
❁Problems
Agotado
Era la palabra mas cercana al estado físico del castaño, pues había caminado alumnos unas 14 cuadras para llegar su casa. Pero finalmente ahora estaba frente a ella, mientras revolvía su mochila en busca de las llaves de la entrada.
Una pequeña y sencilla residencia a diferencia a las casas de sus vecinos, por que la mayoría de las casas que se encuentran frente al famoso Central Park, suelen ser de gente adinerada y no de un chico universitario.
Su pequeño hogar era de tres plantas -contando el ático-, la entrada principal daba a un pasillo en el cual tiene de lado derecho las escaleras que conducen al segundo piso mientras que hay otras dos puertas que conducen hacia la cocina -puerta de enfrente- y la sala de estar -izquierda-, pero aun así hay una puerta que las une a ambas.
Subiendo las escaleras, hay una un pasillo en forma de “l” horizontal dando paso aun desfile de cuatro puertas, la que estaba frente a las escaleras era su “pequeña biblioteca” donde tenia un estante llenos de libros desde aburridos libros de texto científicos hasta historias de ciencia ficción como Harry Potter, El Juego de Ender o The Maze Runner, junto aun escritorio que se encontraba en medio de la habitación había una cómoda silla de cuero. En la puerta continua de la biblioteca, estaba el baño el cual contaba con lavamanos, retrete, bañera, jacuzzi y regadera. La siguiente puerta tenia solamente una cama, como si fuera para futuras visitas, mientras que el la habitación continua se encontraba su habitación llena y adornada de sus cosas freaks.
Y finalmente al final de pasillo se encontraba una ventana, de la cual a unos pocos metros de ella se hallaba la entrada al ático, donde guardaba algunos de los libros de texto de criaturas sobrenaturales y artículos de esta temática, que según Deaton, lo protegerían.
El día en que llego a New York, se había sorprendido al encontrase fuera de la casa, mientras volvía a leer una y otra vez el pedazo de papel en el que tenia anotada la dirección que su padre le había dado de la residencia en la que viviría. Aun pensado que fue un error de su padre, le había marcado y le había preguntado si era la casa correcta.
Todo había sido muy confuso, hasta que le explico al adolescente, que él había conseguido la casa con uno de sus amigos que eran del otro lado de la ley. Fuera de dudas, esa era su nuevo hogar.
Finalmente encontró las llaves de su casa, encajándolas en su lugar correspondido para que la puerta cediera a el. Rápidamente entro cerrando la puerta tras el, se descolgó la mochila de su hombro para dejarla en uno de los sofás de la sala mientras entraba a la cocina, nos que tuviera mucha hambre pero necesitaba por lo menos morder una manzana.
“Maldita sea…”
Casi no había comida, había olvidado comprarla. De nuevo. Cerró el refrigerador, mientras notaba un extraño vibrar en su pantalón, saco el aparato mientras lo desbloqueaba, era un menaje.
“Siento mucho el abandonarte durante el receso en tu primer día, y quisiera recompensarte dejando que te invite a un paseo por la ciudad, ya que eres nuevo y debería mostrarte los lugares más comunes de la ciudad…”
Nos puedes negarte a no asistir.
6pm en la entrada del Central Park.
Tu amigo, Flash.
“Tu amigo, Flash”
Stiles no paraba de releer aquellas tres palabras, ahora tenía un amigo. Pero antes de seguir pensado sobre lo maravilloso que era volver a iniciar de cero, su estomago rugió reclamando consigo la falta de alimento que su cuerpo necesitaba, sin duda la propuesta del rubio sonaba tentadora ya que apenas conocía New York y posiblemente durante su recorrido con Flash podrían encontrar un lugar donde cenar.
Miro la hora en su celular, el cual marcaba las 5:35 PM, tenía aproximadamente veinticinco minutos para alistarse. Subió corriendo las escaleras para abrir rápidamente la puerta del baño, se despojo de sus ropas y entro rápidamente a la regadera. Después de salir de la ducha, salió corriendo del baño para entrar a su habitación mientras su cabello aun destilaba agua y sujetaba su toalla que rodeaba su cintura y protegía sus partes nobles, ya que esta amenazaba con caerse.
Entro a su habitación, y no pudo evitar mirar el reloj despertador que yacía sobre su mesa de noche a lado de su lámpara.
“5:43 PM, ¡Oh, Mierda!”
