The Moon Is Rising

Siguió contando hasta que su voz se apago, sabia que no hay nada peor que revivir el pasado y volver atravesar por la senda de los dolorosos recuerdos, cada vez que notaba que Stiles estaba apunto de perderse en aquellos tristes memorias solo le bastaba con un simple gesto de cariño por parte de su parte para que volviera en si.

Aunque al inicio todo fue confuso para él, trato de entenderlo más que podía y no hacer preguntas.

¿Hombres lobo? ¿Banshees? ¿Druidas? ¿Sacrificios?

Aun siendo un superheroe sabia que en el mundo había cosas inexplicables que todavía le faltaban por conocer, pero jamas había insinuado sobre la presencia de criaturas sobrenaturales y mucho menos en un pequeño pueblito de California.

Peter sabia que para su novio no era nada fácil tener que revivir esos momentos pero sabia que tarde o temprano descubriría la verdad y la mejor opción era saber toda la verdad por parte de él.

Cuando creía que ya no podía haber criaturas más peligrosas a las que podía enfrentarse, entonces llego a la peor parte de la historia.

El Nogitsune.

-Según lo que nos había contado Deaton, es un demonio que disfruta del caos y la destrucción...

Aunque Stiles se describía como un monstruo que asesino a más de una docena de personas inocentes y a dos de sus amigos, dolor y sufrimiento que había sido guardado en lo más profundo de su ser.

-Me obligo cometer cosas terribles -Su voz pareció perder un poco de fuerza mientras el brillo de sus ojos revelaba que estaba rememorando los terribles momentos en los que había perdido completo control de si mismo, pero continuo contando.- Pense que los perdería a todos, a mis amigos, a mi padre...

El era un adolescente, la marioneta de un demonio, no era inocente pero era un humano asustado e inseguro, con debilidades y miedos. Peter sabia que en el fondo él seguía siendo aquel adolescente sarcástico y risueño que había demostrado antes, pero se ocultaba tras todos el dolor y el miedo que sentía, temiendo que sucesos del pasado se volvieran a repetir. 

Una persona incapaz de superar el dolor, reviviendo aquel infierno cada segundo, negándose a la realidad y cargando con un peso que no le correspondió, todos tienen limites y el estaba llegando al suyo.

Sabia que al mirar sus hermosos ojos castaños, estas escondían el dolor y la tragedia que cargaba sobre sus hombros, una carga que injustamente le había tocado llevar.
No podía dejar de preguntarse como había sido su novio cuando todavía tenia una vida normal, antes de que sucediera esa noche en la que fueron a buscar un cadáver en el bosque. También no pudo evitar odiar a los miembros de la manada aunque Stiles siempre trataba de describirlos como buenas personas, eso no justificaba el hecho de que todos le dieran la espalda cuando más los necesitaba, no pudo evitar odiar a Scott, a Lydia y mucho menos a Derek, quien siempre había tratado de la peor manera a su novio.
Intentaba contener la rabia que sentía cuando el menor le contó sobre la noche en la que Scott -la persona en la que su novio había considerado como su hermano.- le había dado la espalda y rechazado de la manada. Quería darles una lección a ambos licantropos, nadie podía hacerle eso a su Stiles, ni siquiera unos pretenciosos hombres lobo.

Se había prometido a si mismo que lo protegería de todo lo que amenazara su vida, incluso si eso significara perder su propia vida solo por el bienestar del menor.

 -Ver morir a las personas que más amas, podía parecer lo peor ¿Cierto? -En ese momentos, las lagrimas que había intentado contener se deslizaron suavemente por su mejilla, llevando consigo el dolor y el miedo que sentía.-Pues no lo es, lo peor era que yo seguía con vida.

Ante las palabras del castaño, uno de los recuerdos que tanto había anhelado enterrar y jamas volver a encontrar, se instalo en su mente.

Recordó la noche en la que lo había perdido todo.

El techo se caía a pedazos mientras las llamas se avivaban a su alrededor, no le dio importancia al sofocante calor que lo lastimaba. No le importaba lo que le sucediera a el, en su tenia en su mente solo tenia un solo objetivo.

Encontrar a su Tía May.

La mujer que lo había criado con tanto cariño y amor, a pesar de haber perdido al hombre que más había amado ella jamas perdió aquella sonrisa. Recorrió las habitaciones de la casa en busca de alguna señal de su tía, pero ya era demasiado tarde.

