las cicatrices permanecerán de ese modo, horribles y dolorosas, dijo que le causarían dolor de vez en cuando sobre todo en luna llena y que probablemente podría desarrollar algunos síntomas leves de licantropía que no involucran la transformación, como un gusto particular por el bistec crudo.

La herida sangrara por un par de días y él debía permanecer bajo observación, la herida maldita es difícil de tratar. Severus asintió, lo sabía, por supuesto. Pero había inventado el hechizo Vulnera Sanentur precisamente para eso. Donde los hechizos normales no funcionaban, el suyo sí. Podía lanzarlo ahora y acabar de una vez con esta tontería e irse a su sala común, pero no tenía energía ni la intención de revelarlo a los demás. No desea llamar la atención innecesariamente.

Severus permaneció en silencio durante toda la cátedra, no miro a los ojos a la enfermera en ningún momento, no arremetió, no insultó a los Gryffindors ni se desquito… no hizo nada de lo que se esperaba que hiciera y eso solo empeoró la situación a ojos de la enfermera.

Severus no es así, y ahora más que nunca tiene todo el derecho a estar enojado con todos ellos, con el personal por permitir a Remus a pesar de su condición, con los merodeadores por condenarlo a una vida todavía más difícil, con el director que no llegó a ejercer un castigo como corresponde, con la vida, con todos… pero no, el chico permaneció inmóvil en su cama, con la mirada perdida en el techo y un rostro imperturbable, sin una pizca de enfado o cualquier emoción más allá de la indiferencia.

Después de algunos minutos sin reacción Snape volvió a quedar solo y se preguntó cuándo vendría Dumbledore a darle la noticia de la pequeña reprimenda que le dio a los merodeadores y de su compromiso, es decir obligación, a guardar secretos de la verdadera naturaleza de los acontecimientos pasados.

Severus esperó y cuando Dumbledore le habló con esa voz anciana y ligeramente cansada, él lo ignoró. El director le habló de la difícil situación de Remus, haciendo énfasis en que todo el personal está al tanto de su condición y se han tomado medidas acordes a la situación, las cuales no habían fallado hasta la noche pasada.

—Severus, muchacho, debes comprender que las cosas se salieron de control y la broma llegó demasiado lejos, pero el joven Lupín no tiene porqué cargar con las consecuencias—

Los ojos grises de Albus nunca dejaron de esperar una reacción a medida que la conversación, unilateral, avanzaba.

—Como ya debes haber entendido, no puedo hacer público lo que ocurrió realmente, eso implicaría la revelación de la condición del joven Remus y sus consecuencias serían desastrosas… revelar la naturaleza de un hombre lobo es condenarlo a una vida de miseria o en el peor de los casos de muerte… sobretodo por la gravedad de los hechos—

Severus recordó entre los muchos fragmentos que le llegaron la noche pasada y se sumergió en lo que se supone debería haber ocurrido en esta ocasión. Severus no podría hablar sobre el asunto, los merodeadores saldrían impunes como de costumbre y la gente pensaría erróneamente que James fue su salvador, cuando nunca hizo algo que no fuera con la intención de salvarse a él y a sus amigos. Nunca pensó en salvar a Severus por el hecho de estar en peligro sino que para ahorrarse consecuencias mayores.

—Me encargaré personalmente de castigar a los involucrados, como comprendera el joven Lupin no tuvo conciencia de lo ocurrido, por lo tanto no puedo darle un castigo, pero el resto tendrá un castigo por el resto del semestre, hasta terminar quinto año—

Un castigo poco llamativo, suficiente como para que nadie indague en profunidad el incidente y que reciban un castigo por lo ocurrido.

Dumbledore observó atentamente cualquier tipo de reacción del estudiante, sin obtener respuestas. Severus no está haciendo lo que se espera de él, no grita, no reprocha lo injusta que es la situación, no se queja por el leve castigo de los involucrados en su casi asesinato. El Slytherin no hace nada, permanece impasible, en silencio, y para Albus eso es mucho más preocupante, porque Severus Snape no está siendo el mismo.

Snape no dijo una sola palabra, solo se limitó a observar el vacío y voltear en la dirección opuesta para dar por terminada la charla del director. No valía la pena esforzarse, nada cambiaría, nadie haría algo por él, porque no es guapo como Sirius, no es rico como Potter ni tiene amigos con influencias como Lupín… no, es un mestizo pobre, de una familia abusiva y rodeado de compañeros que desdeñan a los de su clase, por lo tanto no tiene amigos, salgo Lily… y hace mucho tiempo que su amistad con Lily estaba fracturada, cada vez eran más distantes con el pasar de los meses.

“Sangre sucia” recordó Severus, las mismas palabras que terminaron con su única amistad, las palabras que está vez no diría por ningún motivo.

Esta vez quería irse lo más lejos posible, desaparecer. No quiere darle en el gusto a nadie y no pensaba luchar por el poder de Voldemort cuando no haría nada bueno por él ni por Dumbledore y su ejército de magos clandestinos que le han hecho la vida miserable por años. No quiere seguir luchando por permanecer en un mundo que nunca lo acepto, no quiere seguir aquí.

Cuan incomprendido debe ser, cuanto más tiene que soportar ¿No ha soportado ya suficiente? No fue suficiente que su madre dejara de darle cariño en cuanto demostró su capacidad mágica, no fue suficiente tener miedo de su padre, obligarse a ocultar una parte de él todo el tiempo, porque la magia no es buena en el mundo muggle, es extraña, peligrosa y pertenece a los monstruos. No suficiente tener que lidiar con una casa que lo odia, con una escuela que lo aborrece y con unos compañeros que desearían que él dejara de existir, porque nunca fue suficiente, no lo fue para sus padres, no lo fue para los profesores, para sus compañeros ni siquiera fue suficiente para el mismo. Severus Snape el patético chico incapaz de cumplir una expectativa por baja que sea.

