[ESPAÑOL!] slashers x reader & dead by daylight x reader. [terminado]

Era poco común para el estar solo. No físicamente, eso siempre lo estaba si no estaba persiguiendo a alguien o estaba contigo, pero mentalmente. Siempre habían voces; Pequeñas, diminutas, pero malvadas y fuertes, que le decían que hacer, que le impedían recordar aquellos momentos humanos, que aunque fueran pocos, si fueron suficientes para hacer sentir algo de humanidad al real Frederick Charles Krueger.

Y no es que a el le importasen mucho esas voces. Le daban ideas, pero aun fuertes para el eran insignificantes. No es que pudiese ignorarlas del todo, le recordaban su idea original: Vengarse de los padres que una vez lo quemaron, pero tampoco le obligaban a hacer nada; El era quien movía y orquestaba todo, quien hacia lo que quería cuando quería.

De hecho, podría decirse que esas voces también eran el. El, su maquiavélico el, su vengativo el y, su rencoroso el.

Y no fue hasta hoy, que después de un tiempo intentando dormir para poder hacerlo contigo algún día, sus voces callaron por un tiempo, y le vino todo de repente. Recuerdos, memorias.

Era de todo un poco. Habían memorias felices, de sus días joviales donde aun teniendo poca vida social, salía a montarse a las atracciones en los días de feria. O como disfrutaba las clases de tecnología, donde podía crear sus obras de ingeniería, todo un dotado en la tecnología para su edad.

Pero como todas las felices, también habían tristes. La mayoría, de niños burlándose de el y su madre, y de como el no tenia padre. '¡No eres normal, no eres normal!' Le decían aquellos niños a coro, mientras el lloraba en el centro, y las monjas ignoraban lo ocurrido, como algo mas que pasaba en el colegio todos los días.

Y solo podía sentir rencor, odio; Todo eso, en una burbuja de tristeza, soledad. Años de abuso en su casa adoptiva, con un padre adoptivo que solo lo adopto para recibir el pago por adopción, aquel que a las 4 de la mañana hacia despertar a Freddy y en un descaro, se desahogaba con el, o en el colegio, donde la gente se reía de el, de su madre y de su pasado.

Tantas memorias, tantos recuerdos. Por eso no le gustaba quedarse solo.

Incapaz de llorar, pues quien es el si no el rey del mundo de los sueños para hacer semejante niñez, se dispuso a intentar olvidar lo que estaba recordando intentando pensar en ti.

Si, tu eras la solución.

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¿Freddy? ¿Estas ahí?

Llamaste a Freddy. Te encontrabas soñando en la ya reconocida sala de calderas, donde Freddy y tu quedabais para veros una vez tu te dormías. Fuiste a buscarlo a la sala que usaba el de zona de trabajo y ahí lo encontraste, sentado en el colchón que hizo aparecer un día que te quejaste de no tener donde tumbarte cuando estabas con el.

Parecía en trance, como si estuviera distraído.

- ¿Fred, cariño? -

Se giro y te miro, expresión nunca antes vista yacía en su cara mientras rápidamente disimulaba una sonrisa.

- ¡y/n! ¿Tan pronto como siempre eh? -

- Claro que si, ¿Si no quien vendría a cuidarte? Te he echado de menos... Además, hoy íbamos a ver esa peli que tanto te gustaba... Como se llamaba... -

- ¿Estas seguro/a de que no es una que te gusta a ti? -

- Que va. Seguro que cuando la veas te va a gustar. ¿O es que no te fías de mi palabra? -

- Ya veremos a ver si la terminamos. - Con sonrisa picara, Freddy te agarro de la cintura y aparecisteis en tu salón, película ya preparada.

- Veo que te acuerdas ¿eh? Que caballero. -

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Freddy no podía quitarse los recuerdos de la cabeza. No se sentía el mismo. Se sentía alguien humano y diferente. ¿Cómo podía el, el mismísimo Freddy Kruger, pensar en cosas como pena? Para el todo lo relacionado con la empatía y el dolor eran pura indiferencia. El infligía dolor. No lo sentía.

Tu por otra parte, lo notaste fuera de lugar. No era el mismo. No soltaba sus chascarrillos ni rebatía tus bromas, no usaba insultos como si fueran tu nombre, no había hecho ningún comentario sexual: Nada. Como si se le hubiera ido el alma. O mejor dicho, como si ahora tuviese una, y no le dejase descansar.

- Freddy, ¿Estas bien? Estas distante. -

- ¿Distante yo? No jodas, y/n, estoy aquí, el gran Freddy Krueger esta aquí. -

- No. ¿Qué te pasa? -

- ¿Qué que me pasa? No me pasa nada. -

Con Freddy siempre era un juego de adivinar que rondaba por su mente. Por lo general todo era bueno, o dentro de lo que cabe en la palabra bueno para Freddy Krueger. Pero algo te decía que tenia que ver con sucesos pasados, porque ¿Qué si no pondría triste a Freddy Krueger?

- Déjame adivinar... ¿Recuerdas algo de tu pasado? ¿Tal vez eso te esta atormentando? -

Freddy no respondió, se limito a mirar la pantalla, aun atento a tus palabras.

- Mira Freddy. - Agarraste su mano, de rara textura a la que te habías acostumbrado y agarrado cariño. - No se que te pasa. No me lo vas a decir, porque lo tuyo no es llevar las emociones pero, - Hiciste una pausa y lo miraste a los ojos. - Pero estoy aqui. Créeme, no es justo, nada es justo, ni lo que has pasado ni lo que has hecho. Pero créeme de verdad, si te digo, que estoy aquí. De un modo, u otro, pero lo estoy. Y si tienes que contarme algo, lo que sea, no voy a ridiculizarte por nada. No dejaras de dar miedo aun contándome lo que sientes, Fred. Y créeme, ya no te tengo miedo, ¿Qué iría a perder? - Reíste a lo ultimo.

- Nene/a soy el jodido rey de las pesadillas, ¿Qué me va a pasar? Anda, ven aquí. -

Freddy te agarrado de la cadera y te empujo mas cerca suya, riéndoos ante sus ultimas palabras.
Y aunque no te lo iba a contar, no de momento, Freddy sintió una calma en su cabeza de nuevo. Sabia que tu estabas para el, y eso era lo que importaba.