Dejo caer la toalla dejando al descubierto sus partes nobles mientras se abalanzaba hacia el mueble con sus prendas, saco rápidamente un bóxer negro con dibujitos del logo de Batman, eran algo apretados y le resaltaban mucho su trasero pero no le importaba, le encantaba usar sus prendas frikis. Saco un pantalón de mezclilla y una camiseta de cuadros color azul,-Como aquellas que parecen tela de mesa de restaurante.-Un suéter negro y se coloco sus Vans negros, no pudo evitarlo y de nuevo le dio otro vistazo al reloj que descansaba en el mueble cerca de su cama El aparato mostraba con números color rojo, las 5:52 PM.
“¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda!”.
Se termino de alistar, mientras se daba otro fugaz vistazo en el espejo. Ya estaba del todo vestido y arreglado, exceptuando su cabello pero ese era otro asunto pues cada vez que lo intentaba “arreglar” este se rebelaba en su contra y se acomodaba a su manera, era indomable.
Salió de su casa no sin antes cerrar la puerta con seguro y revisar si traía su celular, miro al cielo que se ceñía encima de el parecía como si la tormenta estuviera a punto de estallar, pero no le importo, termino de asegurarse de llevar todo lo que necesitaba y después salió corriendo en dirección a la entrada del Central Park, una de las ventajas de vivir cerca del famoso parque era que le quedaba muy de cerca. Y cuando decía MUY cerca, era en realidad unas 15 casas mas adelante, ya sea por la adrenalina, la latente emoción de tener un amigo o el resultado de sus entrenamientos en Lacrosse –que al fin daban frutos- Llego mas rápido de lo previsto, y no tardo en encontrar al rubio.
Vestía de unos pantalones de mezclilla junto unos converse negros, mas arriba usaba una camisa de manga larga color gris –la cual resaltaba sus músculos- Encima de ella usaba una chaqueta de cuero negro, la combinación de los colores de prendas que usaba, hacían resaltar mas su tersa piel junto sus ojos azules y su cabello rubio. Estaba recargado en una árbol cercano a la reja de la entrada del parque, mientras le regalaba una de sus perfectas sonrisas y le hacia señas con la mano para que se acercara, cosa que el castaño hizo.
-Que bueno que aceptaras mi invitación –Sonrió haciendo que se le marcaran su hoyuelos.
-Pues, en realidad estaba pensando en desistir pero una cosa llevo a otra y aquí estoy –El castaño dibujo una sonrisa socarrona en sus labios.
-¡Oh! ¡Vamos! ¡Te conozco apenas hace un día y se que tu no eres esa clase de persona!
-Créeme te sorprendería todo lo que he pasado.
-Bueno, que tal si jugamos preguntas y respuestas pero mientras disfrutamos de las maravillosas hamburguesas de Bread Stick¨s –Señalo al restaurante que se encontraba frente a ellos al cruzar la calle.
Silenciosamente el castaño acepto su propuesta, mientras cruzaban la calle que los separaban del lugar.
El recepcionista les designo una mesa pegada a la pared y in poco cerca de la entrada, la mesa era de madera y circular mientras que el asiento tenia forma de media luna y era color azul claro, ambos tomaron asiento de manera en que quedaran frente a frente. El camarero no tardo en llegar para tomar el pedido de los muchachos pero como ambos no sabían mucho sobre el menú optaron por pedir unas hamburguesas –la Famous Star-, después de que se fue el camarero los adolescentes rápidamente retomaron el hilo de la conversación hasta donde la habían dejado.
-Y bien, ¿Cómo es que funciona “Preguntas y respuestas”?
-Sencillo, yo te hago una pregunta y tu la respondes después tu haces la pregunta y yo respondo, así sucesivamente –Explico el rubio.
-Viéndolo de esa manera, prefiero iniciar yo…
-Adelante
-¿Es cierto que en Nueva York hay súper héroes? –Era una de las preguntas que lo habían estado carcomiendo desde que leyó ese artículo en su computadora, durante su viaje de California a Nueva York.
-Tan cierto como de que el cielo es azul aunque ahora que lo pienso no han estado muy activos desde hace meses pero eso es algo bueno, ahora es mi turno. ¿Por qué decidiste mudarte a Nueva York?
Un escalofrió recorrió la espalda del castaño, apenas iniciaban esta juego y Flash ya estaba tocando un punto muy agudo de que no quería hablar o siquiera recordar. Pero tampoco quería perder a su primer amigo por las locuras que había pasado en Beacon Hills, así que opto por mentirle sabiendo que pronto tendría que decirle la verdad.