Por primera vez en todo el día Severus se miró las heridas, recorrió el vendaje donde se ocultaban las enormes cicatrices irregulares que todavía parecían estar en carne viva, con un dolor ardiente y persistente. Su ya horrible presencia ahora sería peor, no solo era feo, ahora era un hombre feo con el cuerpo desfigurado, condenado a una repulsión mayor a la que ya se había acostumbrado. ¿Habrá algún lugar al que Severus logre pertenecer por el simple hecho de existir? Cokeworth no lo fue, nunca se sintió cómodo allí y todo el mundo notaba su… extrañeza…Hogwarts fue todo lo contrario a lo que esperaba, aquí se sintió todavía más ajeno, como un enemigo infiltrado en campo enemigo, nunca ha tenido un momento de paz, en los pasillos por los merodeadores, a puertas adentro por sus compañeros de casa, destinados a ser arrogantes, prepotentes e inherentemente puristas de sangre, algo que no encaja con su condición de mestizo.

Severus pensó, pensó y pensó. No está seguro de que hacer a partir de este punto, quedarse en Hogwarts no es una opción, pero tampoco puede volver a casa, no hay lugar para él allí. A veces desea ser un chico pobre, pero sin magia, para que tal vez de ese modo su padre lo ame y pueda tener un lugar real en el mundo muggle, un lugar suyo por completo. Desea quitar su magia de él para que al menos una vez en su vida alguien le diga “Déjame ayudarte Snape” porque nunca nadie ha dicho eso, ni siquiera una vez, no lo han hecho hasta ahora y no lo hicieron en los recuerdos de su futuro predeterminado.

Nadie iba ayudarlo, esta no seria la excepcion, asi que tendría que tomar las riendas de la situación, quedan un poco más de tres meses para terminar quinto año y volver a casa para las vacaciones de verano, casi cuatro meses para irse de Hogwarts y si las cosas resultan bien no volver jamás. Meses de planificación, de terminar de estudiar lo que podría resultar útil una vez que se vaya de esta escuela y por supuesto de planificar que hacer fuera de Hogwarts.

Montones de recuerdos inútiles vinieron a su mente intentando buscar algo que lo pudiera apoyar, recordó una breve carta que llegó el verano pasado, una carta de parte de su abuela, su padre quemó la carta en cuanto se la quitó de las manos a Severus. Él no tenía idea de que su familia paterna hubiese intentado contactarlos antes, aparentemente lo hacían cada pocos meses, pero Tobias estaba demasiado frustrado y avergonzado por su familia, una familia de fenómenos destinados a humillarlo. Cómo iba a mostrarles a su familia y conocidos a una esposa enferma y lunática, además de mágica y a un hijo mágico, patético y extraño más allá del hecho de ser un mago. Le dolió en un principio, pero no era nada inesperado, él sabía perfectamente lo que opina su familia respecto de él y su madre, jamás los aceptarían. Tobias estaba absolutamente renuente a llevarlos a Irlanda del Norte al seno de una familia católica que los condenaría una vez más por el solo hecho de existir y tener en su naturaleza la magia, eso era algo que Severus comprendía muy bien.

Irlanda del Norte… un lugar con casi ningún mago, el catolicismo y la religión cobraban más fuerza allí que en cualquier otro lugar del Reino Unido, ese no era un lugar apto para un mago o una bruja, nadie sospecharía de que él estuviera allí, ja, irónicamente el lugar que menos debería recibirlo parecía ser su mejor opción. Siendo realista no tenía el dinero para irse de intercambio o mudarse por su propia voluntad a otra escuela mágica de Europa, Beauxbatons era inalcanzable en su presupuesto y Dumstrang no lo aceptaría al ser mestizo, y cualquier viaje fuera del continente estaba fuera de sus posibilidades.

Irlanda del Norte, no suena tan mal, dicen que las bandas de rock y punk son populares y eso es lo único que le gusta del mundo muggle hasta ahora, eso y los cigarros. Tal vez si trabaja y demuestra que realmente quiere ser un muggle y vivir como un hombre normal puede que convenza a su padre de que lo envíen allá. De todas formas si quiere que el plan funcione tiene que comenzar a trabajar cuanto antes, convencer a Tobias de esto iba a ser difícil, sobre todo considerando lo insistente que suele ser con su pertenencia absoluta al mundo mágico.

Por ahora su mudanza a Irlanda se quedara en el primer puesto de su lista de prioridades, la segunda es tratar de evitar la mayor cantidad de relaciones con los merodeadores y sus compañeros de casa, ellos solo le traerán problemas que no necesita ni en este ni en ningún momento de su vida.

Sin saberlo en un extremo de la enfermería un gato negro lo ha observado todo el tiempo, cuidadosa de no ser notada y vigilando que el muchacho herido este en buenas condiciones, Minerva McGonagall no tenia un buen presentimiento, sabia por el comportamiento apático del Sytherin que algo no estaba bien, esta vez las cosas eran diferentes, él era diferente, tal vez había sido llevado a su limite o tal vez ya estaba roto mucho antes y ahora solamente lo estaban notando… Sea como sea, Severus Snape necesita ayuda y ella no sabe qué hacer para ayudarlo, ni siquiera sabe si puede hacerlo después de haberlo ignorado durante tantos años. Fue un error, debieron protegerlo, ahora es muy tarde y no está segura de si alguna vez podra ayudarla, ahora solo tiene el presentimiento de que fallo, y que eso les costará caro, porque Severus Snape puede ser todo lo extraño que dicen que es, pero es brillante, un genio como pocos… un genio como Tom.

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