Es oficial. Todo el mundo sabe de su relación ya no tan secreta.

Lo conociste en el cumpleaños de tu hermana. Fue algo trivial, nunca lo habías visto en tu vida y de cierta forma te sorprendió que alguien como él estuviera en una fiesta como esa.

Rose se había acercado a ti, con él siguiéndola cerca y los había presentado. Recuerdas muy bien como fue todo. “Dave, un fan quiere conocerte” era lo que había dicho. Él se había puesto rojo al escucharlo, pero había soltado una risa de todas formas. Tu hermana había reído, y tú no entendías nada.

John Crocker. Así era como se había presentado.

Había alagado tus películas, y al principio te pareció una simple formalidad. Tus películas eran muy malas. Pero luego viste sus ojos brillando y te diste cuenta que ese alago era honesto. Por dios, él realmente adoraba tus películas, y no tardo en dejártelo en claro. A pesar de todo dijo que Con Air seguiría siendo su película favorita, y que esperaba no ofenderte con eso. No podías evitar sentirte tranquilo a pesar de haberlo conocido hace un momento.

La sonrisa de tu hermana te deja en claro que ella había visto esto venir.

Que sabía que sus personalidades encajaban perfectamente.

Y de a poco la gente se fue sumando a su conversación, pero no era por ti. Aquellas personas apenas y notaron que eras el famosísimo director de cine, Dave Strider. Ellos se acercaban por él. Porque al parecer era una leyenda y tú no estabas enterado. Cuando notó tu cara de confusión te explicó rápidamente que era comediante. Las personas junto a ustedes dejaron en claro que era el comediante. A pesar de eso John le quitó importancia con una risa. En cuanto llegaste a tu casa no tardaste en buscarlo.

John Crocker, la leyenda del stand up. Un genio en lo que hacía. Alguien que lograba sacarle una risa al más serio. Viste unos videos de él. No te avergüenza realmente decir que tu estomago dolía después de tanto reír. Sonreías como un idiota al verlo allí, frente a un público. Te diste cuenta que te encantaría verlo en vivo y en directo.

Rose te paso su número.

No sabías realmente como empezar la conversación. Estabas más nervioso que en el estreno de alguna de tus películas. Rose casi envía un mensaje por ti, pero lograste evitarlo a tiempo. No recuerdas realmente que le enviaste, pero si recuerdas que así fue como comenzó todo.

Conversaciones hasta tarde, visitar la casa del otro para ver películas, salir con Rose y Jade, simplemente mirarse.

John no era… joven. Pero eso no evitó nada. El mundo quería verte con una muchacha joven, hermosa. Por dios, los programas de chismes no dejaban de hablar de Rose y tú. Pero no querías. Lo querías a John. Estabas completamente perdido y apenas y te importaba.

Deseabas que John también te quisiera a ti.

Estabas todo el tiempo tentado a soltarlo todo. A decírselo de una vez. Pero te acobardabas al último momento. Tenías miedo. Miedo al rechazo. Miedo a perderlo. Miedo a volver a vivir como vivías antes.

John no estaba con nadie. Y tú no estabas con nadie. Pero la prensa no paraba de decir que si lo estabas. Que tenías una novia en Texas esperando por ti. Que estaban comprometidos en secreto. Que la engañabas con Rose Lalonde. Que eras un mujeriego.

Y John lo creía.

Recuerdas que te pregunto sobre eso. Que te dijo que tu novia seguro era muy hermosa. Te hubiese gustado decir que lo decía dolorido, pero la verdad es que su tono era el mismo de siempre. Aun así lo dijiste. Sin pensar en las consecuencias, sin pensar en el después, sin darte cuenta que tal vez habías arruinado todo.

John se había quedado mirándote, sin realmente entender que era lo que habías dicho. Y por un momento creíste que se iba a reír, que iba a hacer una broma tonta sobre eso, que no te iba a tomar en serio. Pero no. Todo lo contrarío. Él te preguntó muy serio si era verdad. Y no sabías por qué pero querías llorar. Obviamente no lo hiciste.

Si, dijiste.

Y sus ojos brillaron. Una sonrisa expandiéndose por su cara. Estaba incrédulo. Era hermoso.

Su reacción fue hermosa.

Y te beso.

Y algo dentro tuyo simplemente supo que esto estaba bien, que era perfecto. Y tenías está sensación en el pecho que te era extraña, pero a la cual querías acostumbrarte. Y se besaron un poco más hasta que decidieron que les gustaba como sonaba decirse “novio”.

Y John podía llevarte veinte años, pero no lo parecía. Parecía más joven que tú, más vivo que tú. Y lo amabas. Lo amabas tanto.

Y él te amaba a ti. Te amaba y no dejaba de recordártelo.

Sabías que tenía miedo. Miedo a no ser suficiente. Miedo a perderte. Pero tú no podías ver a alguien más que no fuera él. John Crocker era perfecto. Perfecto para ti, por lo menos. Y no podías estar más agradecido de haberlo conocido.

Aún así, todo se mantuvo en secreto.

No querían a la prensa sobre ustedes. Ambos temían que era lo que se podía decir sobre su relación. No solo estaban con otro hombre, si no que su diferencia de edad era mucha. Ambos estaban nerviosos ante la mirada de los demás. Y todo iba bien, todo iba perfecto. Nadie sabía nada.

O no sabía nada hasta ahora.

Porque definitivamente ese programa de chismes los había atrapado. Y estabas seguro que dentro de poco serían noticia. Y la mirada preocupada de ambos era la misma. Así no era como se suponía que iban a ir las cosas. Se suponía que iba a ser todo secreto. Y cuando llamaron a Jade y a Rose ambas se rieron a carcajadas.

Les dijeron que ustedes eran demasiado obvios, que deberían calmarse y que, ¡miren el lado positivo!, ahora no tenían que ser ustedes los que den la noticia.

Al cortar los nervios seguían ahí, pero el aire había cambiado. Estabas un poco feliz con todo esto. Estabas muy feliz con el mundo enterándose de esto.

Ahora podrías sostener su mano en público.

Y sonreíste como un idiota de solo pensarlo.