
Cuando todo comenzó a cambiar
No recuerda exactamente cuando comenzó a suceder.
Eran jóvenes en aquel entonces, en un principio solo pensaba que estaba asombrado por su peculiaridad y quería saber todo lo que podía de ella antes de que obtuviera la suya, pero eso no sucedió y en cambio Izuku fue diagnosticado como peculiar. Si bien estaba un poco triste por su amigo, no podía eclipsar la felicidad que tenía por tener algo que Deku no podía tener, no podía tener una madre cariñosa o que fuera el hijo perfecto que sus padres deseaban haber tenido, pero ahora tenía algo que nunca podría tener, un quirk.
Debería haber sabido que todo cambiaría ... para mal .
Comenzó a notar los cambios unos días luego de haber obtenido su peculiaridad. Se encontraba caminando a casa con algunos compañeros que vivían en el mismo vecindario porque Deku se había quedado en la escuela para hablar con uno de los maestros sobre un trabajo. Estos compañeros eran Kenji, que podía estirar sus dedos a una gran distancia, y Hiroshi, cuyos dientes eran súper resistentes, siendo un poco largos y dándole la apariencia de un pequeño conejo.
La luz del sol los bañaba mientras caminaban animadamente por la acera tan familiar, sus voces se volvían cada vez más fuertes mientras hablaban sobre su héroe favorito, All Might.
"¡All Might es el mejor!, no hay nadie que pueda derrotarlo" afirmaba Kenji con una sonrisa enorme en su rostro y estirando sus dedos en varias direcciones. Su cabello rojo combinaba con los colores del cielo.
Katsuki lo miró molesto, "Por supuesto que lo es, es el héroe número uno, obviamente nadie es más fuerte que él". Su rostro contenía una mueca burlona pero podía verse la emoción en sus ojos al hablar de su héroe favorito.
A su lado, Hiroshi los miraba con una expresión aburrida en su rostro, era la misma conversación que tenían siempre. Los jóvenes continuaron su recorrido a casa de la misma manera, alabando a All Might y sin dejar de afirmar que en el futuro serían tan fuertes como él.
"¡¡¡Woaah!!!" Gritó Katsuki cuando una repentina ráfaga de viento azotó su rostro. El grupo de niños intentó cubrirse con los brazos pero eso no pudo evitar que el sombrero de Hiroshi saliera volando.
Kenji, luego de que el viento habría pasado, dejó de cubrirse y al mirar alrededor se dio cuenta de ésto.
"Amigo, ¿dónde quedó tu gorro?". Katsuki lo miró sin entender antes de mirar sobre sí mismo y al no encontrar nada fuera del lugar, miró a Hiroshi.
"Es cierto, tu gorro no está". Hiroshi, al fin miró sobre su propia cabeza y se dio cuenta de lo sucedido. Sus ojos de color chocolate se abrieron cómicamente y se movieron de un lado a otro frenéticamente. No podía perder ese gorro, su madre se lo había comprado hace unos días y le había advertido que tenía que tener cuidado. Si llegaba a casa sin él, iba a matarlo.
Al ver el pánico en su amigo, los chicos intercambiaron miradas y se dividieron para ayudarlo a buscar. Estaban frente a un parque y era posible que el viento hiciera que el gorro quedara atrapado entre los arbustos o las ramas de algún árbol. El sol comenzaba a irse, así que se dirigieron rápidamente al lugar.
Habían estado buscando por casi media hora cuando dejaron de buscar, a pesar de sus esfuerzos aún no habían logrado encontrar el gorro. El naranja del cielo se había transformado en un color azul oscuro, dificultando su visión.
Hiroshi podría sentir las lágrimas fluir cada vez más rápido. Su madre lo iba a matar, no le gusta cuando le grita o le tira el cabello. No quería volver.
Katsuki miró el rostro asustado de su amigo. Sus ojos estaban rojos e hinchados por el llanto, habían rastros de lágrimas en sus mejillas y no podían parar de respirar rápidamente. Sus adorables ojos de ciervo contenían puro terror. Con un rostro inexpresivo, se acercó a él y le dio unas torpes palmadas sobre la cabeza.
