Swan x Lawrence
-¡Por favor dejame dormir contigo!
Swan ocultó su rostro entre sus manos y agradeció que su trabajo los mantuvieran aislados de otras personas que pudieran haberlos escuchados.
-Primero que nada, te recuerdo que por ser mitad sirena tienes que dormir en el agua y yo por ser humano no puedo estar en el agua. Eso es imposible.
Lawrence quitó las manos de su rostro, obligandolo a hacer contacto visual.
-Sabes que no me refiero a eso.
Lo sabía. Lawrence le había pedido si lo ayudaría con su semana de celo y Swan lo había apoyado pero desde esa vez Lawrence quería repetir la experiencia.
-Mi respuesta sigue siendo no.
El resto del turno se la pasó evitando las miradas que le tiraba su compañero y esperando que su jornada terminara.
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No es que no haya intentado cambiar de trabajo. Le había solicitado a la maestra Jean que lo cambiaría de puesto alegando que consideraba que no estaba a la altura de ese trabajo y aunque ella creía que Swan estaba haciendo un trabajo magnifico estuvo dispuesta a buscar alguna otra labor que pudiera sacar provecho de sus habilidades y de su lealtad. Todo iba bien hasta que Kaeya tuvo que arruinar todo. No supo que fue exactamente lo que le dijo pero termino convenciéndola que la mejor alternativa consistía en que se quedará y que además, sería una lastima separar a una pareja que funcionaba excelente.
Antes de irse, Kaeya le dijo con un tono de voz que sonaba mas serio de lo que jamas lo había escuchado que no valía la pena perder algo bueno por huir de los sentimientos.
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Cuando la jornada laboral por fin se terminó, Swan planeaba regresar a su casa pero se detuvo al ver que Lawrence lo seguía con timidez. Se parecía un poco a un pequeño siguiendo lealmente a su dueño y se sintió culpable, cualquiera que los viera pensaría que Swan era un esposo basura que maltrataba a su pareja. Sabía que Lawrence estaba actuando y fingiendo dolor pero aun así no le dijo nada.
-Prometo que solo te acompañare a tu casa.
Swan lo miró y no tuvo el corazón para rechazarlo.
-Esta bien.
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Swan se preguntó como había pasado de nuevo. Miró a Lawrence quien estaba enfrente de él dentro de la bañera. Ni sus labios ni sus manos permanecían quietos. ¿Cómo es que aceptar que lo acompañara a casa terminó en sexo en la tina? Decidió que el Swan del mañana se preocupara de eso. Ese día iba a disfrutar de estar junto a Lawrence.
Sabía en el fondo que esta no iba a ser la última vez.