Una de las vigas había aplastado sus piernas impidiendo su escape, rápidamente acudió al rescate de la mayor.

-¡Peter! Tienes que irte de aquí, el viene por ti.

-¿Quien? Bueno, eso no importa -Intento levantar la viga pero fue un intento en vano, estaba demasiado caliente.

-Peter, por favor. Es inútil, tienes que irte huye antes de que te encuentre.

-¿¡Que!? -Exclamo mientras se hallaba al borde de las lagrimas ¿Como podía pedirle que hiciera tal cosa?- ¡N-no podemos pensar en eso! ¡Estas herida y debemos buscarte ayuda!

-¡Peter! -Dijo ante sucumbir a los limites del dolor.- ¡Ya no podre cuidar de ti! ¿Por que no puedes hacerme caso por una vez en tu vida? ¡Habra alguien a quien debas proteger así como tu tío y yo deseábamos cuidarte!

Una fuerte explosión resonó en toda la casa causando que toda la construcción se sacudirá, algunas partes del techo empezaron a ceder. Antes de que pudiera hacer algo, unas fuertes manos lo sujetaron por debajo de las axilas, arrastrándolo fuera de su casa en llamas. El chico pataleaba y gritaba para liberarse, intentaba no caer en la realidad no quería entender lo que había estado negando hasta ese momento, esa noche iba a perderlo todo.

Contemplo con sus propios ojos como la casa en la que había crecido, ahora se caía a pedazos. 

No se había dado cuenta de que estaba llorando hasta que las manos lo soltaron y cayo de rodillas en el seco pasto, lo había perdido todo.

Todo lo que alguna vez había amado y lo que le había importado.

-¿Estas bien? -Pregunto suavemente una voz masculina a sus espaldas.

Una mano lo tomo por el hombro, en señal de apoyo pero el castaño se abalanzo hacia el hombre rodeándolo con sus brazos y esperando que el hombre correspondiera su abrazo mientras escondía su rostro entre el cuello del adulto, un aroma familiar inundo su nariz. El sofocante dolor se asentaba en su pecho amenazándolo con asfixiarlo, era terriblemente hiriente, se aferro del adulto como si su vida dependiera de ellos por que así era en realidad.

Estaba derrumbándose.

-Tranquilo todo estará bien -El mayor acaricio con cariño las cabellos castaños del menor, al sentir como su cuerpo se sacudía a causa de los sollozos reprimidos.

-¡Steve! Llegue lo más rápido que puedo ¿Que fue lo que...? -El adulto enmudeció ante las agresivas llamas que destruían el hogar.-Sera mejor irnos...

-Tienes razón, Tony -Esta vez Steve se dirigió a el menor, quien seguía aferrado a el como si su vida dependiera de ello.- Peter, tenemos que irnos.

El menor solo respondió con un sollozo, un doloroso sollozo que rompió el corazón de ambos adultos, sin decir más el super soldado cargo al menor entre sus brazos y lo llevo hacia el vehículo en el que había llegado el filantropo.

Una vez que los tres estuvieran en el auto, Steve puso el motor en marcha mientras hablaba entre susurros con Tony. Peter no se intereso por la conversación, solo miraba por la ventana del elegante vehículo como todo lo que alguna vez había tenido, ahora se reducía a cenizas en cuestión de segundos. Apretó con fuerza la pequeña sabana que le había dado Tony, sentía sus fuerzas desvanecerse entre sus manos.

-Entonces ¿Que fue lo que sucedió, Tony?

-Según los informes que Jarvis ha logrado obtener. -El mayor contuvo la respiración por unos segundos.- Alguien tuvo que haber planeado esto, fue un sabotaje. Esto no fue un accidente, esto no es algo normal, Steve. Alguien quería que esto sucediera.

-No importa quien lo hizo -Dijo el adulto mientas sujetaba el volante con más fuerza de la necesaria.- Solo se que nos lo pagara, pagara por lo que le ha hecho a Peter.

El silencio se hizo presente entre los tres, ninguno hizo ningún comentario hasta que se detuvo el auto. 

-No sera lo mismo, pero nos tendrás a nosotros -Dijo el rubio con la voz más suave que pudo emplear.- Bienvenido a tu nuevo hogar.

El adolescente se quito la cobija que lo cubría para mirar la imponente edificación que se alzaban frente a sus ojos.

La torre de los Vengadores.

