
Mona x Fischl
-Dicen que si una sirena te besa estando sumergida puedes respirar bajo el agua.
Fischl se ruborizó al escuchar la frase de Mona. Jugueteó con sus manos y se preguntó si estaba coqueteando con ella y deseó que así fuera.
Mona no estaba coqueteando con ella. Estaba demasiado ocupada siendo pobre como para coquetear. Hacía cálculos sobre las tiendas en las cuales convenía más comprar lo de la semana que no se daba cuenta de la persona ruborizada y nerviosa a su lado. Su comentario de hace un momento lo dijo estando distraída y en realidad lo había leído en una novela rosa con trama confusa pero que tenía escenas memorables de amor y pasión.
Fischl se quedó quieta, esperando que Mona hiciera o dijera algo pero la otra chica no hacía nada. Fischl pensó que tal vez estaba nerviosa también y estaba esperando que fuera ella quien diera el primer paso. Se armó de valor y dijo con una voz mas fuerte de lo que esperaba.
-¡Esta princesa si quiere!
Mona soltó sus cosas y apenas se había volteado para preguntarle sobre que estaba hablando cuando fue jalada por la sirena y sumergida en el agua. Estando las dos chicas en el agua Fischl unió sus labios con los suyos. Mona trató de devolver el beso, de verdad lo trató, pero sus frágiles pulmones de humana no resistieron mucho y tuvo que salir del agua, tosiendo y jadeando por el agua que tragó y la falta de oxígeno.
-¡Perdón!
Fischl al darse cuenta de su error se disculpó rápidamente y comenzó a darle golpecitos en la espalda.
-Creí que coqueteabas conmigo y que querías probar lo del beso bajo el agua y como eres muy lista no dudé que fuera a ser un error.
Mona escuchó eso y comenzó a reír. Su risa sonaba extraña por lo irritada de su garganta pero no le importaba.
-Fischl, juro que cuando me sienta mejor voy a besarte.
Mona casi se ahogaba pero fue un buen precio a pagar por haber conseguido una novia tan adorable.