"Quédate en mí casa, a la bruja no le molestará". Al oír esas palabras, Hiroshi levantó la cabeza rápidamente. Su rostro mostraba sorpresa y unos segundos después las lágrimas comenzaron a fluir aún más rápido. De repente atrapó a Katsuki en un abrazo de oso, quién apenas pudo evitar caer por la acción repentina.
"Bakugou-kun". Kenji a su lado los miró con una sonrisa. Hiroshi es el menor de su clase y está acostumbrado a ser tratado como un bebé por sus profesores, así que era bastante sensible.
Con torpeza, Katsuki correspondió al abrazo. Estuvieron así un tiempo mientras esperaban que Hiroshi dejara de llorar. Cuando al fin lo logró, comenzaron a dirigirse nuevamente a sus hogares. Su conversación fluía con normalidad, Kenji contaba bromas mientras Katsuki e Hiroshi hablaban sobre distintos héroes pero en especial, obviamente, sobre All Might. Las estrellas brillaban sobre ellos mientras charlaban y reían sin preocuparse por nada, sin pensar en el gorro perdido o en la madre de Hiroshi. Eran sólo niños normales.
Mientras se encontraban llegando a sus respectivos hogares, escucharon el sonido de una rama. Hiroshi era realmente asustadizo, así que al escuchar el sonido repentino, soltó un gritó y se dió la vuelta rápidamente. Katsuki y Kenji también se dieron vuelta. Detrás de ellos estaba Midoriya, sosteniendo un lápiz en una mano y un cuaderno abierto en la otra. Al ver que se voltearon, el niño de cabello verde intentó esconderse detrás de una pared cercana pero era muy tarde.
"¡¡¡Deku ¿Qué haces aquí?!!!" Bakugou preguntó, no podía creer que su amigo intentara asustarlo así, no era bueno hacer ese tipo de bromas, ¿qué pasaría si un día alguien los sigue y no se volteaban porque creían que era Deku?. Además, ¿qué estaba haciendo allí?, él ni siquiera tenía que caminar porque su madre lo iba a buscar. A su lado, Kenji intentaba calmar a Hiroshi que había comenzado a temblar por el susto.
"H-hola K-kacchan". La voz de Midoriya estaba temblando un poco mientras salía de su escondite improvisado. Sus pequeños brazos intentan esconder el cuaderno detrás de sí, pero eso no impidió que los niños se dieran cuenta de lo que intentaba hacer. "Quería acompañarte, pero no te encontré asi que vine a buscarte", confesó mientras se acercaba a Katsuki.
"Oh, bueno. Vamos" luego de escuchar su explicación, Katsuki solo se encogió de hombros y comenzó a caminar nuevamente. Al oír su respuesta, Izuku sonrió y se colocó a su lado, apegandose a él y empujando a Hiroshi mientras pasaba, provocando que éste casi caiga al suelo junto al niño de cabello rojo. Esto pasó desapercibido para Katsuki, quién iba bastante adelante.
Los ojos de Izuku se dirigieron a Kenji e Hiroshi, al verlos les ofreció una sonrisa, pero había una emoción desconocida en esos brillantes ojos verdes. No era algo agradable.
De esa manera, el grupo de ahora cuatro niños siguieron su camino hasta llegar a sus hogares, pero a diferencia de antes, solo Izuku estaba hablando, no dejando de alabar a All Might y no permitiendo que los demás hablaran, excepto Kacchan, por supuesto. Kenji y Hiroshi siguieron a ambos en silencio por el resto del trayecto. Unos momentos después llegaron a la casa de Kenji, quién se despidió de ellos. Luego de esto, pasaron frente a la casa de Hiroshi casi corriendo para evitar ser vistos. Al verlos de esa manera, Izuku comenzó a sospechar que pasaba algo. Era sabido que Hiroshi iba seguido a pijamadas y no quedaban más casas a las que ir aparte de la de Kacchan. No le gustaba que esté cerca de su Kacchan.
Al llegar a la casa de Katsuki, Izuku se despidió de mala gana de él y de Hiroshi. Ya habiendo confirmado su teoría, comenzó a dirigirse a su casa pero en el camino una idea brillante vino a su mente.