-La verdad es que en Beacon Hills, no hay muy buenas universidades como aquí con la carrera que quiero estudiar, mi turno. ¿Eres en realidad rubio natural?
El adolescente rió, dispersando el halo de tensión que se había creado cuando Stiles había estado pensando en responder la pregunta o desistir.
Rápidamente empezó a tomar más confianza del rubio, en realidad le agradaba, hasta ya habían intercambiado números. No es que estuviera esperando que fuera el típico estereotipo de adolescente americano que es el jugador estrella de fútbol americano, rubio, guapo con millones chicas interesadas en el y que fuera un desastre en la escuela. Flash era todo lo contrario, era listo, divertido, agradable, y aunque lo ocultaba muy en el fondo también era fan de Star Wars, y la primera persona que había sido amable con él.
Los muchachos no paraban de hablar emocionados sobre el nuevo videojuego que saldría sobre The Last Of Us, cuando suena el celular del rubio interrumpiendo la conversación, el rubio lo saca de uno de los bolsillos de su chaqueta mientras se llevaba el teléfono a su oreja.
-¿Hola?
Stiles no sabia que haber o para donde mirar, era algo incomodo así que saco su celular y empezó a jugar un juego que hace poco había descargado era como una versión de tetris donde acomodabas las piezas para formar una línea completa y esta desaparecía dejando mas espacio libre , se llamaba !1010. Así continuo hasta que Flash colgó y bloqueo el aparato, en su rostro ahora era dominado por la preocupación.
“¿Qué habrá pasado?”
-Era mi mama –Respondió a la pregunta mental de Stiles- Mi abuela cayo enferma y ahora esta en estado grave en el hospital, no creen que sobreviva la noche y yo…
-Descuida, estaré bien –Le regalo una de sus sonrisas, de esas que prometen que todo estará bien.- Lo peor que me pueda pasar es que me pierda o sea secuestrado por un loco vestido de payaso.
Flash se rió de su chiste malo hacia el Joker, aunque no se encontraban en Gotham.
-Enserio, Stiles se supone que debería estar compensándote el hecho de que te abandone en tu primer día de clases y…
-Ya es enserio ¡Ve!
-Eres el mejor –Sin que el castaño tuviera tiempo de reaccionar, el rubio lo abrazo y le dio un beso en la mejilla mientras salía a paso apresurado fuera del restaurante, pero antes había dejado dinero para pagar las hamburguesas de ambos, las cuales aun no habían llegado.- Luego te llamo..
Si pensó que pasaría la tarde solo, pensó mal.
Una despeinada cabellera familiar apareció en su campo de visión, también un rostro el cual era cubierto por unos lentes oscuros, Peter Parker. Entraba al restaurante en compañía de varias personas mayores que él.
“¿Qué estará tramando? Poderes de investigador actívense”
Siguió con la mirada al adolescente y a los adultos hasta que noto que tomaban asiento a unas dos mesas de distancia a donde se encontraba él.
“¡Oh! ¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda! ¡Aborten misión, repito, ABORTEN MISIÓN...!”
Es que su suerte no podía ser peor.
-Su pedido, señor Stilinski –La camarera le entrego las hamburguesas guardadas en una bolsa de papel las cuales tenían impresas el nombre del restaurante.
-Aquí tiene, quédese con el cambio –Tomo la bolsa y mientras se levantaba de su asiento, ideando un plan de escape.
Pero este tenía una falla, la mesa en donde se encontraba Peter y sus acompañantes estaba tan cerca de la entrada, no tenía más opción que pasar por ella. Se coloco la capucha de su suéter, por suerte esta era grande y lo cubría desde la nuca hasta su frente -y parte también de las cejas-. Esperaba en que su plan funcionara, empezó a caminar tranquilamente en dirección hacia la salida, con cada paso se acercaba más hacía Peter.
Dos mesas.
Una mesa.
¡Mierda!
Gracias a las plegarias del castaño, ninguno de los adultos ni Peter le habían prestado atención y había podido pasar de largo sin que lo reconocieran.
Sintió como su sudadera se empezaba a empapar, la tormenta había estallado.
Pero no le importaba, su casa estaba muy cerca solo tendría que pasar un callejón para el pasar por el cruce de peatones y recorrer las 15 casas para poder descansar y entrar en estado comatoso hasta el día siguiente. Ya estaba cerca del cruce, cuando de pronto un dolor intenso en la cabeza, lo golpeo.
El dolor es tan intenso que hizo que sueltara la bolsa, intento darse la vuelta y encarar a su agresor pero este volvio a darle otro golpe haciendo que se desorientara.