-Y viaje desde California hasta New York, creyendo que tal vez podría tener una vida normal.

-Stiles...-Tomo las manos del menor y las entrelazo con las suyas, no se había percatado de cuanto tiempo se había perdido entre sus recuerdos.

Usando la voz más suave y dulce que pudo manejar, le hablo al menor. Su corazón de detuvo en el momento en el que se topo con el par de ojos castaños que le miraban fijamente y con una reveladora tristeza, aquellos ojos que brillaban por las lagrimas contenidas que no querían ser derramadas y sus mejillas que estaban levemente teñidas de un rojo carmesí. Se veía tan frágil como si en cualquier momento podría romperse, Peter sintió que algo dentro de el se rompía y lucho consigo mismo para no envolver en sus brazos al menor intentando resguardarlo de aquellos que intentaran hacerle daño.

"¡Habra alguien a quien debas proteger así como tu tío y yo deseábamos cuidarte!..."

-¿Recuerdas que te prometí que siempre estaríamos juntos? 

El menor asintió lentamente con la cabeza.

-Pues seguirá siendo así. Ambos hemos pasado por muchas cosas, pero te prometo que esta vez sera diferente por que nos tendremos el uno para el otro, sin importar lo que pase.

-¿N-no me tienes miedo?

-¡Por su puesto que no! Tu no eres como el, tu eres Stiles Stilinski. Tu eres mi camino y siempre lo seras, hay millones de razones para que nos separemos pero estoy harto de todas y cada una de ellas. Todos tenemos que escoger y yo te escogo a ti, nada de lo que hagas o digas podrá hacerme cambiar de opinión y tu sabes que soy un cabezota para estas cosas.

-Siento no haberte dicho esto antes, tenia miedo de lo que pensarías de mi y yo... me asuste y... y.. solo pensé que perdería a la única persona que he amado y no me ha abandonado.

-¡Tu pasado no define tu futuro! El te obligo a cometer esas atrocidades, no eras tu Stiles. Era él y solamente él, tu no podías haber hecho nada más que mirar. Así que intenta entender lo que te estoy diciendo, no fue tu culpa.

-Tal vez... -La voz del menor perdió fuerza hasta que casi fue inaudible, excepto para Peter.- Si tan solo fuera más fuerte, yo... yo hubiera podido haber hecho algo para evitarlo.

-Escúchame, Stiles -El mayor uso el dorso de su mano para secar las lagrimas que recorrían libremente en las mejillas del menor.- Tienes razón, tal vez no se lo que es ser poseído por un demonio, tal vez no se como es perder el control sobre tu cuerpo, pero si se lo que es perder todo aquello por lo que creíste, por lo que luchaste, se lo que es perder a los que amas, a tu familia, tu mundo y a ti mismo -Concluyo bajando su voz hasta convertirse en un susurro.- Se lo que es luchar con todas tus fuerzas para recuperar algo e intentar evitar lo inevitable, usando todas tus fuerzas hasta que pierdes la esperanza, hasta que sientes desfallecer, mientras ves con tus propios ojos como tu vida se te escapa entre tus dedos.

-Pe-pero soy una amenaza, el sigue dentro de mi -Sollozo el menor.- No quiero lastimarte, no lo soportaría.

-No lo eres para mi y no hables como si tu vida valiera tan poco, eres muy importante para mi.

-No importa cuanto me ames, Peter. No podremos contra esto, no podemos vencerlo. No puedo protegerte a ti ni a mi mismo, ni de esto que siento, pero tampoco podemos cambiar lo que somos y quienes somos. ¡No creo poder controlar esto, Peter! He hecho mucho daño a personas inocentes, y no me lo estoy inventando. Soy un monstruo ¿A caso no ves en lo que me estoy convirtiendo? Incluso tu también me tienes miedo.

-No es cierto, no te tengo miedo.

-Tendrías que tenerlo.

-Te aseguro que no es así -El mayor se inclino para depositar un beso en la frente del menor.

-Así que ¿No estas asustado de mi?

-En absoluto.

-Entonces ¿Como lo venceremos?

-Juntos.- Dijo antes de que unieran sus labios fundiéndose en un cálido beso, sus labios se movían con suavidad saboreando el amor que ambos se tenían.

Y esa era la verdad, aunque no eran conscientes de la tormenta que estaba a punto del desatarse ni de la malvada luna que estaba alzándose.

But promise me you’ll never let us go.