Con seguridad, se dió la vuelta y se dirigió a una casa de aspecto antiguo, las ventanas estaban tapadas por cortinas desgarradas y habían botellas vacías esparcidas alrededor del jardín delantero. Al ver esto, sus pasos se detuvieron levemente pero luego de un momento de vacilación, siguió avanzando.
El joven de cabello verde llegó a la puerta delantera y alzó un brazo.
Toc Toc, Toc Toc Toc
Al poco tiempo, se comenzó a escuchar la aproximación de unas fuertes pisadas que delataban la ira de su propietario. De repente, la puerta se abrió con un fuerte portazo, revelando a una mujer adulta de cabello oscuro y ojos color chocolate. Se encontraba vestida como si recién hubiéra salido de la cama a pesar de la hora. Vestía una bata sencilla y su cabello estaba en un moño desordenado sobre su cabeza, en una de sus manos había una botella a medio beber.
Sin ver quién era la persona que buscaba gritó "¡¡¡¿QUIÉN DEMONIOS TOCA LA PUERTA A ESTA HORA?!!!". La mujer, al no ver a nadie frente a ella, intentó cerrar la puerta, hasta que una pequeña voz la detuvo.
"Disculpe, ¿es usted la madre de Hiroshi?".
Katsuki y Hiroshi la estaban pasando genial, habían estado viendo películas y jugando a luchar contra monstruos como si fueran héroes. Estaban en su habitación cuando escucharon sonar el timbre, pero no le prestaron atención porque estaban viendo la batalla más reciente de All Might.
Unos momentos después, mientras saltaban de alegría por la victoria de su héroe, llegó alguien que no esperaban.
"Hiroshi" esa única palabra paralizó a ambos niños. Al darse la vuelta, vieron a la única persona que no querían ver. Allí, en un traje de negocios y con el cabello atado en una coleta, se encontraba la madre de Hiroshi. Su rostro inexpresivo no podía ocultar el aura de maldadad que emanaba.
"M-mmama" Hiroshi se encontraba paralizado de miedo mientras veía como su madre se acercaba a él. Los ojos de la mujer se estrecharon al llegar frente a su hijo.
Katsuki no podía hacer nada más que ver lo que sucedía "mierda" pensó "su gorro".
Hiroshi aún no había reaccionado cuando su madre lo agarró del brazo de repente y comenzó a arrastrarlo hacia la salida de la casa.
"Perdona las molestias Mitsuki", dijo la mujer mientras se detenía frente a la madre de Katsuki. La expresión de su rostro era completamente diferente a la que usaba frente a los niños. Parecía que estaba sinceramente apenada por irrumpir a esa hora .
Mitsuki la mira con comprensión "Tranquila, es normal que los niños se escapen a esta edad, es solo una fase".
¿De que está hablando?, ese era el único pensamiento que rondaba en la mente de Katsuki.
Al ver que Mitsuki comprendía la situación, la mujer dijo "¿Podrías darme algunos consejos?, Katsuki es tan educado y bueno en la escuela que no sé cómo lo haces". Éstas palabras provocaron una sonrisa arrogante en el rostro de Mitsuki.
"Claro, te veré mañana" contestó la mujer. Luego de despedirse mutuamente, Katsuki regresó rápidamente a su habitación y se tiró a la cama, unos segundos después entró su madre en la habitación.
"!!!¿POR QUÉ ME MIENTES MOCOSO?!!!", el rostro de Mitsuki se encontraba completamente distorsionado y en su cuello podía verse que sus venas se encontraban completamente hinchadas por la ira que recorría su cuerpo. Era una apariencia completamente diferente a la cortés y amigable que tenía frente a otras personas.
Antes de que Katsuki pudiera responder, estrelló el vaso que tenía en la mano contra la pared junto a la cabecera de su cama.
Katsuki apenas tuvo tiempo de cubrirse con las sábanas para evitar que algunos fragmentos cayeran sobre su rostro.
Al ver esto, Mitsuki se enojó aún más y se acercó con pasos rápidos a la cama. Lo agarró del brazo y lo tiró de ella haciendo que cayera de rodillas sobre los fragmentos de vidrio. Ignorando sus gritos de dolor, su madre siguió arrastrándolo por el suelo, provocando que los fragmentos se hundieran cada vez más.