El castaño casi cae al suelo si no fuera por su agresor quien lo tomo por las axilas y lo empezó a arrastrar hacia la oscuridad, hacia el callejón. Por alguna extraña razón, su garganta se hacia cerrado y no podía proferir ningún sonido.
Intento hablar pero su cuerpo entero se encontraba en shock y su mente se encontraba en blanco como si todos los entrenamientos que tuvo con la manada sobre si este tipo de situaciones le ocurría, fueran borradas.
Intento librarse de su agarre pero este era muy fuerte, pataleaba con todas sus fuerzas intentando estropear el intento de secuestro de su agresor. Miro arriba de su hombro, para intentar encontrar algún dato o pista de su captor, lo que no se esperaba era que fuera uno de ellos.
Unos ojos de color amarillo fosforescentes como el brillo de una luciérnaga, le devolvieron la mirada.
Oni.
Nunca pensó que volvería a ver uno después de lo que ocurrió con el Nogitsune. Este lo dejo caer al suelo, el impacto fue suficiente para volver a dejar semi-inconsciente mientras se encontraba boca arriba, con la criatura encima de su abdomen mientras se preparaba para dar el golpe final. El Oni estaba frente a el, con una de sus manos había atrapado las muñecas del menor y con la otra yacía una versión más pequeña de la katana, parecía más bien un cuchillo terriblemente bien afilado pero seguía siendo de color negro como el de las katanas que usaban o bueno, había visto usar.
-¡Alto!
Una voz profunda detuvo el último ataque del espíritu, Stiles intento mirar pero solo podía ver manchas de color danzar.
-¡Suelta el arma y aléjate de él! –Hablo una voz diferente.
El castaño no supo lo que paso pero dejo de sentir el peso del Oni sobre su cuerpo, su mente lo arrastraba cada vez más hacia la inconsciencia.
“Contusión…Tengo una maldita contusión”
Las manchas cada vez se agrandaban mas, su cuerpo se sentía pesado por alguna extraña razón. Solo podía escuchar lo que sucedía a su alrededor gemidos, golpes, una que otra maldición, y frases que apenas podía captar. Hasta que unas manos cálidas tomaron su cabeza mientras con delicadeza examinaba el daño, no pudo evitar notar que ahora unas manchas color rojo y azul cubrían la mayor parte de su visión.
-¡Oh por dios! –Exclamo una voz cercana a el, pero su instinto le decía que no era de quien lo tomaba de la cabeza.
-¿¡Alguien sabe que rayo fue eso!? ¡Esa cosa se acaba de evaporar de la nada!
-Después lo investigaremos, en lo que ahora debemos preocuparnos es en este muchacho.
Las voces empezaban a sonar mas lejanas y distorsionadas, el dolor en su cabeza era mas insoportable, deseo dejarse arrastrar hacia la inconsciencia donde el dolor no lo podría atrapar. Su instinto le decía que no habría de que preocuparse, que estaría en buenas manos, ¿Por qué no hacerle caso?
-¡Debemos llevarlo a la torre! Ahí podremos darle la ayuda que necesita.
-Yo lo conozco, va a la misma universidad que yo –Esta vez la voz provino de quien sostenía su cabeza, no le importaba quien fuera, solo quería dejarse caer en la negrura, escapar lejos del dolor.
-No podemos tomar muchos riesgos, si descubre tu identidad eso lo pondrá más en peligro.
Stiles rió mentalmente, si supieran todo lo que ha pasado, todo lo que ha sufrido. “Peligro”, ya era una palabra bastante común en su vida pero no era algo de lo que debía preocuparse, aun. De lo que debía preocuparse era de ataque del Oni, ¿Por qué lo había atacado? ¿Qué demonios había pasado? ¿Realmente el Nogitsune fue expulsado de su cuerpo?
Muchas preguntas y ninguna respuesta, eso fue su ultimo pensamiento antes de caer en la negrura, donde no lo podían perseguir el dolor, los Onis ni el peligro que lo asechaba.
Solo él y el infinito mar de inconsciencia
-Nadie es eternamente bueno, Mieczyslaw.
Sintió pánico al reconocer la voz del propietario, aquel que lo había sometido a cometer semejantes e inimaginables actos atroces los cuales todavía seguían frescos e intactos en su memoria.
No sabia si realmente era el o solo un eco del recuerdo de lo que quedaba dentro de el.
Fuera lo que fuera, le aterraba.
Pero no cabía duda de que era el.
El Nogitsune.