"¡¡¡CIERRA LA BOCA!!!" ordenó la mujer mientras lo abofeteaba. Con dolor, Katsuki intentó frenar sus gritos mientras era arrastrado, sabiendo que sí seguía el castigo sería peor.
Ésta situación continuo durante bastante tiempo hasta que llegaron al ático de la casa, al llegar su madre lo obligó a pararse y subir las escaleras a pesar de sus heridas. Conteniendo los gritos del dolor para evitar otra paliza, Katsuki fue subiendo poco a poco las escaleras. Al ver esto, su madre comenzó a impacientarse.
"ENTRA DE UNA MALDITA VEZ!!!", rugió mientras lo agarraba del brazo y lo subía por sí misma para tirarlo al suelo de rodillas al llegar a la cima. "NO SALDRÁS HASTA QUE YO LO DIGA Y NO QUIERO ESCUCHAR UN MALDITO RUIDO, ¿ENTENDISTE?!!!", sentenció mientras lo tomaba por el pelo y lo obligaba a mirarla.
"S-ssi" fue la única repuesta que pudo dar antes fueraofuera empujado nuevamente al suelo. Lo último que escuchó antes de desmayarse fueron las cadenas que su madre ponía en la puerta del ático.
"Genial" pensó sarcásticamente, "que buena ocasión para ser fin de semana"
Unos días después, al volver a la escuela cubierto de vendas bajo su ropa, tuvo un mal presentimiento y a lo largo del día siguió creciendo. En el almuerzo se dió cuenta de que Hiroshi aún no había llegado. Al notarlo, no pudo dejar de estar inquieto.
"Kenji" llamó a su amigo, "¿sabés por qué no vino Hiroshi?" Al terminar su pregunta, pudo ver que el rostro del otro adquirió una expresión preocupada. Eso es lo único que necesitaba para saber que algo estaba mal. Kenji era el mejor amigo de Hiroshi, y que él no supiera algo de él, era preocupante.
"¿De que habl-" Kenji fue interrumpido por la entrada del profesor. Durante la clase, se anunció que Hiroshi fue transferido a un internado y que ya no asistiría a esa escuela. Se cumplió su mal presentimiento pero aún así no pudo dejar de sentirse inquieto, se sentía observado.
Katsuki y Kenji no podían creer lo que habían escuchado, así que al salir de la escuela se dirigieron corriendo a la casa de Hiroshi.
Durante el recorrido, Katsuki chocó con un bote de basura, provocando que ambos cayeran al piso. Al levantarse y acomodar el bote, se dió cuenta de que dentro de éste había algo que le resultaba familiar. El gorro de Hiroshi.
"Kenji, mira" dijo mientras sacaba el gorro del contenedor. Era un gorro de lana color azul celeste con orejas de conejo, ideal para el frío que hace durante esa época. Se encontraba en perfecto estado a pesar de estar un poco maloliente.
Kenji saltó de la emoción al ver lo que tenía en sus manos "Ahora tenemos una razón para ir, si preguntan decimos que fuimos a devolvérselo", comenzó a saltar de la emoción mientras tomaba el gorro y le gritaba a Katsuki que se moviera.
Katsuki comenzó a moverse pero durante el camino no podía dejar de pensar ¿Cómo llegó el gorro allí?.
Al llegar a la casa de Hiroshi, se dirigieron rápidamente a la puerta de entrada, ignorando el desastre que había a su alrededor.
Knock Knock, Knock Knock
Tocaron una vez pero nadie respondió.
Knock Knock, Knock Knock
Tocaron una segunda vez pero nadie salió.
Knock Knock, Knock Knock
Tocaron una tercera vez pero parecía que no había nadie que estuviera en la casa.
A pesar de las incontables veces en las que tocaron la puerta nadie respondió.
Estuvieron esperando varias horas a que alguien les respondiera o que llegaran a la casa, pero nada funcionó.
Aún se sentía observado.
Al día siguiente, el profesor les dijo que la madre de Hiroshi lo transfirió a una escuela en otra ciudad porque se iba a mudar.
Desde entonces no han sabido nada de él.
Pero el sentimiento se hizo cada vez más fuerte...